Este artículo se publicó hace 15 años.
La recesión llevó a la quiebra 2.900 empresas y familias en 2008
Por Manuel María Ruiz
La recesión que golpea a la economía española muestra su peor cara llevando a la quiebra a empresas y familias, engordando la lista de desocupados hasta niveles desconocidos desde hace más de una década y sin que se adivinen en el horizonte motivos de esperanza.
El Instituto Nacional de Estadística (INE) dijo el jueves que el número de personas físicas y empresas que quebró en 2008 se incrementó cerca de un 200 por ciento, mientras la industria continuaba arrojando síntomas de una extrema debilidad.
La Oficina de Estadística también señaló que el índice de producción industrial corregido del efecto de calendario cayó en diciembre a un mínimo histórico del -19,6 por ciento interanual.
Mientras el Gobierno se esfuerza para persuadir a los ciudadanos de que la economía comenzará a ofrecer los primeros síntomas de mejora a finales de este año, economistas privados dudan de que el PIB deje atrás los números rojos antes de 2010.
"Tenemos que aceptar que esta va a ser una recesión larga, profunda y que nada de lo que se haga va a tener efectos inmediatos. Por tanto, cuanto menos se haga, mejor", dijo un alto directivo financiero que pidió el anonimato.
"Estas coyunturas son cíclicas y nada tienen que ver con un sólo país o con una política económica concreta. Tenemos que hacer crisis y, mientras, procurar preservar el empleo, proteger al parado y tratar de financiar el empleo en lo posible. La obra pública y rentable es fundamental en estos períodos", añadió.
CRÉDITO, SÍ O NO
Después de que el ministro de Industria, Turismo y Comercio. Miguel Sebastián, desatara el martes un áspero debate sobre la restricción crediticia cuando dijo que el Gobierno estaba perdiendo la paciencia con los bancos, algunos economistas apuestan por un retorno gradual a la normalización crediticia bajo un criterio de racionalidad.
Por su parte, distintos miembros del Gobierno han hecho un intento por suavizar este debate al insistir en que el presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, posee una paciencia ilimitada para afrontar y resolver los problemas.
"Lo ideal sería que fuera normalizándose poquito a poco la oferta de crédito, quizás no como crecía antaño pero que, por lo menos, no dejen morir pequeñas empresas y proyectos rentables", dijo Emilio Ontiveros, catedrático de Economía Aplicada y Consejero Delegado de Analistas Financieros Internacionales.
Los bancos, que deben distribuir liquidez entre las pequeñas y medianas empresas y familias mediante el Fondo de Adquisición de Activos Financieros implementado por el Gobierno, están más vigilantes y cautelosos por el aumento de la morosidad vinculado a la atonía económica.
"Mucha gente piensa que el primer trimestre será el punto más bajo y habrá algunos sectores que toquen fondo. En el corto plazo, la falta de canales de crédito es probablemente una de las principales cuestiones en juego. Las empresas, especialmente las pequeñas, podrían hacer las cosas mejor si tuvieran acceso a una financiación adecuada", dijo José García Zárate, economista de 4Cast.
LA INDUSTRIA, ¿UN FRUSTRADO CABALLERO BLANCO?
El Gobierno socialista, que desde que entrara en la Moncloa en 2004 se ha empeñado en cambiar los cimientos del crecimiento doméstico hacia sectores de valor añadido, puso sus ojos en la inversión industrial y tecnológica para cambiar unos fundamentos demasiado dependientes de la construcción.
Sin embargo, la industria y la sociedad del conocimiento tampoco han podido escapar al proceso global de atonía económica y no han llegado a tiempo para rescatar a la economía española de este proceso global de fuerte atonía.
"Es absolutamente increíble. Estábamos esperando una desaceleración de la economía española y los números realmente lo muestran en términos de desempleo, de producción industrial, de construcción. Es impresionante, está siendo extremadamente rápido", dijo Stephane Deo, economista de UBS.
Tras más de una década de vigoroso crecimiento, la economía española entró en recesión en el último semestre de 2008 entre expectativas de que será peor en 2009.
"Nosotros vemos un crecimiento este año del -2,5%", apostilló Diego Fernández, economistas de Fortis Bank.
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