Este artículo se publicó hace 15 años.
Redford, Woodward y Bernstein reviven el Watergate
El encuentro tuvo lugar en el BAM de Nueva York, que dedica un ciclo al actor por sus 50 años de carrera
Isabel Piquer
Fue una de esas noches que de vez en cuando hay en Nueva York. Robert Redford, Bob Woodward y Carl Bernstein reunidos en un escenario, hablando de Todos los Hombres del Presidente, 33 años después de su estreno. Pasó en la Academia de Música de Brooklyn (BAM), una de las instituciones culturales más innovadoras de la ciudad, que dedica una amplia retrospectiva al actor y activista de Hollywood, que cumple medio siglo de carrera.
"No había forma de dar con ellos. Intenté hablar varias veces con Woodward y siempre me daba largas. Me decía que estaba muy ocupado y que le llamara en otro momento. Yo estaba muy interesado en el tema pero llegué a desanimarme, iba a empezar a rodar Tal como éramos (Sidney Pollack, 1973) y dejé de insistir", recuerda Redford. "Luego, tras muchos meses, por fin conseguí tomarme un café con él y ahí empezó todo".
Redford: "Al principio iba a ser un filme en blanco y negro y modesto"
El moderador se gira hacia los dos periodistas, incrédulo. "¿Os llama Robert Redford y no contestáis?" Bernstein se disculpa: "En aquel momento estábamos desbordados y pensábamos que nos iban a despedir". Woodward añade: "Estábamos vigilados, bajo una enorme presión y además, tampoco creíamos que realmente nos llamaba Redford". Los tres se ríen, el tiempo les ha convertido en viejos cómplices.
En aquel momento, el libro todavía no había salido y el Washington Post estaba enzarzado en una lucha a vida o muerte periodística contra el Gobierno de Richard Nixon.
Los orígenesRedford estaba rodando El Candidato (Michael Ritchie, 1972), cuando empezó a interesarse por el Watergate. "Siempre leía esos artículos firmados por los mismos reporteros, aunque entonces no me fijaba en sus nombres. Eso fue en el 74. Después de estallar todo el escándalo, leí un perfil de ellos, de cómo, siendo los dos tan distintos, habían conseguido trabajar juntos. Y me di cuenta de que quería contar esa historia", dice el actor. Al principio "iba a ser una película en blanco y negro de presupuesto modesto que yo iba a producir", recuerda.
Redford, Alan J.Pakula, el director, y los dos periodistas colaboraron estrechamente en la elaboración del filme. "Dustin lo tuvo más fácil con Berns-tein porque es una persona más extrovertida. Woodward es mucho más reservado y me costó encontrar el ángulo del personaje", cuenta Redford.
"En el Washington Post estaban preocupados recuerda el actor, pensaban que sería una película al estilo de Hollywood". El resultado fue otro. Un filme que, visto con la distancia de los años, destaca por su sobriedad y sencillez. "Trabajamos mucho en el diseño", cuenta Redford, "el neón de la redacción es la luz de la de verdad, sin paliativos ni sombras. Fuera está todo siempre oscuro".
"Nos pasamos el tiempo yendo a las casas de la gente"
Berstein lamenta la falsa "glamourización" del periodismo a la que contribuyó Todos los Hombres del Presidente. "Algunos han sacado lecciones equivocadas: que hay que saltarse las reglas y derrocar gobiernos. Se olvidan de que la meta de un periodista es obtener la versión más disponible, más alcanzable en ese momento de la verdad. Y no hay que olvidar que cometimos errores y que gran parte del trabajo fue aburrido".
Pragmático, Woodward añade: "Nos pasamos el tiempo yendo a las casas de la gente. Estaban vigilados y no podíamos hablar en sus oficinas". Reflexiona unos segundos. "Al volver a ver la película recordé de lo mucho que consigues trabajando de noche. La verdad sale más fácilmente en la intimidad de la oscuridad".
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