Este artículo se publicó hace 15 años.
Royal reabre la disputa por dirigir los socialistas franceses
Por Estelle Shirbon
La política opositora francesa Ségolène Royal dijo el miércoles que estaba conmocionada por las nuevas acusaciones de que una votación amañada le había costado la dirección del Partido Socialista, y estaba considerando modos de buscar un desagravio.
La disputa añadirá más misterio al grupo socialista, que lleva años sin superar sus divisiones internas y han sufrido varias debacles electorales a manos del presidente Nicolas Sarkozy y su partido de centro-derecha UMP.
"Me sentí conmocionada cuando supe de los miles de miembros del Partido Socialista cuyos votos les fueron robados", dijo Royal, que se disputó la presidencia de Francia con Sarkozy en 2007, durante una entrevista en la cadena estatal France 2.
Royal se refería a un nuevo libro escrito por los periodistas Karim Rissouli y Antonin Andre. En unos extractos publicados esta semana por los medios de comunicación franceses, los autores dijeron que hay evidencia de un amaño de votos generalizado durante la carrera por el liderazgo del partido en noviembre de 2008.
Royal perdió ante Martine Aubry, una ex ministra de Trabajo, por un margen de 102 votos de los 135.000 depositados.
"Sabíamos que hubo algunas trampas, pero no a esa escala y no de un modo tan organizado", dijo Royal en France 2.
El portavoz del Partido Socialista Benoit Hamon desmintió la acusación.
"(El libro) está mal informado y se toma libertades con las narraciones aportadas por varias personas para incriminar al partido", dijo durante una entrevista en TV5 Monde.
Royal dijo que se tomaría el tiempo para leer el libro entero y buscaría consejo antes de decidir qué hacer.
Durante la campaña por el liderazgo del partido surgieron varias acusaciones de que la votación fue amañada. En ese momento, Aubry negó haber hecho trampas e insistió en que el resultado oficial era válido
LUCHA CRÓNICA
La reanudación de la controversia es un revés para Aubry, que se ha esforzado por hacer valer su autoridad desde la disputada elección.
La incapacidad de Aubry para calmar la lucha interna crónica se considera la responsable del desastroso resultado en las elecciones al Parlamento Europeo en junio, cuando los socialistas registraron un 16,8 por ciento de los votos, en comparación con el 28 de UMP.
El otrora poderoso partido no ha ganado en las elecciones presidenciales desde 1988, cuando François Mitterrand obtuvo su segundo mandato.
Ha fracasado totalmente a la hora de capitalizar la ira de los votantes por la crisis financiera, dejando el terreno libre a Sarkozy de promover ideas habitualmente asociadas a la izquierda, como una regulación de los mercados más estricta y la intervención estatal de la economía.
Royal ha sido una espina particularmente dolorosa para Aubry. Situándose por libre, técnicamente es un miembro del partido pero sin lealtad a la dirección oficial, Royal ha acabado en repetidas ocasiones con los esfuerzos de Aubry por unificar a los socialistas.
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