Este artículo se publicó hace 17 años.
Una testigo del accidente de Diana asegura que pensó que se había producido un atentado terrorista
Una de las primeras personas que llegó al lugar donde se estrelló el vehículo en el que viajaba la princesa Diana de Gales aseguró hoy que pensó que se había producido un atentado terrorista.
Antonio Lopes-Borges, un ciudadano portugués que vive en Francia, se convirtió hoy en el primer testigo en prestar declaración en la investigación judicial sobre la muerte el 31 de agosto de 1997 de la princesa y su novio, Dodi Al Fayed, al estrellarse su vehículo contra una columna del túnel bajo el Puente del Alma en París.
"Como ya habíamos tenido atentados terroristas en París, pensé que podía ser un atentado", dijo Lopes-Borges, quien negó que le hubiera dicho a su acompañante, Ana Simao, que pensaba que se había producido un asesinato.
Simao, que, al igual que Lopes-Borges, testificó mediante vídeo-conferencia desde la Corte Francesa de Apelaciones, en París, aseguró que ella pensó que estaban rodando una película.
La investigación judicial se reanudó hoy en Londres después de que los miembros del jurado se desplazasen a la capital gala para visitar varios lugares relacionados con el siniestro, como el túnel del Puente del Alma y el Hotel Ritz, del que salieron Diana y Dodi antes del suceso.
En su declaración, Lopes-Borges, que se dirigía en coche desde la casa de su hermano en el centro de París a su domicilio en Boulogne, en las afueras de la capital francesa, explicó que cuando llegó al lugar del siniestro, un hombre, "que parecía egipcio", le pidió que se apartaran porque iba a registrarse allí "una explosión".
Añadió que cuando llegó había ya un fotógrafo en la escena del siniestro que "estaba tomando imágenes" y que después llegó otro, ninguno de los cuales ayudó a los ocupantes del Mercedes siniestrado.
Lopes-Borges dijo que, antes de que el vehículo se estrellara en el túnel, presenció cómo un "coche alemán" de grandes dimensiones con el que coincidió en el cruce en la Plaza de la Concordia, próxima al Puente del Alma, salió rápidamente cuando cambió la luz del semáforo, seguido por otros coches, uno de los cuáles casi se choca con su vehículo.
La investigación judicial, requerida por la ley británica cuando un nacional muere de forma inesperada, violenta o por causas desconocidas, comenzó este mes tras varios aplazamientos y tratará de esclarecer si la muerte de la princesa fue producto de una conspiración o un trágico accidente.
El padre de Dodi, Mohamed Al Fayed, el dueño de los grandes almacenes Harrod's, continúa convencido de que tanto su hijo como lady Di fueron víctimas de una conspiración al más alto nivel, con la participación incluso del marido de Isabel II, el duque de Edimburgo, para impedir que la pareja pudiera casarse.
Diana, Dodi y el conductor Henri Paul murieron cuando el automóvil Mercedes en el que viajaban se estrelló en el túnel y el único ocupante del vehículo que salvó la vida fue el guardaespaldas, Trevor Rees-Jones.
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