Este artículo se publicó hace 12 años.
Stéphane Hessel: de ¡Indignaos!' a '¡comprometeos!'
El escritor francés reflexiona sobre su última obra, 'En resumen, o casi...', en la que pide "confianza y valor" a las jóvenes generaciones
Stéphane Hessel recuerda que no solo hay que indignarse, "hace falta también comprometerse", y pide a los jóvenes más "confianza y valor" para transformar el futuro que viene.
Es una de las reflexiones del exdiplomático y escritor francés, incluídas en su última obra, 'En resumen o casi...' (Aguilar), que considera que el movimiento de los "indignados" debe tener "más sustancia".
Ese movimiento mundial de protesta que prendió en España, Estados Unidos o Israel "es un pequeña fase, una puesta en práctica, una movilización de ciudadanos y ciudadanas", reconoce Hessel (1917) en una entrevista en París.
"Ese movimiento existe. Pero por el momento es débil, hay que darle más sustancia", subraya Hessel en su apartamento, a punto de salir de viaje a su Berlín natal.
"Y para eso no solo hay que indignarse, hace falta también comprometerse", explica Hessel, quien añade: "Es decir, ante todo hay que dar confianza a las jóvenes generaciones. Estas no son incapaces de transformar el mundo que va mal en un mundo que irá mucho mejor. Tendrán que tener esperanza".
Sin embargo, es esta esperanza precisamente la que falta porque las personalidades políticas que podrían tirar hacia adelante han defraudado, añade.
"Contábamos con Barack Obama, elegido (presidente) en condiciones extraordinarias: un negro elegido en Estados Unidos, la primera potencia mundial... Nos daba esperanzas, pero de momento estamos decepcionados, ni siquiera ha logrado acabar con el conflicto israelo-palestino, del que me siento tan próximo".
Hessel reflexiona sobre Israel y Palestina o el deterioro del planeta
Sobre el asunto palestino, del que Hessel habla en su último título, apunta: "Creo que mientras que los palestinos no tengan antes de final de año un Estado reconocido por la ONU, este conflicto continuará envenenando las relaciones entre el este y el oeste, el norte y el sur".
Por ello, su llamamiento de ahora a las jóvenes generaciones incluye la petición de "mantener la confianza y el valor".
"La joven generación puede basarse en su llamamiento a favor de los derechos y las libertades para obtener el cambio a una sociedad mundial que ya no esté gobernada por una oligarquía poderosa, sino organizada de manera que se dé a todos el mínimo que hoy necesita cada uno".
Para Hessel ese cambio es perentorio porque "el capitalismo desregulado" ha generado "crisis muy graves", a lo que se suma el deterioro del planeta por sobreexplotación: "Si continuamos así, si hacemos 'business as usual' en pocos años, los 8.000 millones de hombres y mujeres de la tierra no podrán encontrar en ella recursos que necesiten".
El pueblo, frente a los mercadosImplicarse es "un objetivo ahora casi más importante", asegura
Al constatar que los gobiernos actuales "no pueden protegerse contra la influencia excesiva de las finanzas y de la especulación y de los paraísos fiscales" defiende que sea la ciudadanía la que imponga a sus Gobiernos "por las vías electorales habituales ser más valientes y defenderse mejor contra fuerzas que disponen de muchos medios".
Por eso llama a un "civismo inteligente" en el que "los ciudadanos y ciudadanas se impliquen más". "Es eso lo que, en mi libro, intento definir como un objetivo ahora casi más importante porque la situación en la que estamos es más grave", explica.
A punto de cumplir los 95, Hessel reflexiona así desde un momento vital que le permite además decir que "la muerte es quizás uno de los momentos más interesantes de la vida".
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