Este artículo se publicó hace 15 años.
Reino Unido libera al 'ladrón del siglo' para que pueda morir en paz
El ministro británico de Justicia, Jack Straw, ha concedido la libertad a Ronnie Biggs, conocido como el ladrón del siglo por sustraer con 14 cómplices, en agosto de 1963, unos 4,2 millones de dólares del tren de Glasgow. Fue la mayor suma sustraída hasta entonces en un único asalto.
Biggs, que este fin de semana cumplirá 80 años, fue trasladado el pasado 28 de julio desde su celda en la prisión de Norwich (este de Inglaterra) a un hospital cercano aquejado de una neumonía severa. Los médicos creen que "no hay mucha esperanza" para su recuperación.
"Las pruebas médicas claramente muestran que el señor Biggs está muy enfermo y que su estado se ha deteriorado recientemente, lo que ha culminado en su reingreso en el hospital. No se espera que mejore su estado", ha explicado el ministro. "Por ese motivo, le concedo al señor Biggs una libertad compasiva basada en razones médicas", concluyó el titular de Justicia.
Satisfecho de lo hechoEl pasado 1 de julio, Straw denegó la libertad al conocido delincuente porque "no se arrepiente de su delito", si bien ahora ha cambiado de parecer por "motivos médicos".
La decisión significa que Biggs, que pasará la noche en cama bajo supervisión de tres funcionarios de prisiones, no saldrá a la calle hasta mañana.
"No puede caminar ni hablar y recibe alimentación a través de una sonda"
El hijo del delincuente y de la brasileña Raimunda Rothen, Michael Biggs, se ha declarado "encantado" de la decisión y espera que su padre sobreviva lo suficiente "para ver sus 80 años el sábado".
No es una victoriaPor su parte, el abogado de Bigss, Giovanni Di Stefano, afirmó que su cliente "ha sido puesto en libertad para morir y eso no puede considerarse una victoria, pero supone un triunfo para el sentido común y el señor Straw ha tomado la decisión correcta".
La verdad es que la fragilidad del ladrón del siglo, que ya fue evacuado a un hospital a finales del pasado junio por una fractura en la cadera y una infección pulmonar, no le va a permitir estar disponible para grandes fiestas.
Salud muy delicadaSu último deseo: beber una pinta
El preso, que venía solicitando su libertad en los últimos años, casi no puede caminar ni hablar y recibe alimentación a través de una sonda.
Además, Biggs ha sufrido varios ataques cardíacos, apoplejías y crisis epilépticas desde mayo de 2001, cuando decidió entregarse voluntariamente a la Justicia británica, tras huir en 1965 a Brasil.
La última pintaTras cumplir sólo quince meses de los treinta años de cárcel de su condena, Biggs se fugó de la prisión de Wandsworth (suroeste de Londres) y acabó en Brasil después de pasar por varios países.
En las actuales condiciones, parece poco probable que Ronnie Biggs vea hecho realidad su último deseo, confesado a un diario: "Entrar en un pub de (la localidad costera de) Margate como un inglés y pedir una pinta".
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