Este artículo se publicó hace 13 años.
Rajoy: "No voy a prometer nada"
Se suma a sus barones y pide la convocatoria del Consejo de Política Fiscal
Mariano Rajoy se dio ayer un nuevo baño de masas. El viernes lo hizo en Ciudad Real, donde acudió a clausurar unas jornadas sobre mujeres rurales emprendedoras. Y esta vez le tocó en Salamanca, en Castilla y León, tierras abonadas por el partido conservador, donde elecciones tras elecciones gobiernan por mayoría absoluta.
Cuando quedan 35 días para la campaña electoral, Rajoy decidió arrancarse con un peculiar anuncio: "No voy a prometer nada"; y con una intención: "No quiero mirar hacia atrás, sino plantear retos".
El líder del PP evita concretar su oferta e insiste en que hablará "con todos"
Con esta declaración de intenciones quedó claro que el programa con el que el PP quiere concurrir a la cita electoral del 20-N sigue sin ver la luz. Los planes iniciales del principal partido de la oposición eran los de hacerlo público el pasado fin de semana en la convención que a tal efecto convocaron en Málaga; los planes, a día de hoy, son presentarlo a finales de mes, prácticamente cuando comience la campaña.
Dos modelos opuestosEn su intervención, que estuvo precedidas por las del regidor salmantino y la del presidente de la Junta de Castillay León, Juan Vivente Herrera, el líder del PP dijo que sabía lo que no había que hacer con España en la situación en la que se encuentra: "Engañar, improvisar, gastar lo que no se tiene y presumir lo que no eres". Es, a juicio de los conservadores, lo que han hecho los socialistas en los últimos años. Por contra, Rajoy señaló lo que sí hay que hacer: "Decir la verdad, gobernar con un plan, con un presupuesto y ser realista". Fue en torno a esos planteamientos sobre los que articuló su mitin, que duró algo más de media hora.
Se limita a citar un plan económico "serio", "como dios manda"
Dado que la "vida sigue hasta el 20 de noviembre", el presidente del principal partido de la oposición marcó una serie de tareas al actual Gobierno. La primera "obligación" que tiene José Luis Rodríguez Zapatero es "la reunión de jefes de Gobierno, en el Consejo Europeo", que se celebrará el día 23 de octubre. Según Rajoy, en esta cita, el Ejecutivo tendrá que defender los intereses de España "porque se van a tratar temas como la deuda, los bancos o el dinero europeo". Asuntos que "afectan a la vuelta del crédito".
Política agrariaAdemás, en Salamanca, donde su economía se basa en la agricultura y la industria agroalimentaria, habló del proyecto de nueva Política Agraria Común (PAC). Y advirtió de que "no se puede aceptar". Pese a que la ministra Rosa Aguilar ya ha dicho que no apoyará la reforma, Rajoy culpó al Gobierno de "no defender los intereses españoles". "Con esta propuesta perdemos dinero, se perjudica a los que producen y son competitivos y no se apuesta por el rejuvenecimiento del sector", valoró.
Sostiene que hasta el 20-N "la vida sigue" y el Gobierno debe ser responsable
Otro de los asuntos que utilizó para arremeter, sin citarlo, contra Zapatero fue el déficit público. Según señaló el líder del PP, muchos de los actuales problemas de España se deben a "haber gastado lo que no teníamos", y lo ha hecho un "Gobierno manirroto", por lo que le pidió que "cumpla con los compromisos de déficit público que ha asumido ante las instituciones europeas". Además, reclamó, una vez más, la convocatoria del Consejo de Política Fiscal y Financiera porque, según Rajoy, es "injusto" que se prorro-guen los Presupuestos Generales del Estado debido "a inte-reses partidistas para no tomar decisiones difíciles".
Se trata esta de una petición que los barones autonómicos del PP lanzaron hace una semana en Málaga de forma informal. Y a la que el Gobierno ya ha dicho no.
La parte final de su mitin la reservó a hilar declaraciones de intenciones inconcretas respecto a lo que hará si llega a la Moncloa: "Nombrar un Gobierno serio, de gente formal, competente, preparada y conocedora de lo que se tiene entre manos". También anunció que iba a presentar un plan económico "serio", "como dios manda", como "mínimo para cuatro años", con el objetivo de "poner orden en la política económica". Y volvió a recurrir a la austeridad como principio de las políticas que instauraría. "No se puede gastar lo que no se tiene", dijo.
InconcreciónSin explicar ni cómo ni en qué momento, recordó que iba a reestructurar "de una vez" el sistema financiero, "para que haya créditos", y que apoyará a pequeños, medianos y grandes empresarios y a los autónomos porque son "los llamados a crear empleo".
Dedicó poco tiempo a las políticas sociales. Sólo las mencionó cuando afirmó que se podrá hablar de ellas "si se crea empleo". Y añadió que ha sido el Gobierno de Rodríguez Zapatero "el que más recortes sociales ha hecho", ya que "nadie bajó las pensiones ni el sueldo a los funcionarios".
En clave interna, el candidato del PP lanzó una arenga a sus afiliados cuando les advirtió de que "van a volver a las cantinelas de siempre", como es el "¡Cuidado que viene la derecha!".
Aunque prometió que no iba a hacer promesas, acabó su mitin con unas cuantas: "Prometo seriedad, rigor, valentía, responsabilidad, dialogar con todo aquel que quiera hablar conmigo y concordia". Con un Palacio de Congresos enfervorizado, puso el broche de oro a la jornada con un "no quiero división entre españoles, sólo quiero la unión".
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