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'Forn de Calç': la revista de cómic en catalán que puede marcar una época

A las puertas de la publicación de su tercer número, hablamos con el editor de la publicación, premiada recientemente en el prestigioso Festival de Angulema.

Marc Charles, editor de la revista, recollint el premi al millor còmic alternatiu al Festival d'Angulema.
Marc Charles, editor de la revista, recoge el premio al mejor cómic alternativo en el Festival de Angulema. Cedida per Forn de Calç

Una masa viscosa de ego que se apodera de nosotros, una monstruosa esponja exfoliando humanidad, la entrega de premios de la Asociación de Tomates modificados genéticamente… historias absurdistas, vanguardistas, desacomplejadas y frescas, con mucho humor y mucha crítica social, y con un virtuoso envoltorio que pone de manifiesto las infinitas posibilidades expresivas del noveno arte hecho en casa.

Basta con echar un vistazo a las 104 páginas del segundo número de Forn de Calç para comprender las razones tras el Premio al mejor cómic alternativo otorgado por el prestigioso Festival de Angulema, en Francia. A punto de su tercera entrega, Forn de Calç ya es una revista que puede marcar una época.

L'estatueta del premis rebut al Festival d'Angulema.
La estatua del premio recibido en el Festival de Angulema. Cedida per Forn de calç

El origen de la publicación se remonta a una conversación que se convierte en bola de nieve. Tras intensos contactos, en verano de 2020, el editor de Extinció Edicions, Aleix Purcet, y el periodista y editor Marc Charles llegan a la conclusión de que sería una buena idea lanzar una revista de cómic en catalán. Había un vacío a llenar. El primero sería el encargado de proporcionar la nave, el segundo, de pilotarla. Cuando es hora de concretar el proyecto, Charles planta dos números de la revista norteamericana Now (uno de sus referentes junto a Kramers Ergot). Tiene las ideas muy claras: "Las historias debían ser cortas y autoconclusivas, sin necesidad de continuidad", recuerda Charles: "Pero en conjunto, pese a poder leerse en pedazos y mostrar un amplio abanico de estilos, la antología resultante debía mantener una coherencia interna"; algo que se observa muy bien en su segundo número, abierto y cerrado por historietas mudas.

Más ideas: la revista debía tener un formato portable y flexible y la cubierta y la contracubierta debían ser una obra en sí misma. En este mismo segundo número, la portada de la estadounidense Alex Graham abrió sus puertas, aún más, a la proyección internacional de una revista que desde sus inicios quiere demostrar que se pueden trascender fronteras en catalán. ¿Y la temática? "El único requisito de las historias era que se avinieran con la línea editorial de Extinció Edicions, centrada en el grotesco, el surrealismo y el humor negro". Leonora Carrington, Roland Topor y Donald Barthelme, entre otros, figuran en el catálogo de la joven editorial, que tiene en el austriaco a Thomas Bernhard uno de sus faros. El maridaje es óptimo. 

"Lo que me sigue quitando más el sueño, pero", dice Marc Charles, "es subir a gente joven a la palestra para situarla junto a otra más consagrada". Hacer cantera. En la elección de autores que hace el editor para cada número radica, sin duda alguna, uno de los pilares del proyecto. Basta con seguir las edades de las firmas en el índice de la publicación para darse cuenta. En los dos números publicados hasta el momento, encontramos a autoras emergentes como Mar Mascaró, Clara S. Prous, Lorena Rivega o Berta Cusó junto a otros con más trayectoria en el mundo del cómic independiente como Roger Peláez, Nadia Hafid o Genie Espinosa. 

El hecho de que estas últimas formen parte de la exposición Constelación gráfica (en el CCCB hasta el 14 de mayo) prueba el creciente interés que, según Charles, atrae al cómic independiente. "El underground siempre ha estado aquí. La crisis del 2008 arrasó con todo: el underground y la autoedición fue lo único que quedó en pie. Ahora, la tendencia de las grandes editoriales y de estos grandes acontecimientos del cómic que no sé a quiénes pretenden interpelar es mirar hacia propuestas hechas desde el entusiasmo y los márgenes". Festivales como el GRAF o librerías especializadas como la barcelonesa Fatbottom se han convertido en referentes ineludibles para calibrar el buen estado de salud del cómic independiente. Y su resistencia.

Con el cinturón ajustado

"Excepto yo, todo el mundo que participa en el proyecto cobra"

Pese al éxito inicial de la revista (el primer número ya fue finalista en el Festival de Angulema), el proyecto se sostiene económicamente con el cinturón ajustado. "Excepto yo, todo el mundo que participa en el proyecto cobra. Eso sí, cobra menos de lo que desearíamos. Ahora mismo no podemos pagar lo que pagaban las revistas en los años 80". Extinció Edicions logró una subvención para financiar parte de la impresión de la revista, pero los costes de imprenta para mantener su calidad siguen siendo muy altos. Pese al reconocimiento y buenas críticas, las restricciones económicas hacen que del próximo número no se pueda imprimir más que el habitual medio millar de ejemplares.

La revista, de momento, "hace honor al nombre de la editorial", dice Charles haciendo gala del humor negro de la casa. Pero también a una historia del cómic independiente que, según el editor, es necesario redescubrir y reivindicar. "Forn de Calç es heredera de publicaciones como El Víbora, Butifarra! u otros más recientes que para mí son referentes, como Nosotros somos los muertos o A la deriva".

Ahora, la publicación que dirige ha logrado estar en el lugar adecuado en el momento adecuado. Algunos le llaman "boom del cómic en catalán". "Lo dicen sobre todo los medios de comunicación. Evidentemente, el mercado actual es ahora más diverso, pero no hay que olvidar que cómic en catalán habían estado publicando en los últimos años editoriales como Males Herbes, Tigre de Paper o Símbol Editors, en las cuales se han unido otras como Finestres o Pagès Editors, que, cabe decir, está haciendo una apuesta remarcable por publicar autores de casa". Quizás es en este punto donde todavía hay demasiado camino por recorrer.

"Es necesario que haya una apuesta firme a nivel institucional"

Para Charles, "es necesario que haya una apuesta firme a nivel institucional para estimular la creación en nuestro país: sería lo más sensato para hacer realidad proyectos. ¿Si una película recibe un estímulo de un millón de euros, qué no se podría hacer con el cómic? Se crearía un caldo de cultivo que a los diez años quizás sí que nos permitiría hablar de boom con todas las letras".

Mientras no llega el momento, Extinció Edicions ultima la edición del número 3 de Forn de Calç. "Habrá un cierto repliegue, con algunas páginas menos que en el segundo número y más autores de aquí. He sacrificado nombres que me apetecía mucho publicar porque el estilo no casaba con el conjunto, pero es el número del que estoy más satisfecho", avanza Charles. El nuevo volumen contendrá historietas de realismo sucio, sátiras, fábulas y nuevas dosis de surrealismo a cargo de autores como Genís Rigol, Nico Ben, Mar Mascaró, Naida Mazzenga, Clara-Tanit Arqué y El Cococlot, y saldrá a la venta el 1 de marzo.

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