De la Vega resta importancia a la fallida reunión con Bush

George W. Bush estuvo en el último Consejo de Ministros del primer mandato de José Luis Rodríguez Zapatero. Él, el presidente norteamericano. Él, con el que el jefe del Ejecutivo español pensó “charlar” distendidamente en Bucarest, en la cumbre de la OTAN.

No hubo nada de eso en Rumanía, salvo el escueto “¡Hola, hola, felicidades!” con el que Bush despachó a Zapatero el miércoles en el arranque de la reunión de la Alianza. Pero casi más dolorosa que la no charla fue para el Gobierno la foto que ayer divulgaron los principales diarios nacionales –también Público–, en la que se ve a Zapatero sentado en el plenario de la cumbre, leyendo un documento, a unos metros de los demás mandatarios, que departen animadamente de pie. Sobre el asunto le cayeron varias preguntas a la vicepresidenta tras el Consejo.

No hay afrenta de EEUU, insistió María Teresa Fernández de la Vega, porque Zapatero “no esperaba” ese encuentro. Sin embargo, el presidente había alentado las expectativas al asegurar el miércoles que aún podría reunirse con Bush. “Queda mucha cumbre por delante”, comentó.

Desde la Moncloa, sensu contrario, habían ido rebajando las expectativas durante la semana. Zapatero y Bush mantendrían, se decía, sólo un “encuentro informal”. “Se han saludado, eso es un encuentro informal”, intentó contrarrestar De la Vega. “No tiene más lectura que la que tiene. Es una situación de absoluta normalidad”, una vez superadas las "discrepancias" con Bush tras la retirada de Irak, en 2004. La vicepresidenta subrayó que nunca se concertó una entrevista formal. Ni Washington ni Madrid la incluyeron en la agenda.

La foto tampoco inquieta al Gobierno. “España tiene el peso exterior que le corresponde, más allá de una imagen. El presidente es respetado, querido y admirado fuera”, apostilló De la Vega.

El PP encontró pronto un ariete de oposición. Lo explotó la portavoz parlamentaria, Soraya Sáenz de Santamaría: “Como española, me genera desolación ver al presidente de mi país en un situación de soledad y aislamiento internacional, mientras que los demás líderes discuten cosas importantes”.

Segunda vuelta, más factible

El Ejecutivo, mientras, asume que Zapatero saldrá investido en segunda votación. Importa más preservar la “fidelidad al compromiso” con los ciudadanos y la “autonomía” que le dan los 169 diputados. El PSOE no forzará a los partidos a que le respalden. Si no hay apoyo, “no pasa nada”. “Las puertas seguirán abiertas al diálogo”.

Por encima de todos los temas planeó la despedida. El Consejo de ayer no se repetirá más. Acabó su trayectoria. Según De la Vega, Zapatero dedicó unas “palabras de cariño, afecto y gratitud por la labor realizada” a los 16 ministros –faltaron Pedro Solbes y Miguel Ángel Moratinos–. El nuevo Gobierno está a las puertas. Ya sí.

1. Martes 8 de abril // El debate de investidura comenzará a las 12. El presidente explicará su programa de gobierno y replicará a todos los grupos.

2. Miércoles 9 // Terminado el debate, llega la primera votación en el Congreso, pública y por llamamiento. Zapatero necesita 176 síes, la mayoría absoluta, ahora poco probable.

3. Jueves 10 // Si Zapatero es investido en primera vuelta, tomará posesión el 10. Por la tarde, comunicaría al rey la composición de su Gobierno.

4. Viernes 11 // Los ministros tomarían posesión de sus carteras y se celebraría la primera reunión del Consejo. En caso de que Zapatero no hubiese logrado la investidura el miércoles, la segunda votación sería el 11. Le bastaría mayoría simple.

5. Sábado 12 // Investido en segunda vuelta, el presidente prometería su cargo en la Zarzuela el sábado. Por la tarde, informaría al rey de su Ejecutivo.

6. Lunes 14 // En la hipótesis de la segunda votación, sería el lunes cuando los ministros prometiesen sus cargos. Justo después se mantendría la primera reunión del Consejo.