Este artículo se publicó hace 17 años.
De la Vega recibe a los tres tripulantes liberados en Chad
La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, recibió anoche en la Base Aérea de Torrejón de Ardoz a los tres tripulantes de un vuelo de la compañía española Girjet liberados ayer en Chad, tras quince días de detención en este país africano.
Minutos antes de las 22.00 horas de la noche de ayer, viernes, Fernández de la Vega dio la bienvenida al piloto Agustín Rey, al copiloto Sergio Muñoz y al auxiliar de vuelo Daniel González, al pie de la escalerilla del avión.
Los tripulantes, acompañados por el secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Bernardino León, llegaron en un avión Falcon de la Fuerza Aérea Española que salió de Yamena, la capital chadiana, a las 17.15 horas.
Junto a la vicepresidenta se encontraban un centenar de personas, entre ellas, las cuatro azafatas Tatiana Suárez, Carolina Jean, Mercedes Calleja y Sara López, que regresaron a España el pasado día 4, y familiares, que los recibieron entre aplausos, con abrazos y lágrimas, además de una amplia representación de los medios de comunicación.
Los siete miembros de la tripulación se fundieron en un emotivo abrazo, tras quince días de detención en Chad (desde el 25 de octubre), acusados de complicidad en el intento de la ONG francesa "El Arca de Zoé" de trasladar a Francia a 103 niños de la región africana.
Posteriormente, se trasladaron a un hangar de la base aérea para ofrecer una rueda de prensa en la que intervinieron la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega y el piloto liberado.
En su intervención, Fernández de la Vega expresó su satisfacción porque "la diplomacia ha funcionado de forma decidida, firme, respetuosa y comprometida".
La vicepresidenta agradeció a continuación al presidente del Chad, Idriss Deby, y a las autoridades judiciales del país africano "su buena disposición al entendimiento, lo que ha permitido que nuestros compatriotas estén hoy en libertad y que estén felizmente con nosotros, en casa".
En declaraciones a los medios, los tres tripulantes destacaron que los momentos iniciales fueron "los más duros", por la incomunicación y la incertidumbre, hasta que llegó el cónsul español en Camerún, Vicente Mas.
En su comparecencia, el piloto Agustín Rey se mostró "muy orgulloso" de todos y cada uno de los miembros de la tripulación que han permanecido unidos.
Rey expresó su agradecimiento a "todo el mundo que ha estado luchando por nosotros", como el secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Bernardino León, y el Colegio de Pilotos.
El copiloto Sergio Muñoz aseguró que "todo ha sido un mal trago", aunque subrayó que los quince días en Chad "parece que han sido quince años".
Reconoció que, a pesar de que vivieron "situaciones un poco comprometidas y duras", mantuvieron "la moral" en todo momento porque sabían que eran inocentes y que "la verdad tendría que caer por su propio peso".
Por su parte, el auxiliar de vuelo Daniel González se mostró "muy animado después de ver a la familia, poder descansar y disfrutar con ellos" y comprobar que "realmente la libertad es muy importante para todos".
Apuntó que, a partir de la liberación de las azafatas, vieron que "todo se podía solucionar, que era cuestión de pocos días porque, si se habían ido cuatro inocentes, quedábamos tres que también teníamos que irnos".
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