Este artículo se publicó hace 13 años.
El refugio de Josefina Aldecoa
El Colegio Estilo de Madrid mantiene vivas las bases pedagógicas de la Institución Libre de Enseñanza
Una cajita de plata llena de clips y gomas de borrar preside la mesa del despacho de dirección del Colegio Estilo de Madrid. En la tapa se leen los nombres de Pedro Casariego y José Luis Berlanga, grabados junto a los del resto de alumnos de la segunda promoción de la escuela. Hasta hace tres años, esta habitación colmada de recuerdos era el refugio de la escritora y pedagoga Josefina Aldecoa, fallecida el pasado miércoles en Santander a los 85 años.
Aldecoa fundó esta escuela en un chalé del barrio de El Viso (Madrid) en 1959. Inspirado en los principios educativos de la Institución Libre de Enseñanza (ILE), que revolucionó la pedagogía a finales del siglo XIX, este centro avanzado a su época no ha perdido ni un ápice de la voluntad educativa con la que nació. "Tratamos de desarrollar la curiosidad intelectual y potenciar el sentido crítico", resume Esther, profesora de Lengua y Literatura desde hace 30 años.
Pedro Casariego y José Luis Berlanga, entre los exalumnos del centro
"¿A quién le gusta estudiar?", se pregunta Poli, profesora de Matemáticas y Ciencias Naturales. "La clave es despertar el amor por aprender", explica esta hija de alumnos del Instituto-Escuela, el experimento educativo de principios de siglo XX que trató de llevar a la educación oficial los principios de la ILE. Poli sólo usa libros de texto con los alumnos de quinto y sexto de Primaria. A los de tercero y cuarto les cuenta las lecciones para que tomen apuntes y así aprendan a resumir. "Lo importante es que escuchen", asegura esta bióloga, que además de dar los contenidos básicos de su asignatura ya ha hablado a sus alumnos de sida y sexualidad.
Cuenta Esther que Josefina Aldecoa creó un centro "para los hijos de sus amigos" en una España "monocolor" que dejó la educación en manos de la Iglesia. Por todo ello, Estilo se convirtió en un oasis de libertad y sigue siéndolo.
El viernes, dos días después de la muerte de Josefina Aldecoa, en el centro se respira un trajín melancólico. En el despacho de dirección, Nati, secretaria y enfermera con 40 años de experiencia en el centro, lo controla todo. "Es una institución", asegura Esther, que contiene las lágrimas mientras recuerda a Josefina, su "luz" y su "guía". Acaba de recibir la visita de dos exalumnos del colegio, que han venido a dar el pésame a los profesores. "Es como volver a casa, durante años ellos fueron nuestra segunda familia", recuerdan emocionados.
Para Aldecoa, era más importante "formar personas que sabios"
En la biblioteca, donde Aldecoa solía leer con los alumnos, se proyecta ahora un documental sobre su vida. Los niños recuerdan a la escritora con una poesía dedicada a ella. "Era muy buena, nos quería mucho, nos conocía a todos y pasaba por las clases todos los días", recuerda Elia, de 8 años.
Recordando a JosefinaOtra alumna, Lucía, relata que Josefina le daba de comer cuando ella todavía no sabía hacerlo sola. Carmen dice que echará de menos "tocar todas las joyas que llevaba". Los 110 niños y niñas que estudian en este centro, hoy dirigido por la hija de Josefina Aldecoa, Susana, se volcaron el viernes en la figura de su fundadora. Y lo hicieron de la manera que más hubiera gustado a la pedagoga: pintando un mural que pronto será uno más de los que inundan las paredes de la escuela.
La Educación Plástica, que imparten dos artistas, es una asignatura diaria en Estilo porque Aldecoa consideraba imprescindible que los niños se expresaran artísticamente. Siguiendo los principios de la ILE, para la pedagoga era más importante "formar personas que sabios".
Comentarios de nuestros suscriptores/as
¿Quieres comentar?Para ver los comentarios de nuestros suscriptores y suscriptoras, primero tienes que iniciar sesión o registrarte.