Este artículo se publicó hace 13 años.
Red Hot Chili Peppers encienden Madrid con su intacto vigor musical
Aún después de un disco anodino como "I'm With You", hoy en Madrid ha quedado demostrado que los Red Hot Chili Peppers constituyen un valor a prueba de riesgos, respaldados por el vigor musical intacto de sus directos y una nómina de éxitos como "Give It Away" o "By The Way", capaces de encender al más mohíno.
Junto al mencionado último álbum de este cuarteto californiano, que agotó hace meses las entradas para su concierto de esta noche en el Palacio de los Deportes de la ciudad, la otra gran novedad la aportaba su nuevo guitarrista, Josh Klinghoffer, un joven menudo de aspecto apocado que, poco a poco, va cogiéndole el pulso a sus veteranos compañeros.
El sustituto de Joe Frusciante, que abandonó la banda por segunda vez en el transcurso de este último lanzamiento, se crece con cada directo y ya goza de sus propios momentos de protagonismo (como en "Meet me at the corner" o "Can't Stop"), batiéndose en duelo incluso con el carismático e hiperactivo bajista Michael Balzary, alias "Flea".
La complicidad entre los componentes de este grupo, con casi treinta años de complicada carrera a su espalda, ha sido de hecho una de las tónicas de la noche, algo muy importante, toda vez que los mayores peligros para su pervivencia en el pasado, aparte de las drogas, vinieron de disensiones internas y de las continuas desbandadas de sus miembros.
Muchos temían que aquello volviera a suceder tras la reciente salida de Frusciante, uno de los responsables junto al cantante Anthony Kiedis de algunos de sus mejores discos, véase "Blood Sugar Sex Magik" (1991) y "Californication" (1999). En ese sentido, la llegada de Klinghoffer parece haber dado estabilidad de nuevo a los californianos.
"I'm With You" no alcanza el nivel de esas dos joyas de la música rock, pero al menos aporta algún que otro activo nuevo, como el pegadizo tema "Monarchy Of Roses", con el que se ha abierto el espectáculo de hoy, con Kiedis luciendo una gorra en la que, paradójicamente, podía leerse el mensaje "Off!" (apágate, en inglés).
Este arranque es una de las pocas notas estables que han mantenido a lo largo de la actual gira, que comenzó a finales de verano y que, tras su paso el jueves por Barcelona, cerrará en breve el primer tramo de su andadura.
Los RCHP mantienen también casi intacta su tendencia a la desnudez. Ya no aparecen, como en sus orígenes, con un calcetín tapando sus genitales como toda vestimenta, pero Kiedis y "Flea" siguen siendo muy dados a mostrar su poderío abdominal, dando a entender que a sus casi 50 años mantienen el brío en todos los sentidos.
También continúan dotándose de un importante aparato técnico y humano, con toda la potencia sonora posible a disposición de su característica fusión de funk, punk y metal, una tarea en la que les ayuda el percusionista Mauro Refosco, amén de un gigantesco puzzle de pantallas que, en este tour, los convierten en motivos pictóricos psicodélicos.
Para mantener el ritmo, los californianos gustan de diseminar el resto de sus grandes canciones, como "Scar Tissue", "Can't Stop", "Dani California" y, sobre todo, "Under The Bridge", siempre acogidos con un grito de estupor por el público.
Eso mismo sucede con los temas que tocan justo antes de los bises, "Californication" y "By The Way", que preparan al respetable para saltar, como remate, con "Give It Away", un tema con más de veinte años que aún es capaz de avivar a cualquiera.
"Os veré de nuevo", ha dicho Kiedis antes de retirarse a los 18.000 asistentes que le han ovacionado, recordando quizás que el 7 de julio Madrid tendrá una nueva oportunidad de vibrar con su música, dentro del Rock in Rio y con una audiencia que, potencialmente, podría quintuplicar la de esta noche.
Javier Herrero.
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