Este artículo se publicó hace 13 años.
Una supernova 'estelar'
La gigantesca explosión capta la atención de los astrofísicos de todo el mundo
El 24 de agosto un astro-físico se encontraba observando la galaxia M101, más conocida como la galaxia del molinete. La noche de observación transcurría sin sobresaltos hasta que en una de las imágenes apareció algo que antes no estaba. En ese momento, Peter Nugent supo que estaba ante un descubrimiento importante. Hizo saltar las alarmas y los telescopios de medio mundo dirigieron sus miradas hacia aquel evento inesperado. El profesor Nugent, investigador del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley, tenía razón. Acababan de detectar una supernova y no era una cualquiera, sino la explosión estelar más intensa de cuantas se pueden producir en el cosmos.
De todos los fenómenos que se pueden dar en el universo, las supernovas tipo Ia, como la recién descubierta, son de especial interés para los astrofísicos, dado que "son los objetos más luminosos después del Big Bang", explica Jordi Isern, profesor de investigación en el Instituto de Ciencias del Espa-cio (IEEC-CSIC). Además, esta supernova en particular reúne dos condiciones que la hacen aún más especial, "su cercanía y que ha sido detectada prácticamente desde su inicio", explica Nugent. Situada a unos 21 millones de años luz de la Tierra, una distancia relativamente pequeña en términos astronómicos, la supernova tiene una luminosidad que, durante su máximo, previsto para los próximos días, podría ser equivalente a la de mil millones de soles.
Los aficionados pueden observarla con telescopios, pero no con prismáticos
Para Isern, esta supernova ofrece una oportunidad única para los astrofísicos y asegura que "todos los grupos que investigan en temas relacionados están ahora mismo pendientes de ella". Según Nugent, este descubrimiento podría ayudar a responder a "la gran pregunta" de cómo se forman estas gigantescas explosiones.
La formación de las supernovas tipo Ia es algo que aún no está del todo claro. Hoy en día, existen dos posibles teorías que podrían explicar este tipo de fenómenos. Algunos expertos creen que se producen en un sistema formado por una gigante roja y una enana blanca. Las capas exteriores de la gigante son absorbidas por la enana que, al recibir el material, inicia una serie de reacciones que darán lugar a una enorme explosión termonuclear. La segunda teoría establece que las estrellas progenitoras podrían ser dos enanas blancas que se fusionan, dando lugar a un final igualmente violento.
Para determinar el posible origen, los investigadores han revisado el catálogo de imágenes de la zona donde se ha producido la explosión, para ver qué había antes de que esta se produjera. "Hasta ahora no se han encontrado evidencias de que ahí hubiera nada", explica Isern, aunque reconoce que aún es pronto para hacer valoraciones y que estarán analizando los datos de esta supernova "al menos durante un año".
Está situada a una distancia relativamente pequeña de la Tierra
También los astrónomos aficionados han encontrado una oportunidad única para poder observar un evento que se puede producir una sola vez en la vida y orientan sus telescopios en dirección a la ya famosa supernova. Sin embargo, la emoción entre aquellos que no disponen de equipo apropiado se ha diluido un poco, dado que el brillo de la supernova no ha resultado tan intenso como se esperaba y no se podrá observar con prismáticos. Aún así, aficionados de todo el mundo dirigen sus miradas hacia el cielo, conscientes de que hace millones de años, en algún lugar del espacio, tuvo lugar un evento de proporciones cósmicas, cuyo eco está llegando hoy a la Tierra.
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