Este artículo se publicó hace 17 años.
El Teatro Real confronta las dos versiones de "Tancredi", de Rossini
Con tan sólo un mes de diferencia en 1813 Rossini estrenó dos versiones de su ópera "Tancredi", una con final feliz y otra con desenlace trágico y nada convencional. Ahora, el Teatro Real ofrece en funciones alternas ambas versiones, una posibilidad única para acercarse al mundo del compositor italiano.
"Lo interesante de ver las dos versiones es apreciar cómo en pocos meses, Rossini cambia totalmente la vida de la ópera. No es una revisión, sino una pieza distinta para un reparto distinto. Se adelantó a su tiempo con un color nuevo al componer el segundo final, más al gusto de hoy en día", ha precisado el director musical, el italiano Ricardo Frizza, en la presentación del espectáculo.
Ésta es la primera vez que se sube al escenario del coliseo madrileño "Tancredi", que a su vez es la primera gran ópera dramática de Rossini, y que sólo se había escuchado una vez en Madrid, hace 10 años en el Teatro de la Zarzuela.
Del 5 al 22 de diciembre, en 12 funciones, se irán alternando las dos versiones, cantadas por elencos distintos especialistas en el belcanto, y encabezados por Daniela Barcellona, Patrizia Ciofi Bruce Sledge y Umberto Chiummo para el final feliz estrenado en Venecia; y Ewa Podles, Mariola Cantarero, Jaomé Manuel Zapata y Giovanni Battista Parodi, para la versión trágica presentada en Ferrara.
El director de escena griego Yannis Kokkos se ha hecho cargo de la puesta en escena, de los decorados y del vestuario de esta coproducción del Real, el Teatro del Liceo, el Teatro de la Maestranza y el Teatro Regio de Turín.
En el circuito operístico de los últimos años, se suele representar una partitura híbrida entre las dos versiones, después de que se conociera en los años ochenta el final trágico, que resultó un fiasco en su estreno y quedó olvidado en la biblioteca del Conde Lechi, quien se lo encargó a Rossini por considerar que era más acorde a la tragedia "Tancréde" de Voltaire en la que se basa el libreto.
Se trata de un melodrama heroico que se desarrolla en el medievo -momento histórico respetado en esta puesta en escena-, en la ciudad siciliana de Sirausa y con cruentas batallas contra los sarracenos como telón de fondo. En el final feliz, los amantes se reconcilian y hay un coro de caballeros, pero en el posterior, el héroe, malherido en la batalla, muere, junto a un coro de sarracenos que celebran su vitoria.
Rossini tenía 21 años cuando compuso esta ópera, y su doble versión demuestra un gran sentido del teatro, pues con algunos cambios consigue mantener, en ambos casos, la tensión del espectáculo, según el director musical.
"Para mí ha sido todo un descubrimiento", ha afirmado Daniela Barcellona, cuya trayectoria operística ha ido ligada al papel de Tancredi, aunque ésta es la primera vez que cantará la versión feliz de Venecia, que adelanta es "muy brillante y recuerda al final del 'Barbero de Sevilla'".
Lo más difícil del rol de Tancredi, según Daniela Barcellona y Ewa Podles, es interpretar a un hombre desde su voz y condición de mujer, para lo que el figurinista y director de escena se sirve de elementos sutiles en el vestuario. Lo importante "es la credibilidad poética", precisa.
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