Entrevista a Àngels Chacón"Vemos las luces y sombras de Convergència, pero hay que poner en valor al gobierno de tantos años"
Emma Pons Valls
Barcelona--Actualizado a
Àngels Chacón (Igualada, 1968) fue destituida de forma fulminante como consellera de Empresa i Coneixement de la Generalitat de Catalunya por el president Quim Torra después de no hacer el salto a Junts per Catalunya, en septiembre de 2020. Chacón había empezado en política en 2011 como concejala en su ciudad natal, presentándose como independiente por Convergència. A pesar de que nunca tuvo carné del extinto partido, con su refundación, el 2016, se integró al PDeCAT, desde donde ahora reivindica su legado. Quiere diferenciarse del nuevo partido de Carles Puigdemont con un discurso moderado sin renunciar al independentismo. La candidata del PDeCAT a la presidencia de la Generalitat de Catalunya tacha la gestión del Govern actual de "caos" y critica el abandono del PDeCAT por parte de los consellers que se pasaron a la nueva formación de Puigdemont, Junts per Catalunya, mientras reivindica que la formación es "de centro" y hace gala de un discurso proempresa.
¿En el contexto actual cree que la legitimidad de las elecciones está en peligro?
Es evidente que ha habido una falta de planificación y llegamos a un caos, a una situación donde el bajo nivel de participación puede llevar a una falta de legitimidad. Se suman varias cosas: falta de planificación del Govern, intervención de los tribunales a la hora de fijar la fecha y falta de concertación con los diferentes partidos. Y esta improvisación e incertidumbre se combinan con la necesidad de acabar con toda esta situación tan confusa en la que nos encontramos.
Dice que el Govern está "desbordado" con la gestión de la pandemia. ¿Lo estuvo también durante los meses en los que usted formaba parte del mismo?
No digo nada diferente de lo que decía cuando era consellera, en el sentido de que no quería que nos hicieran escoger entre vida o economía, no quería que se ningunearan a los sectores, defendía la interlocución y el diálogo con la explicación sobre el conjunto de medidas, la necesidad de ayudas directas...
Paradójicamente, ahora se anuncian medidas con un carácter marcadamente electoralista para autónomos y sectores afectados. Hace nueve meses que esta gente está sufriendo y que los esperan. ¿Ahora porque vienen elecciones se despiertan? En segundo lugar, cuando hablo de desbordamiento en esta segunda ola, hablo de que hubieran tenido que aprender de los errores de la primera. No es que no se haya aprendido de ellos, es que, además, se han incrementado. La falta de claridad, de planificación, de coordinación entre departamentos…
Fue la única consellera que no dio el paso a JxCat. ¿Se sintió sola?
Sí, por el hecho de seguir en un partido del que proveníamos casi la mitad del Govern, en aquel momento me sentí sola, aparte de los apoyos y las relaciones personales que pueda tener con algunos de mis excompañeros.
¿Cree que la reconciliación en el espacio es posible?
Para que avancemos en la reconciliación tiene que haber el reconocimiento de la pluralidad. Siempre he dicho que se ha confundido unidad independentista con uniformidad. Yo creo que a la que empecemos a reconocer las divergencias, toda la pluralidad que hay dentro del movimiento independentista, entonces empezaremos a hacer el primer paso para unir estrategias.
¿Qué hizo tan inviable el acuerdo con Junts?
Que se nos pedía como primera condición que desapareciéramos como partido. No era una voluntad de sumar, lo que había era una voluntad de absorción. Como partido no lo podíamos admitir.
¿Y con el Partit Nacionalista de Catalunya de Marta Pascal?
Es un partido que surge del PDeCAT, cuando hubo la división entendemos que debía de haber motivos tan fuertes para dejar el partido que evidentemente esto no se desvanece en pocos meses. Por lo tanto creo que se tendría que preguntar por qué se hace este paso de crear un nuevo partido; nosotros seguimos donde estábamos.
Desde JxCat se ha renegado de Convergència. ¿Usted se siente su heredera?
Sí. Creo que la gente que ha ido a Junts son exconvergentes y nosotros somos postconvergentes. No creo que seamos los convergentes. Evidentemente vemos y aceptamos las luces y las sombras de aquella época, las aceptamos en el sentido que admitimos que no todo está bien hecho. Pero también hay que poner en valor al gobierno de tantos años, que fue esencial en la Catalunya que tenemos hoy en día. Evidentemente cuando hacemos referencia al sistema de salud, a la red de centros de investigación, a la inmersión lingüística, todo esto son contribuciones que entonces Convergència hizo. Si bien es cierto que hay algunas sombras, la inmensa mayoría de centenares de alcaldes, regidores, asociados, demuestran que era un partido vivo y que contribuyó a la creación de la Catalunya que conocemos.
Lo que sorprende es como hay gente que después de 20 o 30 años de estar en un partido, de militar en Convergència, donde yo no milité nunca, de ocupar cargos orgánicos, ahora hagan cómo si no fuera con ellos. Nosotros, como mínimo, somos coherentes
¿Cree que en parte es por cuestiones de estrategia electoral?
No lo sé. Puede ser.
¿Qué papel jugará el expresidente Mas en esta campaña?
Le iremos viendo en actos, ya ha participado en algunas charlas.
¿Y en el partido, en general?
De momento, es un asociado más. Es expresidente, pero ahora no tiene cargo orgánico.
Cuando estaba en el Govern fue crítica con la reforma fiscal incluida en los presupuestos. También han expresado reiteradamente su apoyo a las escuelas concertadas. Ahora mismo, ¿se consideran el único partido de derechas e independentista?
Esto no es ser de derechas. Es de centro. ¿Por qué es ser de derechas creer en la colaboración público-privada? ¿Por qué es ser de derechas pedir que se reduzca la presión fiscal a la clase media y a los autónomos? Somos un país de pequeña y mediana empresa, esto no es ser de derechas, es tener claro y estar cansados que aguanten presión fiscal nuestras clases medias. Las grandes fortunas ya tienen fórmulas societarias para evadir según qué impuestos. Somos un país donde el 95% son pymes. Cuando pedimos supresión del impuesto de sucesiones no estamos pensando en grandes corporaciones, estamos pensando en gente como todos nosotros, que un día podemos dar en herencia un piso a nuestros hijos, o recibirlo de nuestros padres, y que no queremos volver a pagar por un bien que ha costado tanto de ahorrar. Y la concertada... el sistema es público, y se opera a partir la escuela pública y la concertada. Madre mía, si la escuela concertada se acabara, nos quedábamos sin recursos ni cobertura para llegar a toda esta capilaridad.
Ser de derechas seria que limitáramos todo el papel de cobertura social que tiene el Estado o el Govern. Pero la Administración no es ni omnipotente ni omnipresente. Tenemos que ser complementarios.
Volviendo a la reforma fiscal, ¿no cree que una de las salidas a la crisis actual es redistribuir mejor la riqueza de personas con rentas altas?
Totalmente. Que pague más quien más tiene ya es y tiene que ser. Lo primero que tenemos que entender es en qué contexto estamos y quiénes son nuestros "competidores". No pensemos que Catalunya es el centro del mundo. Aquí cerca tenemos a Aragón, València, también Madrid. Y el mundo. Cuando generamos nuevas oportunidades, queremos crear lugares de trabajo de calidad, atraer nuevas inversiones... un país donde la nueva economía, los emprendedores, puedan desarrollarse. A toda esta gente ahora le es más fácil irse a otros territorios, y esto es lo que está pasando. Nos quedaremos encantados de habernos conocido pero solos. En Catalunya tenemos que el 95% de empresas tiene menos de 10 trabajadores. O familias o autónomos, básicamente. Que paguen más aquí que en otras zonas, ¿esto es redistribuir? No. Esto es asfixiar. Que pague más quien más tiene, sí, pero que no quede ahogado.
¿Ahora no es momento de subir impuestos, pues?
Gente valiente que decide hipotecar su patrimonio, sacar adelante un establecimiento comercial con uno o dos trabajadores, que además ahora ha cerrado... ¿ahora tenemos que ir subiéndole impuestos? ¿Que no sabemos como está nuestra economía? Que está la gente sufriendo, que no factura. Creo que tenemos que dejar de soñar y pisar calle. Hay un discurso muy demagógico.
Ha comentado que Catalunya es, ahora mismo, un país debilitado. ¿Lo es por la pandemia o el tejido económico ya lo estaba antes de la covid?
Catalunya no estaba afrontando como le hacía falta, porque no había apoyo presupuestario, los retos hacia esta nueva economía. Nos están cambiando los modelos productivos. Necesitamos una nueva industria, la industria 4.0. ¿Cómo acompañar a las empresas y a los autónomos? Había muchos deberes que no se estaban haciendo, y si añadimos ahora la pandemia... Después veremos el paro, como queda.
¿Qué acciones tendría que impulsar el Govern?
Las describimos mil veces. Acciones de acompañamiento a la economía 4.0 por pymes. Las empresas no saben como tienen que mejorar procesos, tener nuevas relaciones con productos y clientes... No todas tienen un departamento de innovación, y menos, las pequeñas. Había un programa y fue ninguneado. Y tantos otros, que ya están ideados, pero nadie creyó que había que impulsarlos, porque no hubo suficiente dotación presupuestaria. Hace falta esto y ayudas directas.
¿Qué papel quieren jugar en caso de sacar representación?
Sacaremos representación. Nuestro partido quiere condicionar al Govern para que no esté en manos de un partido antisistema.
¿A quién investiría primero, a Aragonès, a Borràs o a Illa?
Nosotros vamos a defender a nuestro proyecto. Evidentemente estos grandes partidos intentan la estrategia del voto útil. Lo que esperamos es condicionar y que, por un lado, no vuelva a haber un gobierno que perpetúe este caos que estamos viviendo ahora, y por otra, tampoco haya un gobierno que no crea en este referéndum como derecho legítimo a decidir por parte del pueblo de Catalunya.
¿Confía en que el Congreso aprobará la Ley de Amnistía?
Desgraciadamente, espero muy poco de este Congreso. Me gustaría, evidentemente, la apoyo y la apoyamos como partido. Sería una solución que nos llevaría a normalizar el contexto político. Lo que hay ahora es una vergüenza, es intolerable, y dudo del coraje del Gobierno español para aplicar esta solución.
¿Y confía en los indultos?
Son, evidentemente, una opción... Todo lo que sea para sacar de prisión a nuestros compañeros, será bienvenido. Lo ideal es la amnistía, el indulto pues es lo siguiente que tiene que venir. No podemos tener políticos en las prisiones o en el exilio, no podemos. Estamos en el siglo XXI.
Fue la primera consellera de Empresa y ahora es una de las cabezas de lista que por primera vez hay al frente del 50% de candidaturas de los partidos con representación en el Parlament. ¿Cree que en Catalunya se está feminizando la política de manera real?
Todavía queda mucho camino por recorrer. Mucho, mucho. Pongo una anécdota: cada conseller, cuando se marcha, deja una fotografía. Dejé una en color, las otras eran en blanco y negro. A mí esta fotografía se me cambió. No se respeta ni la diversidad, ni, yo creo, un toque femenino en un detalle como este. Si en un detalle no lo toleramos, imaginémonos en el fondo. Gente de muy corta mirada. Queda mucho por hacer para que las chicas y niñas no solo dejen de tener un techo que más que de cristal, es de hormigón casi, sino que tengan más referentes para que no se autolimiten en sus expectativas profesionales.
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