Muchos piensan que es sólo un icono de los años ochenta pasado de moda, pero la estadounidense Cyndi Lauper es atemporal, y esta noche ha dado fe de ello con una vuelta de tuerca musical hacia el blues, que ha convencido a los espectadores del concierto que ha celebrado en Madrid.

Las más de 2.000 personas congregadas en el escenario Puerta del Ángel del festival Los Veranos de la Villa han acogido con entusiasmo la última propuesta de la artífice de "Time after time", quien, a sus casi 60 años pero con la voz intacta, ha repasado temas clásicos de blues, género al que ha demostrado amoldarse con comodidad.

Como suele ocurrir en todo concierto, el comienzo ha sembrado algunas dudas, con el tema "Just your fool" de Little Walter a medio gas, pero apenas interpretada la segunda canción, "Shattered dreams", Lauper ha dejado constatada su versatilidad, resolviendo con actitud y talento esta versión.

Así, con las dudas despejadas, para el tercer tema ha decidido sorprender a su público interpretando uno de sus grandes éxitos, "She bop", el cual, readaptado al blues y con arreglos propios de este estilo, ha encajado a la perfección en el repertorio inicial, como si fuera una pieza más de su último disco, "Memphis Blues".

Sin dejar de moverse en ningún instante y con un estética más ochentera de lo esperado, gracias a un llamativo peinado rojo y un atuendo completo de cuero, Lauper ha saltado del escenario y se ha subido a las gradas, desde donde ha seguido cantando, lo que ha generado cierta inquietud entre los encargados de la seguridad.

Afortunadamente, la pequeña aventura de Lauper fuera del escenario, muy celebrada por los presentes, no ha supuesto problema alguno, e incluso se ha atrevido a repetirla más adelante, para disfrute del resto de butacas.

Lauper, que parece mantener la misma vitalidad de hace tres décadas, ha continuado con canciones de su nuevo álbum como las versiones de "Early in the morning" o "Down don't bother me", luciéndose especialmente en esta última, lo que ha generado aplausos en mitad de la actuación.

Después, ella misma se ha puesto al teclado para interpretar uno de sus temas más famosos, "All through the night", en su formato original, que ha elevado el ánimo de unos espectadores bastante agradecidos con la actitud tan positiva que ha mostrado la cantante a lo largo de toda su actuación.

El blues más puro ha regresado al escenario con "Don't cry no more", que ha arrancado gritos y coros por parte del público, y ha vuelto a lanzar a Lauper fuera del escenario hasta el patio de butacas, para regocijo general.

"Goonies 'r' good enough", levemente reconvertida al blues, ha generado aplausos, júbilo y grandes ovaciones, al tratarse de uno de los temas que todos los espectadores querían oír, el cual, sin embargo, quizá no ha sonado tan bien como el resto de temas del repertorio.

Y es que eso es algo que ha ocurrido con algunos de sus temas clásicos, los cuales, aun siendo los protagonistas absolutos de la noche, han quedado un tanto deslucidos ante la sorprendente solvencia con que Lauper ha abrazado el estilo blues.

"Change of the heart", otro de sus "hits", ha supuesto probablemente el momento cumbre del concierto, con unos añadidos de armónica que a este tema le sientan como un guante y que ha hecho aplaudir y levantarse al público hasta en tres ocasiones, gracias a un magnífico final donde se han lucido el órgano y la batería.

Un clásico como la versión de "What's going on" de Marvin Gaye y un tema mucho más reciente como "Lyfe", han precedido a un solo de órgano, tras el cual ha llegado "Girls wanna have fun", y la consiguiente apoteosis, con larguísimas ovaciones y piropos que Lauper ha agradecido con evidente sinceridad.

Otra vez sola ante el teclado, Lauper ha abordado "Time after time", otro de sus temas más celebrados, y ha concluido la noche con la intimista "True Colours".

Esta última canción, con la única compañía del teclado y la armónica, ha supuesto un cierre muy emotivo, que la cantante no ha dudado en dedicar a los afectados por "la terrible tragedia de Noruega" y con la que ha apelado a "la unión de todos los ciudadanos", independientemente de su raza, religión o condición sexual.

Carlos Palencia