Leyendas del Rock se moderniza y arrasa
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Leyendas del Rock está a punto de cumplir la mayoría de edad. En 2025 celebrará su decimoctavo cumpleaños.
Aunque queda exactamente un año para tan bonita edad, en la que supuestamente todos alcanzamos la madurez, el Leyendas se encuentra actualmente en la edad del pavo. Esa edad en la que todo vale, en la que nos definimos, en la que no sabemos muy bien para dónde tiramos, quiénes somos o quiénes queremos ser. Todos recordamos esa edad como un momento caótico de nuestra existencia, pero, en este caso, solo podemos celebrar y agradecer esta BENDITA EDAD DEL PAVO.
El Leyendas siempre se ha caracterizado por ser un festival conservador, confirmando entre sus filas a veteranos del rock más castizo o tradicional. Lo que hoy en día se denomina “metalpacos”. De hecho, muchos amigos me comentan desde hace un par de años qué qué hago ahí, que no me pega nada...
Pues mirad amigos, la organización ha cambiado su línea editorial. Se ha actualizado, se ha modernizado, ha abierto su mente y, en definitiva, se ha europeizado.
De manera progresiva, el gigante de Villena se ha ido abriendo a nuevos géneros, incluyendo en sus filas grupos pertenecientes al metalcore, black metal, viking folk, industrial metal, power metal, folk metal, etc. Al igual que otros festivales como el Wacken, el Hellfest, el Graspop o el Resu (al que ha comido la tortilla pero bien este año).
Esta evolución ha generado controversia. Por un lado, están los asistentes tradicionales que dicen que el Leyendas ya no es lo que era. Por otro, ha atraído a personajes de todo tipo vestidos de colores flúor, camisas de flores o disfraces de dinosaurio. ¿El resultado? Encontrarnos en un concierto de Amon Amarth a vikingos cuarentañeros bebiendo de sus cuernos junto a post adolescentes pizpiretas o a pseudo deportistas vestidos de Jane Fonda dándose de cabezazos junto a almas oscuras, amantes de Dimmu Borgir, en perfecta armonía (unión y combinación de sonidos simultáneos y diferentes, pero acordes).
Armonía es lo que falta en nuestra sociedad. Vivimos en momentos convulsos. Más politizados, separados, estratificados y segmentados que nunca. Vivimos en una batalla constante por encasillarnos, por buscar un signo de pertenencia, un equipo, un akelarre. Pero el Leyendas, y doy gracias, ha roto los esquemas. El Leyendas ha conseguido que, gracias a la música, personas, seres y entes de absolutamente todo tipo de gusto o procedencia hayamos podido convivir durante 4 días en una comunidad libre de prejuicios, libre de estereotipos y con un sentimiento común, el AMOR POR EL METAL.
A parte de los conciertos, en los que han destacado sobremanera Behemoth, Eihwar, Jinjer, la unión de Tarja y Marko Hietala o la ansiada presencia de los mencionados Dimmu Borgir, El Leyendas genera comunidad gracias a su excelente organización, su camping pegado al recinto, su piscina casi olímpica para soportar el azote veraniego de Villena y a unos camareros y equipo de seguridad que desprenden buen rollo por cada uno de sus poros.
Leyendas del Rock se aproxima a la mayoría de edad. El año que viene promete ser aún más épico, divertido y ecléctico. Por ello, contará nuevamente con un atrevido y atractivo cartel compuesto por veteranos de batalla como Powerwolf, los infalibles Beast In Black, los emergentes Dartagnan o la enigmática y siempre excelente Charlotte Wessels.
Amigos. Lectores. El futuro está aquí. El futuro es ahora. ¡Y el Leyendas del Rock ya va un paso por delante!
P.D. ¡UN POCO MÁS DE PRESENCIA FEMENINA SOBRE LOS ESCENARIOS!
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