Expertos de todo el mundo redefinen los nuevos criterios para diagnosticar la obesidad por las limitaciones del índice de masa corporal
El novedoso enfoque para diagnosticar la obesidad está basado en otras medidas de exceso de grasa corporal más allá del IMC, además de tener en cuenta signos y síntomas objetivos de mala salud.
Una comisión global respaldada por más de 75 organizaciones médicas de todo el mundo y formada por expertos, entre los que se encuentra el doctor español José Manuel López-Real, acaba de presentar un informe en Londres en el que estos expertos redefinen la obesidad y proponen ir más allá del índice de masa corporal (IMC) como fuente para diagnosticarla.
El novedoso enfoque para diagnosticar la obesidad está basado en otras medidas de exceso de grasa corporal más allá del IMC, además de tener en cuenta signos y síntomas objetivos de mala salud a nivel individual.
La nueva propuesta, publicada en The Lancet Diabetes & Endocrinology, tiene por objeto abordar las limitaciones de la definición y el diagnóstico tradicionales de la obesidad, que dificultan la práctica clínica y las políticas sanitarias, y que hacen que las personas obesas no reciban la atención que necesitan.
López-Real, integrante del Instituto de Investigación Biomédica de Girona y del Hospital Trueta, da detalles en una entrevista con EFE en la que aclara de inicio que la obesidad nunca es culpa del paciente.
El médico español reconoce la carga de gasto que suponen las enfermedades y riesgos de salud vinculados a la obesidad, pero insiste en que hay que luchar "contra ese estigma, porque las causas de la obesidad son subyacentes, muy complejas y no únicas".
"Es una enfermedad que hay que tratar como enfermedad", subraya antes de precisar que "la persona no es obesa como tal, tiene obesidad".
"Todo parte de que el IMC es un marcador con muchas limitaciones y se podía redefinir la obesidad con otros componentes como la cintura de las personas", ha indicado López-Real.
Al proporcionar un marco médicamente coherente para el diagnóstico de la enfermedad, la Comisión también pretende resolver la controversia en curso en torno a la idea de la obesidad como enfermedad, que ha estado en el centro de uno de los debates más controvertidos y polarizadores de la medicina moderna.
"La cuestión de si la obesidad es una enfermedad es errónea porque presupone un escenario improbable de todo o nada en el que la obesidad siempre es una enfermedad o nunca lo es. Sin embargo, la evidencia muestra una realidad más matizada. Algunas personas con obesidad pueden mantener la función normal de los órganos y la salud general, incluso a largo plazo, mientras que otras muestran signos y síntomas de una enfermedad grave aquí y ahora", afirma el presidente de la Comisión, el profesor Francesco Rubino, del King's College de Londres (Reino Unido).
Considerar la obesidad solo como un factor de riesgo, y nunca como una enfermedad, puede negar injustamente el acceso a la atención urgente a las personas que padecen problemas de salud debido únicamente a la obesidad.
¿El fin del IMC para medir la obesidad?
Para los individuos de ascendencia europea, un IMC superior a 30 kilos por metro cuadrado se considera un indicador de obesidad, pero la comisión destaca que no refleja su distribución en el cuerpo ni proporciona información sobre salud.
Algunas personas tienden a almacenar el exceso de grasa en la cintura y órganos a su alrededor, con el consiguiente mayor riesgo que cuando sucede bajo la piel de los brazos o piernas.
Otras presentan a veces un IMC que no alcanza el grado de obesidad, con lo que sus problemas de salud pasarían desapercibidos y las hay que, pese a constatar niveles altos, mantienen funciones orgánicas y corporales normales sin síntomas de enfermedad.
El nuevo informe propone confirmar el exceso de grasa del que alerta el IMC con medidas de partes del cuerpo como la circunferencia de la cintura o su relación con la estatura.
También considera la posibilidad de contrastar con otras pruebas como un escaneo de densitometría ósea y puntualiza que el IMC sería suficiente como único valor si supera los 40 kilos por metro cuadrado.
Una clave de la redefinición de obesidad que se plantea es que se divide el concepto en clínico y preclínico y, para el primer caso, establece dieciocho criterios diagnósticos que van desde la dificultad para respirar al fallo cardíaco, dolor en rodillas o alteraciones en huesos.
También se incluye en la relación una capacidad significativamente reducida para actividades cotidianas como bañarse, vestirse, comer o mantener la continencia.
La obesidad clínica se refiere a pacientes con una enfermedad crónica activa que requieren de tratamientos adecuados, mientras que la preclínica conlleva que la función orgánica sea normal.
Las personas con esta última no presentan una enfermedad en curso, aunque tienen un riesgo generalmente elevado de desarrollar obesidad clínica.
Con más de mil millones de obesos en el mundo, José Manuel López-Real detalla que en España alcanzan el 15% de la población y hasta el 17% en el caso de Catalunya.
López-Real recuerda que esta enfermedad ha mantenido una tendencia al alza durante las últimas décadas y asegura que, actualmente, está "en la parte más alta", aunque espera que, a partir de ahora, se doble la curva.
Para ello, manifiesta que "lo más importante no es la terapia, es la prevención, hacer concienciación a nivel político, médico y de medios de comunicación".
Pone la llaga en la población infantil y aboga por concienciar desde la educación, aunque es claro cuando se le pregunta por las causas: "Todo el mundo sabe que si los niños están con máquinas y móviles en lugar de estar en el patio, eso va en su detrimento".
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