Este artículo se publicó hace 15 años.
Roger Federer siente el escalofrío
El suizo Roger Federer sintió hoy el escalofrío de la derrota, pero supo recuperarse a tiempo y eludir un triste paso por el Abierto de Australia al ganar después de tres horas y media al checo Tomas Berdych en los octavos de final por 4-6, 6-7 (4), 6-4, 6-4 y 6-2.
Su rival ya le había proporcionó un serio disgusto en los JJ.OO. del 2004 en Atenas, aunque luego Federer le venció siete veces seguidas, pero el fantasma de una derrota sonada planeó por la Rod Laver Arena y el suizo estuvo en peligro de fallar en su objetivo de lograr los cuartos de un Grand Slam, algo que ha cumplido a rajatabla desde Roland Garros en 2004.
Mucho hubiera perdido Federer. Además de crédito habría dejado escapar la oportunidad de seguir luchando por su 14 título grande e igualar así el récord de Pete Sampras. Pero su tenacidad y un cierto bajón del checo se unieron para que el suizo salvara el pellejo.
Así, por segunda vez en dos días, un jugador escapó de una muerte anunciada. El chileno Fernando González también resolvió el sábado un partido similar, recuperándose de dos sets perdidos y salvando luego una bola de partido, para ganar al francés Richard Gasquet en cinco mangas.
Berdych no tuvo una sola bola de partido, pero como Gasquet exhibió un tenis genial en los dos primeros sets. Luego no pudo mantener ese ritmo infernal y cuando se vio acosado intentó detener el partido para recibir masaje en la espalda, pero perdió su gran oportunidad.
"Luché tan duro como pude tratando de capear la tormenta. Él me puso al límite, pero me gustan estos partidos porque no suceden muy a menudo, y además podría haber jugado dos sets más incluso", dijo Federer, que por cuarta vez en su carrera logró remontar un partido perdiendo los dos primeros sets.
La primera vez que logró variar su destino fue en el Abierto de Estados Unidos de 2000 frente al holandés Peter Wessels (4-6, 4-6, 6-3, 7-5, 3-4 y abandono), luego contra el armenio Sargis Sargsian en Roland Garros 2001 (4-6, 3-6, 6-2, 6-4 y 9-7), y la última contra el español Rafael Nadal en Miami 2005 (2-6, 6-7, 7-6, 6-3 y 6-1).
La victoria de Federer alegró al argentino Juan Martín del Potro, su próximo rival, porque aunque Delpo es consciente del escalón superior del suizo le admira tanto que prefiere jugar contra él. El de Tandil, de 20 años, se convirtió en el más joven cuartofinalista en Melbourne tras el holandés Richard Krajicek en 1992, al vencer al talentoso croata Marin Cilic por 5-7, 6-4, 6-4 y 6-2.
También avanzó a cuartos el estadounidense Andy Roddick al despachar al español Tommy Robredo por 7-5, 6-1 y 6-3.
En el cuadro femenino, la eliminación de la serbia Jelena Jankovic por la francesa Marion Bartoli (6-1 y 6-4) dejó claro que el puesto de número uno del mundo está en venta. "Cuando estoy al máximo de mi juego es difícil batirme porque hay que dejarse la sangre en la pista si quieres vencerme", dijo Jankovic, "pero de momento no estoy así".
Si Federer sintió el escalofrío de la derrota, la rusa Dinara Safina casi se congela. Su rival, la francesa Alize Cornet, llegó a dominar el tercer set por 5-2, y luego tuvo 5-4 y servicio y dos bolas de partido. Pero las dejó escapar y perdió luego por 6-2, 2-6 y 7-5. Safina es una de las tres jugadoras junto con su compatriota Elena Dementieva y la estadounidense Serena Williams que están en disposición de atrapar el puesto de número uno de Jankovic si ganan el torneo.
Bartoli se enfrentará ahora con la rusa Vera Zvonareva, que derrotó a su compatriota Nadia Petrova por 7-5 y 6-4.
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