Este artículo se publicó hace 14 años.
Sacyr declara formalmente la guerra a Repsol
Las peleas por la estrategia de Repsol entre su mayor accionista, Sacyr Vallehermoso, y el equipo gestor se convirtieron el viernes en una declaración formal de guerra por parte de la constructora.
Los tres consejeros que representan dominicalmente el 20 por ciento del capital de Repsol en manos de Sacyr no acudieron a la reunión del consejo convocada casi con el exclusivo fin de ratificar el plan estratégico y la presidencia en manos de Antonio Brufau.
El resultado de la reunión, que votó unánimemente a favor de la actual línea de gestión, deja a Sacyr sola en una lucha en la que todavía faltaba por aclarar el bando de La Caixa, el segundo accionista de la petrolera con un 14 por ciento del capital.
Los dos consejeros de la caja de ahorros votaron a favor del presidente y suscribieron también una dura advertencia al manifestar con el resto de los consejeros presentes su rechazo a actuaciones que "pretendan desestabilizar la gestión" y recordar el carácter imperativo de los principios de gobierno corporativo.
En Sacyr rechazaron argumentar su decisión, aunque fuentes próximas a la sociedad explicaron que el "plante" pretende poner de manifiesto la oposición del grupo a la convocatoria.
El presidente del grupo constructor, Luis del Rivero, se ha mostrado claramente opuesto a la gestión y el plan estratégico promovido por el presidente de su participada y ha provocado una gran ola de especulaciones con respecto a una posible destitución de Brufau.
Ante una situación cada vez más tensa, con constantes especulaciones en los medios, el pasado miércoles el presidente de la petroquímica sorprendió al convocar una reunión extraordinaria de su consejo para que los representantes del órgano enseñasen sus cartas.
Algunos analistas consideran que el movimiento de Sacyr del viernes pone de manifiesto diferencias de opinión en el seno de la constructora. En los últimos días diversas fuentes aseguraban que la férrea actitud de Rivero con respecto a Repsol había provocado susceptibilidades entre otros accionistas y miembros del consejo de Sacyr.
El presidente de Sacyr, cuyo grupo arrastra una deuda financiera de 11.798 millones de euros, era partidario de una gestión más dinámica y generadora de recursos a corto plazo en Repsol mientras que la actual dirección tiene un proyecto con visión a más largo plazo.
Sacyr, cuyo valor en bolsa asciende a 2.691 millones de euros, invirtió en la constructora 6.525 millones de euros.
Una hipotética venta de su participación en Repsol a precios de mercado implicaría grandes quebrantos financieros.
Sin contar garantías de crédito, coste de deuda ni dividendos, la constructora acumula minusvalías latentes en el valor por casi 2.000 millones de euros.
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