MADRID.- “No es que sea superfeliz, pero quería algo que fuera real para mí. Perseguir ilusiones es una definición de vivir. El ser humano está en una constante persecución de cosas que no tiene, algunas incluso que ni existen”. De este modo trata de definir Anni B Sweet su último trabajo, Chasing Illusions, y por consiguiente, el momento vital en el que se encuentra actualmente la cantante.

"A mí me hace
feliz la música triste"

Acostumbrada a manejarse en el terreno del folk más melódico y personal, en ocasiones oscuro y atmosférico, la compositora malagueña se ha reinventado con un puñado de canciones luminosas, mucho más rítmicas y con las que que ha iniciado un viaje sonoro que parte de los años 60 y que culmina en los años 80. “En las melodías que compongo ya tengo pillado muy el rollo de los 60. Me gustan las baterías de los 70 y ese tipo de producciones. También hemos metido sintetizadores muy de los 80. Quería mezclar ese tipo de cosas”, explica.

Anni ya había tratado en la fase de composición de su anterior disco, Oh Monsters, de buscar esa luz que por fin ha encontrado, en gran parte, debido a los cambios personales que ha experimentado. Cambios de ciudad, de vida y de sensaciones que han creado la situación propicia para ello.

Su pareja, el también músico y líder de la banda Lory Meyers, Antonio López, más conocido como Noni, ha formado parte intrínseca del proceso creativo y ha sido culpable, en gran parte, de fomentar ese entorno personal favorable. “Va a sonar un poco idílico pero estamos en casa todo el rato con la guitarra, cantando, tocando… Yo no sé si dentro de dos años te voy a decir que esto es un horror, pero al menos de momento ha sido así”.

“Para mí la felicidad
es la tranquilidad. Lo
que busco es la calma"

De repente, en su vida, invadió un gran sentimiento de tranquilidad. “Para mí la felicidad es la tranquilidad. Lo que busco es la calma. Para eso se tienen que dar un millón de cosas: que la familia esté bien, los amigos, que acompañe la salud, el estar haciendo cosas que me gustan, recibir el feedback de la gente que me importa. Es un todo”, confiesa Ana.

Es precisamente ese estado de tranquilidad el que le ha llevado a hacer este tipo disco y este tipo de letras. “Me costaba hacer canciones muy tristes porque realmente no las sentía”, explica. “Mi vida había dado un cambio y nadie se había enterado. Estaba empezando a escribir otro tipo de cosas e imaginarme otro tipo de ritmos”.
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Así comenzó a tomar forma un disco que, si nos fijamos en las letras, no todo es fiesta y alegría. Contiene una gran escala de grises y matices. “Creo que las mejores canciones son las que han inspirado la tristeza. A mí no me inspira nada lo bello. Igual que la felicidad no es la felicidad y punto. En la felicidad hay como 20.000 matices de sensaciones más. No veo la luz como ‘todo bien’, es como algo más profundo y más misterioso, en cada una de esas cosas de las que entendemos como felicidad”.

Anni B Sweet reivindica, no obstante, la belleza de la, en ocasiones mal entendida, música triste. “Con el disco anterior había gente en Twitter que decía aquello de ‘vamos cortarnos las venas’. A mí me hace feliz la música triste. Una persona que puede escuchar música triste sin sentir la necesidad de cortarse las venas creo que está muy sana de la cabeza. Puedes disfrutar de un estilo de música distinto. Igual el problema lo tienen ellos. Si te quieres cortar las venas cuando escuchas una canción igual es que te pasa algo”, reflexiona.

*Anni B Sweet estará actuando este 29 de abril en Barcelona en el concierto gratuito de Vodafone yu Music Shows.