Este artículo se publicó hace 14 años.
Turquía se avergüenza de que Agca convierta su libertad en un espectáculo
Dogan Tiliç
Turquía ha visto con vergüenza cómo la puesta en libertad de Ali Agca, el terrorista de ultraderecha que intentó asesinar al Papa Juan Pablo II, haya sido convertida en un espectáculo por el reo, sus abogados y los medios de comunicación nacionales y extranjeros.
A su salida de la prisión de máxima seguridad de Sincan (Ankara), un grupo de "amigos" esperaba a Agca con música de tambores y dulzainas, que normalmente se usan para celebrar festejos y bodas en Turquía, y posteriormente el coche en el que fue transportado fue seguido por un convoy de 150 vehículos cargados de periodistas.
Siete de esos vehículos sufrieron accidentes durante la persecución del convoy y, al llegar al Hotel Sheraton de Ankara, donde se hospeda Agca, los periodistas convirtieron el lugar en un campo de batalla -varias sillas y ventanas resultaron rotas- por intentar conseguir unas palabras de él.
Nada más gritar en inglés que él no era Dios y que "el fin del mundo se acerca", Agca se retiró a su habitación del piso 22 y envió a sus abogados a los canales de televisión para que continuasen con el "show".
En una nota escrita a mano, el hombre que intentó asesinar al Sumo Pontífice ordenó a sus letrados organizar una conferencia de prensa el miércoles en un salón del Hotel Sheraton o del Hilton e invitar a la prensa internacional ya que hará "importantes declaraciones".
Sus abogados han informado de que tras la rueda de prensa, Agca se trasladará a Estambul.
Sin embargo, según los letrados, Agca no hablará sobre el asesinato del periodista turco Abdi Ipekçi en 1979 -un oscuro episodio que precipitó el golpe de estado militar de 1980-, sino "sólo sobre el Papa, el tema del Mesías, etcétera".
¿Quién paga los 540 euros que cuesta por día cada una de las habitaciones del Hotel Sheraton donde se hospedan él y su círculo más cercano?, se preguntan muchos en Turquía.
El cortejo de abogados que rodea a Agca asegura que ellos abonan el elevado coste de la estancia, pero los medios de comunicación turcos creen que o bien son aquellos que han estado detrás de los crímenes del ultraderechista turco o bien quienes han comprado los derechos sobre sus memorias.
Según el abogado Gökay Gültekin, Agca ha recibido ofertas de Hollywood y de varias compañías por valor de entre 2 y 3 millones de dólares por sus memorias.
"Quiere dar un mensaje a la comunidad internacional", afirma otro de sus abogados.
Miembros de la Comisión de Derechos Humanos del parlamento turco han criticado el modo en que los medios de comunicación turcos y extranjeros han informado sobre la puesta en libertad de Agca y han dicho que "hablar de él como si fuese un héroe es inaceptable".
En una carta abierta, familiares de intelectuales turcos asesinados, entre ellos los parientes del periodista de origen armenio Hrant Dink, han denunciado que tratar a este tipo de asesinos como si fuesen héroes es "un crimen contra la humanidad".
De hecho, los titulares de la prensa de hoy hicieron autocrítica por el modo cómo ha sido cubierto el asunto Agca.
"En lugar de al Ejército, se va a Hollywood", "El asesino entre nosotros", "Agca sigue el juego (por dinero)", "El asesino de Ipekçi, en un hotel de 5 estrellas", "Como si el liberado no fuese un asesino con las manos manchadas de sangre", "El asesino de Ipekçi salió en libertad como un héroe", eran algunos titulares.
El diario "Milliyet", que dirigía Ipekçi, cuando Agca lo mató en 1979, afirmó en un inmenso titular que "Abdi Ipekçi ha sido de nuevo asesinado" debido al espectáculo montado en torno a la liberación del asesino.
"La puesta en libertad de Agca se ha convertido en un show, así que no voy a escribir una sola frase más sobre él", concluyó el columnista Hikmet Çetinkaya, del diario 'Cumhuriyet'. EFE
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