Este artículo se publicó hace 15 años.
El DNI facial deja de ser ciencia ficción
Científicos españoles desarrolla un sistema que reconoce el rostro de una persona con una precisión de hasta un 95%
Un grupo de científicos ha desarrollado un sistema que reconoce un "DNI" del rostro de cada persona con las características más reseñables de su cara y una precisión de hasta un 95%.
Desarrollado por científicos de la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M) junto con investigadores de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona y de la Universidad Técnica de Dinamarca, el nuevo sistema de "biometría facial" se basa en la creación de modelos individualizados.
Por medio de un comunicado, el matemático David Delgado Gómez, perteneciente al Departamento de Estadística de la UC3M, ha explicado que las técnicas de reconocimiento basadas en los rasgos del rostro suelen basarse en la búsqueda de las diferencias que presenta la cara de una persona con respecto a todas las demás.
Esta investigación aborda el problema desde un punto de vista distinto, ha planteado Delgado, para quien "la diferencia es la idea de modelos individualizados". "Nuestro objetivo es crear un modelo para cada persona que remarque las características más discriminantes de cada rostro, como una especie de 'DNI' facial" basado en los rasgos diferenciadoes. Así, para describir a una persona se utilizan "características que el resto no posea, como por ejemplo la mujer alta de ojos azules o el chico calvo con barba; nosotros intentamos aplicar esta idea a nuestro algoritmo", ha comentado.
Un sistema de biometría facial consta normalmente de tres componentes: una cámara que registre una imagen, un programa que determine la geometría del rostro y un sistema que clasifique todos esos elementos para diferenciar entre unas y otras personas.
Según el comunicado, los investigadores han comprobado que cuando este sistema se utiliza en un entorno controlado puede alcanzar el 95% de precisión, pero apuntan que una iluminción incorrecta a la hora de registrar la imagen puede cambiar el color de la cara.
Otro de los obstáculos que aún debe salvar este sistema es el paso del tiempo y los cambios que ello supone en los rostros de las personas como arrugas o cambios de peso, lo que puede engañar a los clasificadores. Por contra, el sistema tiene la ventaja de que no necesita la interacción directa de la persona, como ocurre con la identificación por huella dactilar o por el iris.
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