Este artículo se publicó hace 13 años.
"Soy capaz de perdonar si vuelvo a ver sus caritas"
Carta de la madre de los niños desaparecidos en Córdoba
“Quien los tenga, si los deja libres, contará con mi perdón. No soy rencorosa ni vengativa. Me enseñaron a perdonar. Soy capaz de perdonar y olvidar si vuelvo a ver sus caritas y a escuchar mamá”. Son las palabras de Ruth Ortiz, la madre de Ruth y José, de seis y dos años, los dos hermanos que desaparecieron el sábado 8 de octubre en Córdoba. Su testimonio fue leído en Huelva por su portavoz, Esther Chaves, entre las lágrimas de centenares de vecinos y amigos que se han reunido en solidaridad con la familia.
“Son mis hijos, quiero tenerlos a mi lado y que sepan que los quiero y que no los he dejado solos”. Las palabras apenas podían salir de la garganta de Esther Chaves entre aplausos de solidaridad de centenares de onubenses. Muchos, padres de compañeros de colegio de los dos hermanos desaparecidos. “Sus compañeros de colegio se preguntan cuándo podrán bajar la sillita [que desde que Ruth desapareció sigue sobre la mesa de su colegio en Huelva], para que ella vuelva”, prosigue la carta escrita por la madre de los pequeños.
La familia de la madre sigue confiando en la investigación y pidiendo que se respete la “presunción de inocencia” de José Bretón Gómez, el padre de los dos hermanos que, según su propia denuncia, perdió de vista.
Carta completa:"El viernes 7 de octubre, mis hijos fueron a pasar el fin de semana con su padre a Córdoba.
La noche anterior, cuando fui a darle las buenas noches a mi hija, me preguntó: "¿Cuánto tiempo vamos a estar en Córdoba?". Yo le dije: "El fin de semana, papito os traerá el domingo por la tarde porque el lunes hay colegio". Ella me contestó: "¡Claro, el lunes hay colegio!".
Ruth se quedó tumbadita en su cama, rezamos y le di un beso de buenas noches. Se quedó tranquilita, con esa paz que tienen los niños durmiendo.
Estos últimos días, estando en casa de su abuela, llegó a decir: "Esta es mi casa preferida". Ella dice: "Vivir, vivimos en Huelva y a Córdoba vamos en vacaciones".
Es muy inteligente, responsable y desde pequeña ha sido una niña muy buena.
Le encanta su colegio, estar con sus amigas, y le gusta mucho la maestra que le ha tocado este año. Está muy contenta porque ya está en Primaria. Sus compañeros de clase se preguntan cuándo podrán bajar su sillita, para que ella vuelva.
El pequeño se lo pasa muy bien en su guardería, es muy cariñoso, y aunque es travieso e inquieto su seño Yolanda, Pepa la directora, la cocinera, la seño Marta del año pasado y todas las demás lo echan de menos. Sus compañeros sólo tienen dos años, pero también quieren jugar con él.
El año pasado cuando aún no andaba y su padre lo dejaba en la Guarde por las mañanas, todas las señoritas querían cogerlo para llevarlo a su clase, porque a todas les gustaban sus abracitos. Tiene una sonrisa que ilumina todo y ya sabe dar besos.
¿Y yo, qué puedo decir? SON MIS HIJOS, necesito tenerlos a mi lado y que sepan que LOS QUIERO Y QUE NO LOS HE DEJADO SOLOS.
Quien los tenga, si los deja libres, contará con mi perdón. No soy rencorosa, ni vengativa. Me enseñaron a perdonar. Soy capaz de perdonar y olvidar si vuelvo a ver sus caritas y a escuchar "MAMÁ".
Pido la colaboración de cualquier persona que pueda dar pistas de su paradero.
Por último, quiero dar las gracias a mi familia y amigos, a todos los que estáis hoy aquí, a todas las personas que me han mostrado su apoyo, que me han transmitido sus fuerzas, cariño y esperanza.
Mil gracias. Gracias de todo corazón.
Ruth".
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