BERLÍN.- El peruano Harald Andrés Helfgott, nacido en Lima en 1977, se convertirá el martes en el académico más joven en ocupar una de las cátedras Alexander von Humboldt, auspiciadas por la fundación del mismo nombre para acercar a las universidades alemanas a investigadores destacados de todo el mundo.
Helfgott ha logrado celebridad, más allá de los ambientes académicos, por haber resuelto un problema que le había quitado el sueño a generaciones de matemáticos al demostrar la llamada conjetura débil de Goldbach.
La conjetura, convertida por Helfgott en teorema después de su demostración, dice que todo número impar mayor de cinco puede ser expresado a través de la suma de tres números primos y había sido planteada por Christian Goldbach en 1742. Por ejemplo, 7=3+2+2, 9= 3+3+3…
"Se trata de uno de esos problemas con enunciados fáciles de comprender pero que requieren herramientas muy complicadas para resolverlos", dijo Helfgott.
Helfogott asumirá su cátedra en Gotinga, una ciudad de alguna manera mítica para los matemáticos pues fue el lugar donde enseñó David Hilbert que, en un congreso en 1900, hizo una lista de problemas que debían enfrentar los matemáticos en los próximos años.
"No conozco a nadie que tenga el programa de Hilbert pegado en la pared de su despacho pero todos lo tenemos en la cabeza", dijo Helfgott.
Como guía, para Helfgott el programa de Hilbert sigue vigente aunque ya no se pueda compartir plenamente su optimismo -"tenemos que saber y sabremos" decía el legendario matemático alemán- ya que sabemos que hay problemas que se quedarán siempre por resolver.
Hijo de un matemático y una estadística
Helfgott ha contribuido con su demostración de la conjetura débil de Goldbach a reducir el número de problemas pendientes en lo que hasta el momento ha sido la coronación de un trabajo matemático que empezó ya en sus tiempos de estudiante de colegio.
"Me interesó la matemática desde niño, mi padre escribió un libro de geometría para uso escolar y yo fui prácticamente su primer lector", explicó Helfgott.
También empezó a leer libros de matemáticas que iban más allá de los programas escolares -una profesora le permitía dedicarse a ellos una vez terminara los deberes que tenían que hacer todos- y a participar en olimpiadas matemáticas.
Para prepararlas, se reunía con otros miembros del equipo y recibía ayuda de estudiantes de matemáticas lo que le permitió tener contacto muy pronto con el mundo académico.
En un cumpleaños, un estudiante, mayor que él, le regaló un libro de teoría de números de Ivan Vinogradov. Ese libro, a los catorce años, le abrió a Helfgott el mundo de la teoría de números, que se convertió en uno de sus campos de investigación
Curiosamente, precisamente Vinogradov es el autor de uno de los trabajos a partir de los cuales Helfgott partió para demostrar la conjetura de Goldbach, al que, sin embargo, no hay ninguna alusión en su libro sobre teoría de números.
"Eso es coincidencia", dijo Helfgott como tratando de evitar que se cree una leyenda romántica acerca de que él empezó a trabajar a los 15 años en la conjetura de Goldbach.
Su padre, que no era investigador pero enseñaba matemáticas, y su madre, que enseñaba estadística, emigraron a EE. UU. donde Helfgott terminaría su bachillerato y estudiaría matemáticas.
Las profesiones de su padre y de su madre y su relación con el mundo universitario le ayudaron a Helfgott a ver que estudiar matemáticas pura era una posibilidad existente, lo que muchos estudiantes de colegio en Latinoamérica no saben.
"Mucha gente no sabe que la matemática puede ser un oficio, el otro día tuve que sacar un documento en el consulado y no quisieron poner matemático en la casilla de profesión, pusieron investigador", explicó.
"Los medios pueden ayudar a que los jóvenes que se interesan por las matemáticas vean que se puede estudiar matemática pura", añadió.
Pese a su precocidad como matemático, a Helfgott no le gusta la idea de que se le califique a él o nadie como niño prodigio.
"Esas facultades que alguien pueda tener no sirven para nada si no se cultivan con mucho esfuerzo", dijo.
Una vez resuelta, gracias a Helfgott, la conjetura débil de Goldbach queda abierta la conjetura fuerte, que postula que todo número par mayor que 2 puede expresarse a través de la suma de dos números primos.
En Gotinga, sin embargo, Helfgott se dedicará a otras cosas pues sostiene que las matemáticas no tienen por el momento las herramientas necesarias para probar la otra conjetura.
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