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Residuos electrónicos Móviles, ordenadores y baterías contienen metales estratégicos para Europa que los expertos recomiendan recuperar

Un informe enumera las materias primas esenciales para la seguridad y la competitividad del continente y señala la ruta de economía circular a seguir para recuperarlas obligatoriamente.

Restos triturados de aparatos electrónicos.
Restos triturados de aparatos electrónicos. CEWASTE

¿Pueden los países europeos permitirse perder materiales de importancia estratégica porque no se reciclan adecuadamente los residuos electrónicos? A esta pregunta los expertos contestan que no. Avisan de que puede haber problemas de suministro que afecten a la seguridad del continente si no se convierte en obligatorio por ley el reciclado y la reutilización de, por ejemplo, compuestos químicos de cerio y neodimio, dos de las llamadas tierras raras. Parece claro que tirar los residuos o exportarlos no es perjudicial solo para el medio ambiente sino para la economía y la independencia de Europa.

Las placas de circuito impreso desechadas, algunos imanes en los discos duros electrónicos y en vehículos eléctricos, las baterías de estos vehículos y otras baterías especiales, así como las bombillas fluorescentes, están entre los objetos que contiene una cantidad significativa de elementos esenciales metálicos que ahora no se extraen porque no es rentable económicamente, señalan los autores de un nuevo informe. Se podría decir que es la minería de estos tiempos, cuyo estado de desaprovechamiento también tiene mucho que ver con la menguante actividad industrial europea, que tanto preocupa en la UE. "Los europeos se resisten a la actividad minera pero necesitan las materias primas", explica Pascal Leroy, de WEEE Forum. "Nadie hará esto voluntariamente y es muy importante para los automóviles eléctricos, los aerogeneradores, la descarbonización en general. Ahora es China la que produce el 90% de las tierras raras, de las que depende cada vez más la industria de defensa. Europa es demasiado vulnerable", añade.

El informe lo ha hecho el consorcio Cewaste, a petición de la Unión Europea, que lo ha financiado a través del programa Horizon 2020, y está apoyado por la ONU. Es una de las consecuencias del plan de acción de la UE, aprobado el año pasado, para conseguir que Europa dependa menos de otros países para sus necesidades de materias primas esenciales, que se han identificado.

El informe concluye que debe de pasar a ser obligatorio reciclar y reutilizar estas materias primas esenciales

Los autores del informe concluyen que debe de pasar a ser obligatorio reciclar y reutilizar las materias primas esenciales (metales en este sector) que contienen casi todos los residuos electrónicos, aunque estén en cantidades minúsculas o no esté suficiente desarrollada la técnica para extraerlas eficientemente. Así se aseguraría su disponibilidad continuada, en condiciones geopolíticas variables, para la fabricación de equipos eléctricos y electrónicos esenciales con destino a las energías renovables, la defensa, las fuentes LED de luz y otras tecnologías avanzadas, y para la competitividad en general de las empresas europeas. La actual pandemia, por ejemplo, ha provocado una escasez notable de chips fabricados en Asia para múltiples usos en Europa que ha ralentizado la fabricación de automóviles, por poner un ejemplo.

El informe no solo plantea el problema sino que detalla las soluciones, nada fáciles, para conseguir que las empresas manufactureras y recicladoras entren voluntaria y progresivamente en la economía circular de extracción y reutilización mediante un esquema que incluya el apoyo económico y la certificación y la auditoría de sus actividades. El esquema se ha probado en 13 plantas de reciclado de España, Bélgica, Italia, y Portugal, en la UE, así como de Suiza, Colombia, Ruanda y Turquía. También repasa el estado de las técnicas disponibles y futuras para conseguirlo.

La oportunidad de negocio

La oportunidad de negocio en este campo es clara, como lo es en los de la fabricación de baterías para vehículos eléctricos o la de paneles solares, pero está por ver que los países europeos lo aprovechen tras haber dejado pasar otras olas anteriores de avance industrial. "La tecnología no es suficiente, nadie paga el dinero extra necesario para extraer estos materiales y no hay obligación legal de hacerlo", señala Federico Magalini, de Cewaste. "Es necesario un incentivo económico, que hemos calculado en el caso de las lámparas, y es muy pequeño y viable".

"Nadie paga el dinero extra necesario para extraer estos materiales y no hay obligación legal de hacerlo"

Contienen materias primas especialmente importantes los discos duros, los discos ópticos y los circuitos impresos de ordenadores y otros aparatos electrónicos, incluidos los teléfonos móviles. También las baterías de aparatos eléctricos y electrónicos y de los automóviles, los imanes de neodimio-hierro-boro de los discos duros y los motores eléctricos de las bicicletas, motocicletas y automóviles eléctricos. Asimismo son interesantes los tubos de rayos catódicos de televisiones y monitores y las lámparas fluorescentes. La extracción de estos elementos no debe de interferir con la de los metales valiosos, señalan los expertos. En total enumeran los siguientes metales esenciales o valiosos: plata, oro, bismuto, paladio, antimonio, cobre y litio, así como ocho tierras raras.

"Podemos pensar que reciclar metales es relativamente sencillo, como sucede con el hierro, el cobre o el aluminio, pero aquí estamos hablando de que están presentes en solo partes por millón y se trata de procesos de alta tecnología", explica Magalini.

Algunos de los elementos químicos para los que ya existe una tecnología desarrollada de recuperación son el paladio de los circuitos impresos y el cobalto en las baterías de iones de litio, mientras que en otros materiales se espera llegar a procesos que puedan resultar rentables con un volumen suficiente de residuos eléctricos y electrónicos a tratar. Se calcula que la cantidad de las materias primas esenciales desechadas al año en Europa iguala actualmente a las consumidas, pero también se sabe que en casi todos los hogares hay una gran cantidad de productos electrónicos en desuso que podrían añadirse a los desechados para reciclarlos. Sin embargo, un tercio de los desechados no llegan a las plantas de reciclado (siendo el robo para el aprovechamiento parcial una de las causas) lo que implica que es necesario, en paralelo a cualquier otra medida, mejorar los métodos de recogida y la conciencia pública en la sociedad. Un reto complejo, por decir poco.

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