Este artículo se publicó hace 14 años.
Divulgar la ciencia también es espectáculo
La comunicadora Julieta Fierro explica el secreto de su éxito
Pinzas de la ropa, orangutanes de peluche, un puñado de caramelos y un vaso de agua. A Julieta Fierro (México, 1948) le basta con estos elementos para explicar la fuerza de la gravedad, la expansión del universo o los agujeros negros. Esta investigadora del Instituto de Astronomía de la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México) es, posiblemente, la divulgadora científica más conocida de su país y una de las más reconocidas del mundo, después de haber escrito 40 libros y haber actuado en lugares tan diversos como convenciones, cárceles o plazas de toros.
Actuar no es un verbo elegido al azar: las charlas de Fierro son auténticas performances, donde la astrónoma se disfraza, baila ballet, se sube a la mesa, grita, bromea y, sobre todo, desafía a su público a experimentar con ella. "A la gente le gusta participar, encontrar las certezas por sí misma; el secreto de la divulgación es alimentar el placer de comprender", reflexiona.
Fierro explicó cómo y porqué divulga en el V Congreso de Comunicación de la Ciencia, celebrado la pasada semana en Pamplona y al que acudieron más de 350 periodistas, investigadores y comunicadores de España y América Latina. Fierro, miembro de la Academia Mexicana de la Lengua, cree que la ciencia puede ser "interesante, divertida y fácil", pero lo difícil es convencer de ello al público.
"Se necesita inteligencia, recursos y mucho trabajo. Lo importante asegura es que la gente entienda que la ciencia tiene aplicaciones inmediatas en su vida, de ahí que siempre utilice objetos cotidianos".
Fierro se interesó por divulgar la ciencia hace 40 años, cuando, al empezar a trabajar como astrónoma, visitaba bibliotecas y lamentaba "que todo ese conocimiento estuviera allí encerrado". La astrónoma explica que la divulgación en sí no es lo más importante. "Lo que yo hago puede inspirar o fomentar el conocimiento, pero comprender es un ejercicio personal". La aspiración de la experta, que también ha colaborado con la Unión Astronómica Internacional en la enseñanza de esta disciplina, es que el público salga de sus conferencias queriendo saber más: "Yo sé que en mis charlas no aprenden nada, por eso escribo. Lo que lean en los libros es lo que van a recordar".
Fierro ha explicado cómo funciona el planeta solar, porqué los egipcios momificaban a sus muertos o cuál es el origen del universo a grandes públicos reunió a 150.000 niños en la Monumental de México y pequeñas audiencias como, por ejemplo, una asociación de mujeres zapatistas. "Cada público es diferente y debes adaptarte a él", explica.
Los científicos son un público especialmente complicado. "Hay personas solemnes a las que les gusta que la divulgación sea solemne". Pero Fierro compara la divulgación creativa con un mapa "donde no tienes los detalles, ni los sonidos, ni los aromas de la ciudad. Pero sirve para orientarse. La divulgación no es la ciencia, es simplemente el mapa", dice. Y añade sonriente: "Cuando me toca hablar a mí en la Academia de la Lengua, no falta nadie".
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