"El catalán es la lengua en la que pienso, creo y sueño"
Núria Parera (Barcelona, 1972) es periodista, escritora y guionista de series de TV3 tan conocidas com Ventdelplà, La Riera, Les de l'hoquei o Com si fos ahir. Conversamos con ella en uno de los despachos del Palau Robert, en el marco del ciclo de entrevistas "En català, molt per llegir, molt per escoltar, molt per gaudir", una iniciativa realizada por Público con la colaboración de la Generalitat de Catalunya.
Barcelona--Actualizado a
Eres periodista, escritora de cuentos infantiles, obras de teatro y guionista de series de TV3 como 'Ventdelplà', 'La Riera', 'Infidels', 'Les de l'hoquei' o 'Com si fos ahir'. ¿Cómo cambia el proceso de escribir una novela o un guion?
Cuando me preguntan qué soy, yo digo que escribo en general, porque lo que me gusta es explicar historias y utilizo cualquier formato que tengo al alcance. Cada uno es un reto diferente y me gusta explorar. Es diferente una obra de teatro, un guion para televisión, una novela, un cuento infantil o juvenil… Sí que hay una parte común en el proceso, que es inventarte unos personajes, una trama que evolucione y que tenga gancho y un final sorprendente. Pero el trabajo es muy diferente.
El guion de televisión es completamente en equipo y, por lo tanto, la autoría se pierde un poco, se comparte, pero tiene la parte bonita y es que te retroalimentas con los compañeros. Me encanta trabajar en equipo. Se hacen reuniones para ver qué argumento sale adelante o cómo se hace el capítulo y después te llevas a casa la parte propia del diálogo o de la escaleta, pero hay un trabajo de equipo muy bonito. Ahora bien, como es de equipo, tampoco la controlas desde el inicio hasta el final. En cambio, con los libros sí que es un proceso muy personal, íntimo, a tu ritmo y que controlas todo el rato, porque los editores respetan mucho el texto. El proceso en este sentido es distinto.
¿De qué fuentes de inspiración bebes a la hora de escribir tus libros?
Son muy diversas. De oficio me gano la vida con el guion, los libros son un pequeño tesoro que tengo y que escribo cuando realmente siento la necesidad de hacerlo. No escribo por encargo. Quizás por la vertiente periodística, suelen ser cosas basadas en la realidad. Mi primer álbum ilustrado se llama El meu avi i jo y surgió de la muerte de mi padre en 2010. Sentí la necesidad de escribir algo en relación con el luto. Para mí, para mi proceso de asumirlo y también para mis hijos, que eran pequeños en ese momento. Era una cosa vivida, pero esto no quiere decir que lo que explico sea mi vida, es totalmente ficcionado, pero el sentimiento, lo que hay de fondo, es real.
"La guerra de Siria me removió y como europea sentí vergüenza"
También tengo otro libro que se llama El gran salt. Surgió después de estar todo un día cubriendo los 25 años del circo CRIC para un reportaje periodístico. Fui allí todo el día, donde tienen el circo en el Montseny, hablando con ellos, viendo un poco todos los espectáculos que presentan en todo el mundo. Fue tan emocionante todo lo que aprendí aquel día que, después, cuando estaba escribiendo el reportaje, me vino la historia de El gran salt, que es totalmente ficcionada y que la escribí a chorro. Fue un momento de inspiración. De alguna manera tengo la ventana de la ficción siempre abierta y aunque bebo de momentos periodísticos, siempre me acabo expresando a través de la ficción
¿Además de estas experiencias que te ayudan a crear la ficción, que más trasladas del mundo del periodismo al de la literatura?
Estuve 8 años en prensa escrita antes de ponerme a escribir guiones. Creo que me sirvió mucho esta necesidad que tiene el periodista de resumir y de ser conciso. Como tienes poco espacio y prisa, aprendes a explicar una cosa que es compleja a nivel emocional en pocas palabras para que se entienda bien y rápido. El periodismo me ayudó en esto.
Hemos mencionado diversas series que has guionizado. 'Les de l'hoquei' no solo salió en TV3, sino también en Netflix. ¿De qué depende que una serie en catalán esté en la plataforma?
Esto depende de la productora. En este caso Brutal Media tenía buen contacto con Netflix. Les gustó el proyecto, éramos seis guionistas. La idea original no era mía, era de unas compañeras, pero estuve en el equipo de coordinación. Netflix ya entró directamente en la producción. Otras series como 'Merlí' se hicieron para TV3 y fueron a parar a Netflix porque habían tenido éxito.
¿Qué implica que haya una productora involucrada?
Hay más presupuesto y más eco.
En el caso de 'Merlí', cuando entró una productora también entró el castellano.
Con Les de l'hoquei, a nivel de lengua no influyó para nada. Se hizo 100% en catalán. El hecho de que participara Netflix no influyó porque en la segunda temporada no entró y ha seguido igual. Lo único que pasa es que la productora te aprieta para que pasen muchas cosas. A veces querrías hacer una escena más intimista o poética, pero los productores quieren meterle chicha para llamar la atención.
Ahora que hablamos de lengua. En el caso de tus obras personales, ¿por qué escribes en catalán?
El catalán es mi lengua materna y la de mis padres, por lo tanto, todo mi entorno siempre ha sido en catalán. Es la lengua en la que pienso, creo y sueño. También hago traducciones al castellano porque normalmente se publica en ambos idiomas y luego pasa por un lingüista porque no soy una. A no ser que sea un texto que me encargan para Madrid, siempre escribo en catalán de entrada.
¿Cómo te enfrentas a expresiones en catalán que no tienen traducción?
Cambio la frase mientras el concepto se mantenga. Por eso me gusta traducirlo a mí primero, para que no me lo traduzcan literalmente. Alguna vez me ha pasado. Un relato que hice para una cosa solidaria, me lo tradujeron literalmente y no lo reconocía. Si tengo que cambiar algo que suene diferente, la poética, prefiero hacerlo yo porque hago textos breves y vigilo mucho el ritmo y la musicalidad.
¿Cuál es la clave para enganchar a los lectores?
Con esto me ha ayudado la televisión. Siempre hay una escaleta previa y se intenta que haya ganchos de vez en cuando. Esta estructura la tengo tan asumida que de alguna manera sí que he visto que debes empezar las historias directamente, sin demasiados preámbulos, que el lector como el espectador está tan atento a las historias que no hace falta que le expliques mucho. Solo sugiriendo y poniendo unas palabras clave, él ya se acaba conformando todo un universo. Juego con esto. Que el relato lo complete el espectador o el lector.
En un capítulo de una serie deben pasar más cosas al final, mientras que en una novela tienes más espacio para escenas intimistas.
El ritmo es diferente, pero sí que me gusta escribir de una manera muy visual. Aparentemente es una narrativa muy simple, no utilizo frases complicadas, pero sí que me las pienso mucho porque quiero que creen imágenes. Quiero que leyendo una frase te venga a la mente cómo vive esa persona y qué siente, que conectes rápido con el personaje.
¿Cuáles son los mecanismos que utilizas para crear estas imágenes visuales a través de la escritura?
Pienso mucho antes de escribir. Hay personas que se lanzan a la hoja en blanco, llenan muchas hojas y seleccionan. Yo soy más de dar vueltas, tener muy claro cómo quiero el capítulo de la novela o la escena del guion. Una vez la tengo armada en mi cabeza, la escribo.
Hablemos de 'La maleta', un libro que publicaste y con el cual ganaste el premio Serra d'Or de Literatura Juvenil en 2019. Con este libro pretendes explicar la historia del siglo XX a través de un objeto que va pasando de mano en mano. Explícanos un poco el trayecto que hace esta maleta.
Más que explicar la historia del siglo XX, es la historia de las migraciones del siglo XX. Este libro me vino a raíz de la Guerra de Siria, que, como recordarás, había muchas imágenes de familias que huían de Siria y Europa no las acogía. Todavía ahora están en campos de refugiados, como por ejemplo en Lesbos. Aquello me removió mucho y como europea sentí vergüenza. ¿Qué estamos haciendo? No aprendemos. Me recordaba mucho a las historias que explicaban mis padres o abuelos, de los años entre el 1936 y el 1939. Todo el éxodo de personas que huían de la guerra y se instalaban en el sur de Francia, en el campo de refugiados de Argelès y que morían en la playa como moscas.
"Siempre busco que haya una reflexión de fondo en mis libros"
En vez de hacer un relato explicando cosas de la guerra de Siria que tampoco conozco, hice una reflexión hacia atrás. Lo que quiero que se vea es como la historia se repite y no acabamos de mejorar. Lo primero que me vino a la cabeza cuando pensé en viajes y migraciones fue una maleta, que al final es toda tu vida cuando te vas. Por eso se me ocurrió este hilo conductor, porque no quería explicar la historia de una sola familia o de un momento político. Era una reflexión de los diferentes momentos en que hemos sido migrantes o que hemos recibido gente y que podemos volver a serlo en cualquier momento.
A pesar de que ha recibido un premio en la categoría juvenil, es un libro para todas las edades. ¿Cómo se hace para explicar un tema tan complejo para todos los públicos?
Lo escribí pensando en un lector adulto, pero tengo una manera de escribir fácil, accesible. Quería que fueran textos cortos porque visualizaba la historia ilustrada. Me gusta mucho que la ilustración acompañe al texto. Creo que es un complemento perfecto y que le da otra capa de lectura. Entonces, un texto breve e ilustrado inmediatamente en esta sociedad se asocia a lo infantil o juvenil.
Hay una editorial que se llama Babulinka que publica para público juvenil, pero que son realmente para todas las edades porque son de alta calidad, muy cuidados con la edición del texto y en cómo están publicados. Llamé a la puerta de Babulinka y acerté. Con la editora, Mar González, conectamos enseguida y buscamos una ilustradora, María Hergueta, que lo hizo de primera. Salió un producto muy bonito. Todo este recorrido de la maleta, cuando lo lee gente como mi madre, que ya tiene 80 años, se emocionan, porque es buena parte de su vida y conectan porque es un relato que explica cosas serias.
Ahora bien, para los niños, la editora tuvo una idea muy buena. Al final del libro hay un apéndice con unas notas cronológicas donde se explica cada momento histórico del relato. El lector joven se puede ubicar con estas notas. Usan mucho este libro en las escuelas para trabajar las migraciones y el siglo XX. He ido a escuelas que lo han trabajado muy bien y es increíble lo que los niños han entendido.
¿Cuál ha sido la respuesta de la juventud?
Buenísima. Para empezar, a veces han leído el libro con los padres o con los abuelos y han surgido preguntas que no se les habían pasado por la cabeza. ¿Habéis venido de fuera? ¿Qué os pasó? Cosas que no se habían explicado en la familia. También me han dicho que tenían un chico en clase que había venido de Ucrania, relacionándolo con la guerra civil o los años sesenta, cuando vino gente a trabajar. Ellos lo relacionan con su realidad actual.
¿Qué proyectos tienes en mente?
Estoy escribiendo otra narrativa para jóvenes, en principio para publicar también con Babulinka. Es una cosa mucho más lúdica y divertida, pero también con un trasfondo. Todavía estoy acabando el primer borrador, pero me lo estoy pasando muy bien.
Y que, como 'La maleta', tenga una incidencia más allá de ser lúdico.
Sí, que haya una reflexión de fondo, que es lo que siempre busco. De hecho, de La maleta ha salido una obra de teatro que está dando vueltas por Catalunya. Yo hice la dramaturgia y Nan Valentí acabó de adaptarla para que fuera un espectáculo de calle.
*Aquí pots llegir l'entrevista a Núria Parera en català.