Este artículo se publicó hace 13 años.
La UE busca, aún sin frutos, huir del acoso de los mercados
Los rescates y reformas legislativas han sido fagocitados por la especulación y por las decisiones injustificadas de las agencias de rating, pero la eurozona se empeña en perseguir el déficit pensando más en futuras crisis q
De repente, la estrategia tomó forma y la actitud se hizo más dura. El presidente de la Comisión acusó a las agencias de calificación de explotar los "errores y exageraciones" de los especuladores y las definió, más que como el solvente termómetro del riesgo, como "actores de mercado" muy interesados en sacar un rentable partido a las dudas. José Manuel Durão Barroso, que antes de llegar a Bruselas era primer ministro de Portugal, salió así al paso de una nueva rebaja en la nota de la deuda pública de un país del euro, en esta ocasión en el suyo, y de cuatro escalones.
Según Barroso, existe un "consenso creciente" en la Unión Europea para acabar con su devastadora influencia, que acostumbra a dejar sin respiración a los ministros de Economía del euro. Sin embargo, ni la regulación de las agencias de calificación ni la de productos financieros altamente especulativos aliviará a corto plazo la actual presión sobre los países más acosados por los mercados, reconocen desde la UE. La Comisión Europea todavía tiene que presentar una propuesta para limitar los poderes de Moody's, Standard & Poor's y Fitch y, lo que es más importante, hacer sitio para nuevas empresas, con sede en Europa, que aporten pluralidad a las interpretaciones de los inversores, y que tras varios retrasos Barroso ha prometido para "antes de fin de año". Entonces comenzará un proceso de negociación institucional que se demorará meses, si no años, antes de que las reglas entren en vigor.
Se propone acabar con la devastadora influencia de las agencias de rating
Aunque un poco más ágil, algo parecido ha sucedido con el proceso legislativo de los credit default swaps (o CDS), seguros de impago emitidos e intercambiados entre especuladores que no tienen ningún bono de deuda de cuyo impago protegerse. Junto con la de las ventas a corto, que permite comerciar con valores que no se tienen con el objetivo de ganar si bajan de valor, esta regulación se encuentra más avanzada, pero depende del resultado de duras negociaciones entre el Consejo, la institución de los Gobiernos, y el Parlamento Europeo, que colegisla.
A punto de cumplirse tres años de la caída de Lehman Brothers, la UE ha puesto en marcha un sistema de supervisión, creando cuatro nuevas instituciones ya en funcionamiento, pero todavía no ha creado un freno efectivo al ejercicio del poder casi ilimitado que algunos actores del mercado tienen para acercar a la zona del euro al abismo. Para Karel Lannoo, director general de CEPS, un centro de estudios comunitario, el nuevo esquema supervisor a nivel europeo sí será efectivo, pero a medio plazo, ya que acaba de echar a andar. "Devolverá al mercado único el vigor y facilitará la integración del sistema financiero". Según él, "la respuesta a la crisis financiera ha sido un ejemplo notable de cooperación reguladora en el G-20" y Europa ha ido más allá que EEUU en aspectos como la regulación de los sueldos de los ejecutivos, un caldo de cultivo perfecto para el riesgo.
En palabras de Sony Kapoor, director del think tank Re-Define, "dar por hecho que hemos pasado la página de la crisis financiera", en un momento en el que los mercados siguen acosando a Grecia o Portugal y ahora incluso a Italia, es "inocente". "Se está prestando una gran atención a la austeridad, pero en el terreno de la reforma financiera, las palabras no sustituyen a la acción", asegura. La crisis de deuda soberana "ha complicado la respuesta de la UE", concede Lannoo, pero también ha ayudado a crear "un mecanismo permanente de crisis" que puede rescatar a los países en apuros.
Kapoor: "Es inocente pensar que se ha pasado la página de la crisis financiera"
En una reunión que se celebrará hoy en Bruselas, la zona del euro se centrará en evitar lo que el próximo presidente del BCE, Mario Draghi, ha comparado con la quiebra de Lehman Brothers: la suspensión de pagos de Grecia (ver información adjunta). Pero para académicos progresistas, como Costas Lapavitsas, "el rescate va más dirigido a salvar a los bancos" de una quiebra que sería catastrófica "en vez de a los ciudadanos, que ya están pagando un alto precio". La crisis "se produjo porque se permitió a las entidades hacer negocios no en base a actividades productivas, sino a deudas", algo a lo que, según él, la UE todavía no ha comenzado a poner freno por ser una tarea a medio plazo.
En los últimos meses, la UE ha acelerado profundizando en otro enfoque para prevenir futuras crisis: la lucha contra el déficit. Por ese motivo, una vez evitada una hecatombe griega, la zona sólo confía en una decisión más para salvarse de la desconfianza de los mercados: esperar.
Gobierno económicoLa apuesta más ambiciosa es la del llamado Gobierno económico, un refuerzo de los poderes en Bruselas en materia económica. A la reforma, que "está pactada al 99%", según repiten diplomáticos comunitarios, le resta conseguir el aval de la Eurocámara, que exige que las nuevas sanciones se apliquen de manera automática. Con el nuevo esquema en vigor, a los países de la UE que sobrepasen el 3% de déficit público se les abrirá casi de manera automática un expediente y se les amenazará con exigirles un depósito que se convertirá en multa si no se corrige la tendencia. El endurecimiento del Pacto de Estabilidad impulsado por Francia y Alemania, países que lo reformaron para no incumplirlo en 2005, prevé además procesos preventivos para los que se encuentren cerca de los límites de déficit o deuda aunque sin sobrepasarlos.
Al tiempo, la Comisión intenta buscar la fórmula para tener un presupuesto propio, sin depender de los deseos de los estados, que pasaría por implantar una especie de Tasa Tobin (impuesto a las transacciones financieras) y un IVA comunitario.
Paralelamente, la UE ha respaldado el Pacto del Euro, exigido por Alemania como condición a los rescates, y que exige el retraso de la edad de jubilación, la descentralización de la negociación colectiva y ligar los sueldos a la productividad. La última de las medidas, ya en vigor, es el conocido como Semestre Europeo, una revisión a las líneas maestras de los presupuestos meses antes de que se negocien en los parlamentos nacionales.
Tanto el endurecimiento del Pacto de Estabilidad como el Pacto del Euro han sido contestadas por los sindicatos europeos, manifestaciones en torno al Movimiento 15-M y parte de la izquierda europea, que critica que una salida de la crisis que sólo se base en la austeridad no evitará nuevos excesos del sector financiero.
Según el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, si se quiere salir de la crisis, "no hay alternativa" a los recortes que sufren griegos, portugueses o europeos en general. Preguntado por Público antes de la última euromanifestación, el presidente de la Confederación de Sindicatos Europeos (CES) dio un diagnóstico distinto. Según Ignacio Fernández Toxo, también secretario general de CCOO, los mercados no están preocupados por la falta de austeridad o reformas laborales, sino "porque las medidas adoptadas estén retrasando el crecimiento. Las élites que están en el origen de la crisis imponen a los Gobiernos políticas de ajuste, estos las desarrollan, retrasan la salida de la crisis y crece otra vez el nerviosismo entre los mercados financieros que exigen nuevas medidas". Mientras, una regulación financieradefinitiva espera vientos más favorables.
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