Este artículo se publicó hace 13 años.
Los rostros de la indignación
Estudiantes, parados, artistas, funcionarios... todos unen sus voces con el mismo objetivo: mejorar el sistema
Miriam, 25 años. Licenciada en Periodismo y Máster en Comunicación y Problemas Sociales: "Llevo siete años estudiando y haciendo prácticas. Si no encuentro trabajo, en una semana me quedaré en la calle y tendré que volver a la casa de mis padres". "Yo también formo parte del 43% del paro juvenil. Llevo siete años estudiando y haciendo prácticas. Si no encuentro trabajo, en una semana me quedaré en la calle".
Jesús, 31 años. En paro. Licenciado en Geología: "Vine aquí porque estoy hasta las narices de lo que veo y lo que hacen. Estando aquí, recupero mi dignidad. Es mucho más justo estar aquí sentado, ya que representa lo harto que estoy. Me quedaré el tiempo que sea. De hecho, creo que esto debería continuar más allá del domingo, lo contrario no tendría sentido".
Laura. 27 años. En paro. Licenciada en Políticas: "Estoy aquí por tres motivos. Uno: los políticos que hay ahora no me representan, han dejado de ser intermediarios entre la administración pública y los ciudadanos; dos: la democracia ha obviado de donde viene, es una falacia; tres: quiero un cambio. Está por ver qué pasará, pero por lo menos estamos aquí y demostramos que queremos cambiar".
Manolo. 44 años. Funcionario: "Estoy hasta los huevos del sistema. Ni me representa ni defiende a la sociedad. Esto va mucho más allá de la edad de cada uno. Solo queremos mostrar nuestra indignación".
Jorge Drexler. Músico: "Me parece un gran ejercicio de civismo y de ciudadanía en la acepción más completa de la palabra. Es increíble como se cuida la ciudad, los excesos de la gente... Todo se hace con cariño, con respeto, con inclusión. Es muy complicado saber cuales son las consecuencias, pero lo bueno es que este movimiento está basado en la voluntad de los ciudadanos y no en las consecuencias".
Kiko Veneno. Músico: "Me gusta mucho el movimiento. Espero que sus consecuencias sean positivas. Por lo menos, se está permitiendo pensar. No creo que tenga una gran repercusión electoral y mucho menos que esto vaya a beneficiar a la derecha. Todo lo contrario, la izquierda minoritaria saldrá reforzada".
Verónica, 26 años. Licenciada en Periodismo: "Estoy aquí porque no me parece justo que se de dinero a los bancos y luego se lo quiten a la gente. Además, quiero quejarme porque se nos han quitado oportunidades. Hemos ido a la universidad y ahora no tenemos ninguna oportunidad de ejercer en lo nuestro. Lo único que queremos es ganarnos la vida y salir adelante. Y no tener que hacerlo en un país extranjero, sino aquí. Solo pedimos una vida decente".
Carlos, 36 años. Parado. "Llevo como trabajador eventual desde 2007. Trabajo para una empresa doce meses seguidos y luego me mandan seis meses al paro". ¿Qué es lo que ya ha empezado? "La revolución".
Aleksandra, 29 años. Parada. Licenciada en Historia del Arte y en Conservación de Bienes Culturales. Máster en Archivística "Tengo dos carreras, un máster y hablo cuatro idiomas [Aleksandra es polaca], pero no tengo trabajo. En España, la cultura, como no da dinero, se la pasan por el forro de los...".
Manuel, 36 años, trabaja como creativo publicitario. "Los eslóganes de esta protesta son muy currados. Tienen gracia y todo lo que debe tener un eslogan: te quedas con ellos y son memorables, certeros y musicales. Dos de mis favoritos son Lo llaman democracia y no lo es y Vivo en un zulo, por eso doy por culo".
Comentarios de nuestros suscriptores/as
¿Quieres comentar?Para ver los comentarios de nuestros suscriptores y suscriptoras, primero tienes que iniciar sesión o registrarte.