"¡El que se tiene que ir es Rubalcaba; ese es el que se tiene ir!"

Si la crispación entre los socialistas castellanoleoneses había comenzado hace ya algunos días, cuando se consensuó el pacto ponferradino entre Samuel Folgueral (PSOE) y el condenado por acoso sexual Ismael Álvarez (Independientes Agrupados de Ponferrada -IAP-),  hoy  la caja de Pandora ha terminado de abrirse del todo. 

Cuando el líder autonómico del PSOE, Julio Villarrubia, se disponía a condenar la actuación del alcalde de Ponferrada por haber abandonado el partido en lugar de dimitir, como se le había exigido desde la Ejecutiva Federal, sus propios compañeros de partido se rebelaron contra sus jefes. 

"¡El que se tiene que ir es Rubalcaba; ese es el que se tiene que ir!", reclamaron, a voz en grito, sin dejar que Villarrubia terminase su rueda de prensa. Asimismo, confirmaron la versión de Folgueral y aseguraron que el líder autonómico utilizó la política del "Donde dije digo, digo Diego". "El pacto lo conocíais todos; es una vergüenza lo que estáis haciendo", señalaron. "Lo que hay que tener es una ética política y ser coherentes con lo que se dice", añadieron.

Además, fueron especialmente críticos con su propia formación, acusándola de caciquismo. "Que queden los caciques de siempre, el partidito de los caciques, ahí os queda Ponferrada, caciques", corearon mientras dejaban a Villarrubia con la palabra en la boca. "Es lo que sois, los caciques de siempre", concluyeron.