Este artículo se publicó hace 13 años.
El invento que los hombres usan "sin avergonzarse"
Fallece en Zaragoza Manuel Jalón, el creador de la fregona y la jeringuilla desechable
El ingeniero aeronaútico Manuel Jalón Corominas (Logroño, 1925) murió ayer en Zaragoza de una parada cardiorrespiratoria. Inventor de la jeringuilla desechable, se sentía más reconfortado de haber logrado popularizar uno de los inventos más sencillos y a la vez más revolucionarios del diseño industrial español. Jalón, que consiguió "poner a la mujer de pie" según los eslóganes de la época con el invento de la fregona en 1956, pasó la mayor parte de su vida en Zaragoza, ciudad de la que fue nombrado hijo adoptivo en 1992.
Con anterioridad a su mayor invento, trabajó durante 12 años en EEUU realizando prácticas en la construcción y mantenimiento de aviones. Allí fue donde observó que los hangares se fregaban con una mopa plana y un cubo con rodillos y decidió optimizar la idea para aplicarla al sector doméstico. Jalón intentó solucionar las heridas en las manos y la bursitis que se producía al fregar de rodillas pero, en paralelo, en el mismo año en el que inventó la fregona implantó los primeros talleres de mantenimiento y reparación de aviones F86 Sabre, en la Base Aérea de Zaragoza, que dirigió durante diez años. Más tarde se dedicaría íntegramente a su empresa, Rodex, desde la que comercializaría los mochos.
A las primeras fregonas se les llamó "aparatos lavasuelos", aunque posteriormente se popularizarían con el primer término. Jalón nunca ocultó su disgusto por este hecho, ya que fregona sólo se utilizaba entonces para denominar a las empleadas de la limpieza de forma peyorativa. "Intenté dignificar un trabajo humilde. Fregar de rodillas sólo lo soportaban las mujeres sin otra posibilidad. Incluso las amas de casa de clase media esperaban a que el marido no estuviese en casa para arrodillarse a fregar", explicaba el propio Jalón. El diario Ya hablaba en 1958 de una "escoba ultramoderna que los hombres también podríamos utilizar sin avergonzarnos".
En 1984 se cumplieron los veinte años de vida legal de los principales registros de fregonas: la patente número 298.240 y los modelos de Rodex. Por ello, a partir de esa fecha aparecen ya en el mercado numerosas fregonas correspondientes a las industrias de menaje de plástico.
La autoría de la fregona no siempre estuvo tan clara. Desde 1972 y hasta que una sentencia de la Audiencia Provincial de Zaragoza del año 2009 ratificó su invención, Emilio Bellvis, que registró en 1960 un escurridor, intentó atribuirse la idea original. Tras la resolución, que a su vez ratificaba otra de 2008, quedaba claro que Jalón no sólo había introducido un "matiz" en un invento anterior, sino que aportaba "una innovación radical, de carácter técnico-ingenieril". El lavasuelos era calificado en la sentencia como un "icono del diseño".
En las primeras ferias en las que Jalón y su equipo intentaban publicitar la fregona, a finales de los años 50, se ocultaba incluso que se tratase de un invento español por temor a que se asociase con un peor producto. "Hacíamos propaganda diciendo que ya se utilizaba en todo el mundo y ahora llegaba a España, ya que por entonces se prefería lo extranjero por su novedad pero también por su calidad. No era verdad", explicaba el propio inventor.
Y, de alguna manera, la fregona propició la aguja desechable. Los avances hechos con el plástico de los cubos y el escurridor llevó a Jalón a pensar que podía construir la mejor del mundo. Su creatividad, que él mismo consideraba su principal virtud, le llevaría a acabar exportando jeringuillas a 80 países desde su fábrica de Fraga (Huesca). La arriesgada inversión inicial para fabricar las primeras fregonas fue de 45.000 pesetas. Para las jeringuillas este creativo ya contaba con un capital de 300 millones.
Comentarios de nuestros suscriptores/as
¿Quieres comentar?Para ver los comentarios de nuestros suscriptores y suscriptoras, primero tienes que iniciar sesión o registrarte.