Este artículo se publicó hace 15 años.
El secreto bancario suizo, amenazado por un acuerdo de UBS
Suiza defendió el jueves la decisión de permitir al gigante bancario UBS transferir datos de clientes a Estados Unidos en un acuerdo tributario que según los expertos diluirá las leyes de secreto bancario.
UBS, el mayor banco del mundo, aceptó el miércoles pagar una multa de 780 millones de dólares (614.91 millones de euros) y desvelar la identidad de algunos de sus clientes después de que investigadores de EEUU le acusaran de ayudar a estadounidenses millonarios a evadir impuestos.
Algunos expertos dicen que la ruptura del secreto bancario podría dañar la industria bancaria del país, de siete billones de dólares.
Los periódicos suizos dijeron que las autoridades de EEUU han roto el secreto bancario suizo, a la par que acusaban al gobierno de "rendirse".
"Para Suiza, (el caso), es una verdadera catástrofe para la primera industria del país, es decir, el sector bancario", dijo a Radio Suisse Romande el abogado Charles Poncet, antiguo miembro del parlamento suizo.
El ministro de Finanzas Hans-Rudolf Merz, que es también el presidente del país debido a un sistema rotatorio de presidencia, dijo que el Gobierno no tenía otra opción más que permitir el acuerdo de UBS, para evitar un juicio que podría haber amenazado la existencia del propio banco y dañado la economía suiza. Los activos de UBS y su rival Credit Suisse juntos son equivalentes a siete veces el Producto Interior Bruto de Suiza.
"Es evidente que las autoridades de EEUU llevarían a UBS al banquillo de los acusados... La amenaza se habría trasladado a nuestra economía", dijo Merz a los periodistas, añadiendo que el secreto bancario suizo seguía vigente.
Suiza no considera la evasión fiscal un crimen, y la ley suiza prohíbe compartir datos o nombres de clientes a menos que las autoridades del país consideren que el cliente ha cometido un crimen serio como blanqueo de dinero o fraude fiscal.
PASO HACIA LA TRANSPARENCIA
La crisis financiera está incrementando la presión sobre los paraísos fiscales como Suiza, que gestiona un tercio del patrimonio mundial sin declarar, para que dejen de ayudar a los clientes a esconder su dinero de los compromisos fiscales mientras los gobiernos buscan fondos para financiar un mayor gasto.
Miles de occidentales adinerados evaden impuestos ocultando activos en Suiza y otros paraísos fiscales, y los legisladores europeos dicen que los agujeros fiscales privan a Washington de 100.000 millones de dólares al año.
El acuerdo fiscal de UBS podría sentar un precedente para casos similares con otros bancos o en otras jurisdicciones.
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