Este artículo se publicó hace 13 años.
La crisis encuentra el talón de Aquiles del entramado societario
Algunas filiales de SGAE empezaron a entrar en causa de disolucion a finales de 2009
Àngel Ferrero
El árbol empresarial que creció en torno a la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) empezó hace tiempo a tener ramas moribundas. La crisis de algunos de sus negocios (grabación musical en diferentes soportes, producción...) unida a la crisis general hizo que no bastase el riego de los derechos recaudados que circula gracias a los servicios que se prestan unas a otras. En algunos casos, se ha optado por cerrar ese grifo.
SGAE tiene entre sus filiales directas a Iberautor (ahora rebautizada como Arteria) y a la Sociedad Digital de Autores y Editores (SDAE). Una para la gestión de espacios culturales, es decir, para administrar la red de teatros, y la otra para los desarrollos tecnológicos.
Las cuentas de 2009 recogían el rescate de Sello Autor pero al final se liquidó
Sello Autor, filial de Arteria dedicada a producción, distribución y venta de productos musicales, así como a la organización de conciertos, tenía un patrimonio negativo de 3,4 millones de euros a finales de 2009, según sus cuentas en el registro. La compañía estaba en causa de disolución, por lo que sus gestores tuvieron que especificar en las cuentas que su "socio único (es decir, Arteria) tiene el compromiso formal de prestar el apoyo financiero necesario para que continúe con sus operaciones".
Como es sabido, no fue así. En el primer trimestre de 2010, Sello Autor despedía a su plantilla e iniciaba su liquidación. Ahora, según fuentes de SGAE, se está cerrando el proceso de forma ordenada, pagando las deudas pendientes. ¿Qué ha ocurrido? "Se derrumbó el negocio del disco", explican las citadas fuentes.
SGAE, a pesar de no tener ánimo de lucro, ha intentado replicar un buen número de negocios que sí lo tienen mediante sociedades limitadas de las que es propietaria. Unas prestan servicio a otras y a SGAE de modo que el grupo se ha terminado convirtiendo en una centrifugadora de parte de los derechos de autor.
La empresa tuvo que rectificar ingresos previstos del grupo
Es a Arteria a quien Sello Autor le presta servicios de reproducción de fonogramas y le cobra un pago trimestral por el "alquiler de 100 metros cuadrados en Bárbara de Braganza, así como costes de gestión contable, fiscal, legal, laboral", entre otros. En las cuentas de 2009, Sello Autor enmienda "un ingreso por facturas pendientes de emitir a su socio único" por importe de 2,43 millones.
Ese año Fundación Autor rectifica 2,9 millones que no recibe de subvención de su socio único. SGAE no dio explicaciones a este periódico sobre dichas rectificaciones.
A finales de 2009 también estaba en causa de disolución otra filial de Arteria: Centro de Producción Audiovisual Autor, que cerró con un patrimonio neto negativo de 0,8 millones. SGAE ha decidido mantener esta firma viva, según fuentes de la gestora, inyectándole el capital necesario para reequilibrarla. En sus platós se han grabado spots de El Corte Inglés o imágenes para Los abrazos rotos de Almodóvar. Sí reconocen las dificultades de este negocio porque ahora "hay 500 home studios. La gente se hace los discos en casa".
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