Este artículo se publicó hace 15 años.
Rajoy gana tiempo y serena a los críticos
Las posibilidades de Gallardón de suceder al líder del PP se aplazan tras la victoria en Galicia. Aguirre se retira a un segundo plano en un momento delicado para su Gobierno
El futuro inmediato de Mariano Rajoy no se parece en nada al panorama que muchos pintaban en los meses previos a la cita electoral del 1-M en Galicia y País Vasco. Antes de que comenzaran sendas campañas, en el PP se temía que tras las elecciones se iba a desatar una gran tormenta. Los descontentos afilaban cuchillos mientras aguardaban una derrota para promover su rebelión. Se hablaba incluso de que alguien diera el primer paso y de que todos los críticos le secundaran.
En la sede nacional creen que la crisis les ayudara a ganar las europeasQuerían demostrar que eran más de los que pensaban en la dirección nacional. Si las cosas no hubiesen salido bien en Galicia, en estos días estaríamos presenciando varios movimientos. Muchos dirigentes habrían comenzado a reclamar un congreso extraordinario. La vida de Rajoy se habría convertido en un calvario hasta las europeas. Si no abandonaba, la presión se habría hecho insoportable.
Todo ha cambiado. Rajoy gana tiempo. Y pese al caso Gürtel, que tiene en el punto de mira a su partido en Madrid y en Valencia, parece sonreírle la suerte. Primero, por la dimisión de Mariano Fernández Bermejo después de haber hecho de la petición del cese del ex ministro una de sus principales banderas electorales.
Después, llegó la victoria en las urnas. En Galicia, Rajoy, gracias a Alberto Núñez Feijóo, aprobaba el examen. Y en el País Vasco, a pesar de perder dos escaños, el PP de Antonio Basagoiti se convertía en la llave para ayudar al PSE a desalojar a los nacionalistas de Ajuria Enea. Entre los conservadores se desataba la euforia. Sorprendía descubrir cómo algunos de los más críticos se mostraban encantados con Rajoy. Su liderazgo ya no parecía estar en entredicho. Nadie se atrevía a decir lo contrario.
El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, que estuvo en Galicia y País Vasco ayudando a hacer campaña, mostraba al presidente de su partido su reconocimiento: "Es el responsable directo del cambio, la modernidad y la juventud que encarnan perfectamente Feijóo y Basagoiti". Mientras proclamaba estas palabras, algunos de sus compañeros estimaban que el regidor acababa de perder una oportunidad de oro de hacerse con las riendas del partido.
Si el PP vivía una situación caótica, Ruiz-Gallardón tenía serias posibilidades de erigirse como solución. Además de aportar un perfil moderno y moderado, el alcalde madrileño contaba con un extra: su nombre no se ha visto salpicado por los escándalos que sí han puesto en el punto de mira a otros de sus compañeros de partido, como Esperanza Aguirre y Francisco Camps.
Ahora, a tenor de lo visto, al alcalde se le van los plazos. "Alberto ve que sus posibilidades se presentan más a larga distancia. Tendrá que esperar", señala uno de sus compañeros. La mayoría del partido, contagiada por la alegría de los resultados electorales y pensando que los datos económicos estarán aún peor en el mes de junio, está más convencida que nunca de que ganarán las europeas.
Si además de a Rajoy a alguien le dan un respiro los buenos resultados en Galicia y la posición del PP en Euskadi es a Esperanza Aguirre. "Ella no estaba precisamente en una situación óptima para rivalizar por la presidencia del partido. Lo que hace es ganar tiempo", destaca un antiguo colaborador suyo.
Con ello, se libra, además, de que se la culpe de haber contribuido a una debacle electoral con la supuesta trama de espionaje desatada en la Comunidad y con las implicaciones de algunos de sus cargos de confianza en la Gürtel. No pasa por alto que Antonio Basagoiti, candidato del PP a lehandakari, se confesó "harto" en plena precampaña de los escándalos que estaban afectando a su partido. "Esto bien no nos vendrá, no nos engañemos", llegó a mantener.
Aguirre no acudió a celebrar la noche electoral en la sede del partido porque volvía de un viaje privado, pero fue la primera en reconocer al día siguiente el éxito del líder del PP. "Sin ninguna duda estos resultados fortalecen a todo el PP y al primero de todos al presidente Mariano Rajoy", dijo. Muchos en el partido creían que se estaba tragando su orgullo. Otros veían en estas palabras un gesto de alivio.
Mientras, en su círculo más próximo insisten en que la presidenta "no está por la sucesión, ni nunca lo ha estado". "Ahora el partido está más unido que nunca y toca ganar las europeas, trabajar duro y hacer mucha calle", añaden. Creen que el PP debe dejar a un lado las etiquetas y pensar en un escenario "en el que habrá disolución anticipada del Parlamento". Para el PP de Madrid lo fundamental ahora es que todos tengan claro que el enemigo "se llama José Luis Rodríguez Zapatero".
Pero, por si fuera poco, al PP le esperaba una alegría más. La Fiscalía Anticorrupción le pedía hace tan sólo unos días a Garzón que se inhibiera en el caso Gürtel y señalaba que éste correspondía a los Tribunales Superiores de Justicia de Madrid y Valencia, admitiendo de este modo que no encontraba indicios contra parlamentarios nacionales del PP. En la sede, el suspiro de alivio fue generalizado. La tensión por la presunta trama de corrupción, que afecta al PP de Madrid y al de la Comunidad Valenciana, era tremenda. Una vez "tocados" Camps y Aguirre todo el mundo estaba pendiente de si a Rajoy también le iba a afectar. El tesorero, Luis Bárcenas, estaba en el punto de mira. Y eso afectaba al corazón mismo de la sede nacional.
Tras la decisión de la Fiscalía, el líder del PP se preguntaba si a las personas que habían aparecido en los periódicos se les iba a "resarcir del daño causado en su honor". En el último Comité Ejecutivo Nacional dijo que él iba a "defender a todos los militantes". Pero también especificó que si alguien había "hecho algo que no debía", tendría "que asumir sus responsabilidades.
En el partido dicen que se ha notado un cambio de estrategia. "Se ha pasado de no hacer nada, de ver cómo día tras día nos atizaban, al contraataque. Ahora nos estamos defendiendo y se ve que da sus frutos", dice un diputado.
Los conservadores tienen más ánimos. De la noche a la mañana se han disipado los negros nubarrones. Las victorias unen más que nada. Los colaboradores de Rajoy tienen una sonrisa perpetua. Y se sienten más seguros. Por ejemplo, su mano derecha, María Dolores de Cospedal, quien ya ha comenzado a dejar caer que tal vez sea fuera necesario pedir elecciones anticipadas. Hasta al propio líder del PP se le ve optimista. Aprovechando un viaje a Dos Hermanas (Sevilla), se mostró tan animado que empezó a decir que el "cambio político es más posible que nunca" en Andalucía.
Aún así, hay quien piensa que esto es sólo una tregua. Los críticos le observan con lupa y siguen exigiendo que Rajoy actúe en todo con la misma prontitud con la que respondió a la cacería entre Bermejo y Garzón. Hay varios grupúsculos que siguen latentes esperando a que cometa algún fallo. Hasta después del 7-J no habrá descanso. Es cierto que las comidas y reuniones que había en estos días se han desactivado. Pero no se les ha puesto punto final.
Los protagonistas ¿Quién es quién?FRANCISCO CAMPS
Un barón entre problemas
La dirección nacional del PP ha puesto la mano en el fuego por el presidente de la Generalitat convencida de que está siendo objeto de “gravísimas acusaciones” en el marco del caso Gürtel. Pese al blindaje de su partido en torno a él, ha quedado tocado. Hace un año el PP de Madrid le señalaba como candidato de los conservadores a La Moncloa para 2012.
ESPERANZA AGUIRRE
El alivio de la lideresa
El estallido de la supuesta trama de espionaje en la Comunidad de Madrid, presidida por Esperanza Aguirre, pilló al PP preparando las campañas vasca y gallega y con miedo de que afectase a las urnas. La victoria en Galicia hizo respirar a Aguirre: en el supuesto de haberse desatado una carrera sucesoria, ella no estaba en su mejor momento.
ALBERTO RUIZ GALLARDÓN
Un alcalde que debe esperar
Su nombre figuraba en todas las quinielas de posibles rivales de Rajoy en el supuesto de que el PP se estrellara en las urnas. Ahora tendrá que esperar, al menos hasta las europeas para ver si el partido reclama un recambio de líder. Su papel en las campañas gallega y vasca ha sido destacado . En tres ocasiones ha ayudado a hacer campaña a cada uno de los candidatos.
ALBERTO NÚÑEZ FEIJÓO
Un líder en ascenso
El presidente del PP gallego, Alberto Núñez Feijóo, ha dado, con su mayoría absoluta en las urnas, el mayor respaldo que ha recibido Mariano Rajoy en los últimos meses. Tanto, que ha logrado frenar los movimientos de los críticos. El PP sabía que se jugaba mucho en estos comicios, por eso Mariano Rajoy no dudó en hacer una campaña electoral paralela a la de Feijóo.
ANTONIO BASAGOITI
El artífice de que el PP sea llave
No ha conseguido mantener los 15 escaños que le dejó María San Gil, pero Antonio Basagoiti ha logrado algo histórico para el PP del País Vasco: ser determinante, con 13 escaños, para que el PSE (25 escaños) pueda desalojar al PNV. Ya lo dijo durante toda la campaña Basagoiti: “Tenemos que hacer que la suma dé”. Todo sin que se necesite la ayuda de UPyD.
JAIME MAYOR OREJA
El próximo reto, en sus manos
El próximo reto para Mariano Rajoy, las elecciones europeas del próximo junio está en manos de Jaime Mayor Oreja, número uno del PP al Parlamento Europeo. Los críticos parecen haber dado una tregua a Mariano Rajoy y volverán a examinarle tras la cita con las urnas. El PP está confiado de que la crisis económica ayudará a que sus resultados sean buenos.
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