Este artículo se publicó hace 17 años.
Sevilla e Ibiza, galardonadas con los Premios de Ciudades Patrimonio de Humanidad
Los Ayuntamientos de Sevilla e Ibiza ganaron hoy, respectivamente, el primero y el segundo Premio Ciudades Patrimonio de la Humanidad, que concede el Ministerio de Cultura en reconocimiento a una labor de conservación de conjuntos que posean la declaración de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.
El primer premio está dotado con una cuantía de 24.000 euros, mientras que al segundo se destinan 18.000 euros.
Estos galardones recompensan la labor de personas físicas o jurídicas en el ámbito de la conservación, restauración, promoción y difusión del patrimonio histórico y cultural realizada en las ciudades españolas cuyos conjuntos históricos o monumentos singulares hayan sido declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en cualquiera de sus categorías.
También valora la revitalización social de los conjuntos históricos y la vida en las ciudades patrimoniales.
En el caso de Sevilla tiene concedida la declaración de Patrimonio de la Humanidad el conjunto arquitectónico integrado por la Catedral, el Alcázar y el Archivo de Indias.
El Ayuntamiento de Sevilla ha recibido el primer premio por el proyecto de intervención y renovación integral en el entorno de la Catedral y del Archivo de Indias que ha supuesto la recuperación de un espacio urbano, convirtiéndolo en peatonal, rescatando su pasado mediante excavaciones arqueológicas que ha puesto a la luz importantes hallazgos.
Este proyecto, según el jurado, supone una apuesta decidida del ayuntamiento hispalense por la accesibilidad y la mejora de los espacios públicos del casco histórico.
El segundo premio, dotado con 18.000 euros, se ha dado a la ciudad de Ibiza y a su Ayuntamiento por la conservación de los valores que le hicieron merecedora de la declaración como Patrimonio de la Humanidad en 1999, "ejemplo desde tiempos remotos de la armónica convivencia entre el hombre y la naturaleza".
Además, se le concede el galardón por su implicación en la recuperación y puesta en valor de las construcciones de la ciudad fortificada de Dalt Vila, en la que destaca la labor llevada a cabo en el edificio de la Curia, importante centro de poder en el siglo XVI, y de su origen árabe, con incorporaciones góticas.
Su restauración y rehabilitación ha supuesto el establecimiento de un centro de interpretación en la ciudad.
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