Entrevista a Consuelo García Cid"El robo de bebés del franquismo continúa hoy en los centros de menores tutelados"
Nuria Coronado Sopeña
Madrid--Actualizado a
Nunca pensó que un libro y una conferencia lo iba a pagar tan caro. Tanto como tener que sentarse en un banquillo. Pero la escritora e investigadora Consuelo García Cid tendrá que declarar como imputada el próximo lunes 22 de junio a las 9.30 de la mañana en el juzgado de lo Penal nº 1 por destapar en "El desmadre de los servicios sociales" y en una comparecencia el 30 de mayo de 2017 en el Senado, "las actuales irregularidades en casos de menores tutelados por la Administración" y cómo los servicios sociales "destrozan familias y causan un daño irreparable a las niñas y niños como puro negocio en el que están involucradas diferentes organizaciones religiosas".
Lo que los ojos de Consuelo García Cid han visto en la vida la hacen ser más que precavida. Y es que esta luchadora por los derechos humanos ha venido denunciando en varias investigaciones que el robo de los bebés de la época franquista continúa a día de hoy reinventado en los centros de menores tutelados por las Administraciones. "Los casos de menores de edad que son declarados en desamparo, arrebatados a sus padres legítimos y entregados en acogida o en adopción a cambio de dinero para mantenerlos pervive a día de hoy", cuenta a Público.
"Un dinero que muchas veces se ha negado a los padres biológicos cuando lo han solicitado para poder mantener a sus hijos". Su precaución no es para menos. Ella misma fue encerrada, sin haber cometido delito alguno, en un reformatorio de las Adoratrices. Se trataba de una cárcel que pertenecía al Patronato de Protección a la Mujer, la institución franquista que se creó en 1941, para velar por las mujeres consideradas como descarriadas y que privó de libertad a miles de jóvenes españolas hasta bien entrada la democracia. Allí sufrió el dolor de la soledad, el que las monjas la llamaban "la niña del rincón", o ver cómo quienes llevaban hábitos presionaban a las menores que llegaban embarazadas para entregar a sus hijos en adopción.
Con ese bagaje de injusticias a la espalda ahora se pone en lo peor. Está acusada por la Fiscalía de calumniar a un magistrado de la Audiencia de Tarragona en su conferencia en el Senado, porque durante su intervención dijo que "magistrados octogenarios aplican el derecho de una manera autárquica y parcial, como por ejemplo el señor Carril Pan de la Sección 1 de la Audiencia Provincial de Tarragona". También se le pide 8.000 euros de multa por un delito de calumnias con publicidad. Ante ello, la escritora responde: "Estoy preparada para todo. Puede suceder cualquier cosa. Nunca pensé encontrarme en esta situación por una conferencia y un libro. Pase lo que pase, seguiré luchando. Voy a llegar al final de todo este sistema deshumanizado que vulnera los derechos humanos más elementales", reconoce.
Un sistema en el que la escritora denuncia la facilidad con la que "se puede perder la custodia de un menor por la vía administrativa; los largos periodos de tiempo que pueden transcurrir antes de que la justicia dicte una resolución al respecto; el gran negocio que suponen los centros de menores y los vínculos entre algunas organizaciones que dirigen estos centros y las que lo hacían en tiempos de la dictadura".
Sentarse en un banquillo a declarar como imputada cuando lo que hace es denunciar la desprotección a menores ¿de qué es sinónimo?
De violencia institucional, persecución judicial y de ley mordaza en toda mi boca. Una conferencia en el Senado y un libro. ¿Por eso? Desde 2017 mi vida ya no es la misma, He tenido que padecer episodios completamente inimaginables, como la presencia policial en un hotel a las cuatro de la madrugada para "decirme" que tenía una denuncia, cuando estaba notificada por abogado y procurador. Acabé en un servicio de urgencias con una crisis de ansiedad. Yo había conferenciado en Zaragoza el día anterior. Tengo fobia a los hoteles desde entonces.
¿Qué nivel de injusticia tienen casos como el suyo como denunciante de corrupción?
La libertad de expresión no existe. Yo expuse la realidad actual del sistema de menores tal y como es. También hablé del pasado, puesto que este sistema parte de un contexto de memoria reciente en el que llevo trabajando sin descanso desde el año 2012. De aquellos barros, estos lodos. Han cambiado las formas, pero no el fondo.
¿Cree que tiene más derecho un rey como Juan Carlos I que usted?
A mí se me han negado todos los derechos y han ido a mi yugular. El emérito no se toca, las niñas tuteladas prostituidas en los centros de menores mallorquines tampoco, pero luego hay que tragar con eso de que la justicia es igual para todos. ¡Mentira! Yo no soy más que una escritora y activista social, la literatura es la rama más pobre del arte, me la he jugado diciendo verdades como puños, pero verdades actuales, que suceden a diario. En todo este proceso me han humillado mucho.
¿Qué parte de la presunta corrupción de las órdenes religiosas en el tejemaneje de las tutelas a menores cree que tiene que ver con que esté usted imputada?
Todo tiene que ver. Las congregaciones del pasado auspiciadas por el patronato de protección a la mujer gestionan ahora los centros de menores, se reconvirtieron en ONG y cobran subvenciones. En los centros de acogida deciden quién puede ser madre y quién no. Ahora no es necesario mentir a las madres con aquello de que "tu hijo ha muerto", simplemente se lo quitan a pie de hospital delante de sus narices.
¿Menores convertidos en mero negocio?
Así es. Se paga por cada menor tutelado de 3.000 a 9.000 euros mensuales dependiendo de la comunidad autónoma. Inicialmente se pagan 3.000 euros, pero la cantidad aumenta con la problematización del niño o la niña tutelada. En un centro de reforma la cantidad sube, y en un terapéutico llega a 9.000 al mes. Nadie atiende el llanto de los niños, que quieren volver a casa. Nadie ayuda a las madres, destrozadas, inmersas en un sistema que inicialmente desconocen y no saben cómo defenderse.
¿A nadie le importan ellos y ellas?
Eso parece. Importan a las familias, a las activistas, a las asociaciones que como yo luchamos contra estas atrocidades en pleno siglo XXI. Existe un gran manto de silencio al respecto, es todo un sistema creado que casi siempre gana. Las madres se quedan sin hijos y el proceso es atroz, y la gente de a pie niega la realidad porque no la conoce.
Además de casos conocidos como el de las niñas prostituidas de Mallorca, cuenta que hay maltratos a menores en los centros
Maltratos, medidas salvajes de contención, suicidios en los centros. El más reciente es el de un niño de 9 años. También sufren medicación forzosa para que no molesten y tenerlos como zombis. Horroroso en toda su medida sin que nadie haga nada.
Y no solo destapa esto de los menores, sino también de la desprotección de unas familias que por pura pobreza o vulnerabilidad ven como son robados sus hijos
Se criminaliza la pobreza, se cuestiona a las familias en un "striptease psíquico" digno de estudio, y cuando los niños van a familias de acogida, estas cobran una cantidad mensual. ¿Por qué esa cantidad no se da a los padres para que salgan adelante? Todo es un disparate mayúsculo.
¿A qué se parece el robo de bebés del franquismo a este que denuncia?
La única diferencia es la ausencia de aquella manida mentira en la que les decían "tu hijo ha muerto", mientras por la puerta de atrás se llevaban al bebé los adoptivos pactados previo pago. Ahora dicen "tu hijo está tutelado" y desaparece, ya sea en el mismo hospital, en el colegio o en la propia casa donde aparece la policía echando la puerta abajo para llevarse a los niños camino de un centro de menores.
¿Denuncia que esto sucede por la connivencia de trabajadores sociales que son cómplices y perpetuadores de este sistema?
Tienen todo el poder. Ellos manejan los informes, cuyos apartados son más que cuestionables. Ni siquiera se identifican personalmente, lo hacen con un número, como si de policías se tratara. ¿Por qué? Y el trato a los afectados es gélido, funcionan con un tono de voz monocorde y carente de empatía cuando lo que se hace es iniciar un proceso contra natura. Las madres enferman porque las enferma el sistema. Y el punto final es que están "locas". No. El sistema las destruye.
Antes de lo que puede pasar en el juicio, ¿cuál es su mensaje?
Que se escuche a las víctimas y se de voz a los afectados. Nadie con una mínima sensibilidad puede mirar hacia otro lado. Las madres están destrozadas, su llanto es desgarrador. Hace pocos meses se suicidó Helena, una mamá a la que retiraron sus tres hijos y sabía que los perdía. Se tiró por la ventana. No es la única. Pido que ese telón negro de acero que existe con respecto a la retirada injustificada de tutelas se abra y sepamos la verdad actual. Todos lo niegan. cómo no, exactamente igual que en el franquismo. El sistema se defiende ¡cómo no! ¿Alguien cree que van a decir lo que realmente hacen?
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