Este artículo se publicó hace 15 años.
Sarkozy, bajo presión por las multitudinarias protestas
Hasta cerca de tres millones de manifestantes salieron el jueves a las calles de Francia para una segunda ronda de protestas contra la gestión del presidente Nicolas Sarkozy de la crisis financiera y para exigir mayores ayudas a los trabajadores con problemas.
Las manifestaciones, que según sondeos cuentan con el respaldo de tres cuartas partes de los votantes franceses, reflejan la creciente desilusión con las reformas de Sarkozy mientras decenas de cientos de trabajadores pierden sus empleos.
Varios cientos de jóvenes se enfrentaron brevemente a la policía cuando finalizaba la principal manifestación sindical en París, subrayando el aumento de la tensión en un país que tiene una larga tradición de manifestaciones públicas.
El sol primaveral favoreció la alta convocatoria del jueves, que según los sindicatos superó ampliamente la asistencia observada en el primer día de manifestaciones nacionales, el pasado 29 de enero.
Sin embargo, a pesar de las multitudes, el primer ministro francés, François Fillon, rechazó de plano las exigencias de mayores ayudas estatales, diciendo que no hay planes para mayores medidas de estímulo.
Las calles del centro de París estaban llenas de manifestantes que agitaban pancartas en contra de Sarkozy y entonaban consignas, con insignias que insultaban al mandatario, apropiándose de una frase que utilizó el presidente para ofender a un ciudadano que lo cuestionó en una feria de agricultura.
Una larga nómina del sector público y un Estado de bienestar relativamente generoso han mantenido al pueblo francés mejor protegido que muchos otros países, pero existe una sensación generalizada de indignación por la reciente ola de cierres de plantas.
Sarkozy, quien fue elegido en 2007 bajo la promesa de que reestructuraría la economía francesa, ha invertido millones de euros para ayudar a bancos y automovilísticas, pero ha rechazado las exigencias de los sindicatos para aumentar los salarios y subir los impuestos a los ricos.
Los índices de aprobación de su Gobierno han caído bruscamente.
El sindicato CGT dijo que 3 millones de personas se unieron a las protestas celebradas el jueves en París y ciudades y pueblos provinciales. El Ministerio de Interior dijo que sólo 1,2 millones de personas participaron.
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