Este artículo se publicó hace 17 años.
UE aprobará mañana nuevas sanciones a Birmania y dará un último retoque al Tratado de Reforma
Los ministros de Asuntos Exteriores de la UE reaccionarán mañana ante el desarrollo de algunos de los principales conflictos de la escena internacional -desde Birmania hasta Irán-, y darán además los últimos retoques al Tratado de Reforma que va a sustituir a la fallida constitución europea.
Entre las principales decisiones que va a adoptar el Consejo de Ministros, al que acude el español Miguel Ángel Moratinos, se encuentra el envío de una misión militar y humanitaria a Darfur y la aprobación de nuevas sanciones a la junta militar birmana, aunque todavía se debe determinar el grado de dureza.
España y otros países defienden que las sanciones que se aprueben realmente perjudiquen al régimen birmano por su violación de los derechos humanos, pero los socios con mayores intereses económicos en la región se resisten a adoptar medidas de calado, como sería la prohibición de inversiones energéticas.
Entre ellos, Francia, Alemania e Inglaterra son más partidarios de endurecer las actuales sanciones, que vetan el visado y congelan los capitales en Europa de 386 autoridades birmanas.
La ampliación de sanciones para castigar las actividades de un determinado régimen no va a afectar esta vez a Irán, ya que la mayor parte de los países europeos prefiere esperar a la nueva resolución que emitirá el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas a mediados de noviembre sobre el polémico programa nuclear.
No obstante, el ministro francés Bernard Kouchner se dirigirá a sus colegas para defender que debe castigarse a Irán al margen de la ONU.
Sí se va a dar respuesta positiva a otra iniciativa impulsada por Francia: el envío de una misión militar y humanitaria a su antigua colonia del Chad y a la República Centroafricana, para proteger a los sudaneses de Darfur allí refugiados, tras escapar del conflicto que desangra su propio país desde hace cuatro años.
De vuelta a Europa, los ministros escucharán las conclusiones de la fiscal jefe del Tribunal Penal Internacional (TPIY), Carla del Ponte, sobre el grado de cooperación que parecen demostrar los serbios para la captura de los criminales de guerra fugitivos.
Ya se han concluido las negociaciones técnicas para un Acuerdo de Estabilización y Asociación, antesala de la entrada en la UE, pero el texto no será rubricado hasta que haya una cooperación total de Belgrado en el ámbito judicial.
Otra ex-república yugoslava, Montenegro, podrá firmar mañana mismo este acuerdo, tras haberse superado un escollo de muy distinta naturaleza: la disputa lingüística entre la UE y Bulgaria a cuenta de la grafía del "euro".
La divergencia idiomática -cuya solución se ha pospuesto- no sólo amenazaba a Montenegro, sino que hubiera podido llegar a hacer peligrar la firma del nuevo Tratado de Reforma de los jefes de estado la próxima semana en Lisboa.
El texto que va a sustituir a la fracasada Constitución Europea es uno de los expedientes fundamentales para el futuro de la Unión, y mañana los ministros deben dar los últimos retoques para que los líderes puedan cerrarlo el jueves.
Los gobiernos de la UE pretenden zanjar definitivamente el problema, tras una negociación en tiempo récord, y superar todos los escollos pendientes.
Polonia vuelve a ser la principal incógnita debido a sus objeciones sobre el llamado "compromiso de Ioannina", una cláusula que pretenden introducir de forma que les facilite la posibilidad de bloquear las decisiones del Consejo durante más tiempo.
Además, han surgido otras objeciones que deberá abordar la Conferencia Intergubernamental (CIG) a nivel político (ministros o jefes de gobierno), como la pretensión de Austria de restringir la libertad de acceso de los estudiantes alemanes a sus universidades.
El Reino Unido, uno de los que más cambios exigió que se introdujeran una vez fracasado en el Tratado Constitucional, parece haber quedado satisfecho con las últimas garantías arrancadas en los ámbitos de la cooperación judicial y policial.
Otro puzzle por resolver es el del reparto de escaños al Parlamento Europeo, ya que el Gobierno italiano no está satisfecho con la redistribución acordada y prevé oponerse a su ratificación en la cumbre de Lisboa de los próximos jueves y viernes.
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