Qué hacer si a nuestro hijo le sangra la nariz
Dr. Manuel Bernal Sprekelsen y Dra. María Malagón
Por el doctor Manuel Bernal Sprekelsen, del Servicio de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello del Hospital Quirónsalud Valencia y la doctora María Malagón y del servicio de Pediatría del mismo centro sanitario
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Es habitual que a los niños pequeños les sangre la nariz, y además, más de una vez. Fundamentalmente por que se hurgan con el dedo la nariz y, en gran parte de los casos les resulta divertido e incluso más fácil que utilizar un pañuelo. No es peligroso, aunque hay veces que la sangre es tan abundante que sí puede ser bastante aparatoso y alarmante para los padres.
Existen bastantes causas que pueden provocar el sangrado en la nariz de los niños o epistaxis, como también se le llama. Como hemos comentado, la más frecuente es la manipulación digital. Pero, aparte, también el sangrado de la nariz en los más pequeños puede producirse por una rinitis seca, simplemente una sequedad de la mucosa que produce unas costras y por una infección vírica o bacteriana, que produce hemorragia; o bien ser fruto de un traumatismo, tras darse un golpe, si le golpea una pelota por ejemplo o si se cae; o bien meterse algún objeto en la nariz.
No es peligroso
Normalmente, la hemorragia nasal no tiene una repercusión grave. De hecho, es raro que un niño se desestabilice por una hemorragia nasal. Lo que hay que hacer es controlar el sangrado comprimiendo las alas de la nariz hasta que contacten con el tabique nasal durante unos 5 minutos (equivale al tiempo de coagulación normal de la sangre) y mantener al niño tranquilo. El niño debe estar sentado o de pie y con el cuerpo y cabeza inclinados hacia delante. (Si se echa la cabeza hacia atrás la sangre va hacia boca y laringe).
Si después de 5-10 minutos de compresión mantenida el sangrando persiste, se puede taponar la fosa nasal anteriormente con un pequeño rulo de algodón. Si la hemorragia dura más de 10-15 minutos sí sería recomendable acudir a un centro médico. En sangrados nasales importantes se puede reducir la pérdida de sangres aplicando frío en la nuca (hielo, por ejemplo) para reducir el aporte de sangres mediante un reflejo nervioso estimulado por el frío.
No obstante, hay que insistir en que lo habitual en los menores es que las hemorragias nasales se detengan por sí solas, o tras presionar la nariz. Ahora bien, si estas son muy frecuentes, y además sin causa específica, el especialista determinará qué tratamiento es el mejor para cada nariz.
Cirugía sin incisiones
Es una técnica establecida en el campo de la Otorrinolaringología que ha venido a sustituir, desde hace tiempo, a los abordajes abiertos que conllevan cicatrices. En el caso de los niños puede ser útil ante un traumatismo también, por ejemplo, y que impida frenar el sangrado tras varios intentos.
Eso sí, la principal indicación de la cirugía endoscópica es la de extirpar lesiones polipoideas, aunque ya éste se ha extendido a numerosas patologías, tanto en los senos paranasales como en las fosas nasales. Se trata de una técnica quirúrgica altamente beneficiosa en pacientes con patologías crónicas, además.
Especialmente puede ser útil en aquellas situaciones derivadas de complicaciones de sinusitis agudas y otras, como pueden ser las poliposis, los tumores benignos, e incluso algunos malignos de nariz y senos paranasales, reconstrucciones de la base del cráneo con o sin fístulas de líquido cefalorraquídeo, o cirugía de la vía lacrimal.
Para los sangrados importantes de nariz, que se dan mayormente en adultos, se puede coagular directamente la arteria que sea la fuente del sangrado a través de un abordaje endoscópico. Ello evita los taponamientos nasales engorrosos que han de llevarse durante días.
Mínimamente invasiva
Este tipo de intervenciones suelen precisar de anestesia general, aunque en ciertas ocasiones con una anestesia local con sedación puede ser suficiente. Al tratarse de una intervención mínimamente invasiva el postoperatorio suele ser rápido y, en apenas 24-48 horas, el paciente puede regresar a su casa, para recuperar su vida normal precozmente tras la intervención.
No suele haber dolor local, ni inflamación facial, hemorragias nasales leves y, durante unos días, incapacidad para respirar por las costas o taponamientos, sin producirse mayores complicaciones. Unos dos días después de la operación suele retirarse el taponamiento y se revisa al paciente. Una consulta que debe repetirse cada dos semanas hasta comprobar que todo ha salido como estaba previsto.