Este artículo se publicó hace 16 años.
El venezolano Gustavo Guerrero gana el Premio Anagrama de Ensayo con una obra sobre Cela
El profesor venezolano Gustavo Guerrero ha ganado hoy el XXXVI Premio Anagrama de Ensayo, que convoca anualmente la editorial Anagrama, con "Historia de un encargo: 'La catira' de Camilo José Cela. Literatura, ideología y diplomacia en tiempos de la Hispanidad".
El jurado, integrado por Salvador Clotas, Román Gubern, Xavier Rubert de Ventós, Fernando Savater, Vicente Verdú y el editor Jorge Herralde, ha concedido por mayoría el premio, dotado con 8.000 euros, y ha seleccionado como finalista el ensayo "Descenso literario a los infiernos demográficos. Distopía y población", del gerundense Andreu Domingo.
Para Herralde, los dos títulos ganadores de la edición de este año del Anagrama de Ensayo son muy diferentes, aunque comparten la "osadía", y ha calificado tanto a Gustavo Guerrero como al demógrafo Andreu Domingo de dos "rara avis" en el panorama hispanoamericano de las letras.
Bajo el seudónimo de Juan Primito, Guerrero, que reside en París e imparte clases en la Universidad Jules Verne de Amiens, se ha centrado para su investigación histórica, que le ha llevado unos seis años, en los viajes que efectuó Camilo José Cela por América Latina a principios de los años cincuenta y en las circunstancias que rodearon el encargo, la escritura y la publicación de su novela "La catira", editada en 1955.
Durante una larga rueda de prensa, Guerrero, también consejero literario para la lengua española de la casa Gallimard en París, ha explicado que ha invertido más de seis años en armar su obra, en la que se fija en un episodio, hasta ahora sólo materia de "chismes" y "comidillas", que tiene como protagonista al Nobel Camilo José Cela y sus relaciones con dictadores latinoamericanos y, especialmente, con el venezolano Marcos Pérez Jiménez.
Ilumina en su libro los claroscuros que rodearon el encargo de "La catira" a Cela en el año 1953 por parte de Pérez Jiménez -que le habría pagado unos tres millones de pesetas de la época- con el objetivo propagandístico de promocionar la imagen de Venezuela en España, así como sus políticas de inmigración.
Precisa Guerrero, nacido en Caracas en 1957, que ha tratado de reescribir tanto el viaje como la redacción y la publicación de esta novela de Cela, que actualmente nadie conoce ni lee en Venezuela.
Sin embargo, en su momento, tal y como desvela en el ensayo, armó "lo que ustedes denominan un follón o una tremenda polémica".
En aquellos años cincuenta, en los que al parecer Cela firmó un contrato con el dictador Pérez Jiménez para escribir una saga de unas siete u ocho novelas más "regionales" sobre Venezuela, el proyecto fue paralizado tanto por las protestas de los intelectuales de la oposición como por las de los más destacados miembros del nacionalismo más retrógrado del país caribeño.
Unos y otros consideraron "inmoral" la novela de Cela y creyeron que no era representativa del país.
Además de centrarse en el que entonces era un joven y destacado escritor, no se olvida Gustavo Guerrero en su ensayo de los sueños de los inmigrantes económicos españoles que se instalaron por miles en Venezuela o de la propaganda de las dictaduras de la época.
Cuando se presente en forma de libro, el lector podrá, además, ver unas significativas fotografías de Cela, vestido con el tradicional traje venezolano del liquiliqui junto a Marcos Pérez Jiménez o montando a caballo, cual llanero venezolano.
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