"No quería matarla, quería dejar de discutir"

"Estábamos discutiendo y nos acaloramos, por así decirlo. Había un cenicero encima de la mesa del ordenador. Lo cogí y le di un golpe". Así describió este martes Miguel Carcaño el instante en el que, estando en el dormitorio de su piso de la calle sevillana de León XIII poco después de las 20.30 horas del 24 de enero de 2009, mató a Marta del Castillo, de 17 años. El fiscal Luis Martín intentó escarbar en el relato: "¿La golpeó así, sin venir a cuento?". Carcaño respondió: "Estábamos gesticulando mucho los dos. Con los nervios, no sé qué pasó. Cayó al suelo, me asusté, me agaché. Tenía sangre en la cabeza".

Carcaño expuso, ante el tribunal que le juzga por violación y asesinato, su versión definitiva. Fue, según su descripción, casi un accidente, un solo golpe en la sien con un cenicero que nunca apareció en medio de una discusión por los celos de la chica, con la que había mantenido una relación y que no soportaba que él tuviera otra novia. Sin ensañamiento, sin premeditación, sin alevosía. Casi sin querer. "¿Tenía intención de matarla?", le preguntó su abogada, Paloma Pérez. Y él contestó: "No, quería dejar de discutir".

El principal acusado dice que inventó una violación para vengarse del 'Cuco'

El relato se corresponde con su línea de defensa, según la cual Carcaño no cometió la violación y el asesinato por los que la Fiscalía pide 52 años de prisión, sino un homicidio imprudente. La defensa pide tres años de prisión para Carcaño.

El cuerpo no ha sido hallado, por lo que esta versión no puede rebatirse con la autopsia. En lo que a su propio papel en el crimen concierne, el relato de Carcaño es compatible con el que asume el juez de Menores que absolvió al Cuco de violación y asesinato y le condenó a tres años por encubrimiento.

La segunda jornada del juicio, de algo más de dos horas, la consumió la declaración de Carcaño, de 22 años. Estuvo conciso y escueto, recurriendo con frecuencia a monosílabos y también al "no lo sé" o al "no sabría decirle". De los supuestos encubridores, exculpó a su hermano, Francisco Javier Delgado, y a la novia de este, María García, que se enfrentan a ocho y cinco años respectivamente. Sí implicó a sus antiguos amigos el Cuco, de 15 años entonces, y Samuel Benítez, al señalar que ambos se habían llevado en coche el cadáver, del que reiteró que desconocía el paradero porque él se quedó en casa limpiando. "Igual que yo estoy asumiendo mi responsabilidad, que cada cual asuma la suya", afirmó, un mensaje que parecía lanzar a Samuel, sentado a su espalda en la sala.

"Con los nervios, no sé qué pasó. Se cayó al suelo", declaró Carcaño

El primero en interrogar al Cuco, y el que lo hizo más a fondo, fue el fiscal. Tras oírlo, pidió que el secretario leyera la declaración autoinculpatoria de Carcaño ante el juez instructor Francisco Molina el 17 de marzo de 2009, un relato que es sostén de la acusación de la Fiscalía. Es un relato brutal, en el que detalla cómo entre él y el Cuco violaron a Marta, acallando sus gritos con un calcetín en la boca y amedrentándola con una navaja, antes de asfixiarla y arrojarla a un contenedor.

¿Cómo explica haber dicho tal cosa si no era cierta?, se le preguntó. "Mi abogado de entonces me dijo que el menor había imputado (sic) a mi hermano. Para mí yo lo tenía todo perdido, así que [...] fui a ponerle más delitos a él", dijo. "Y se inventó todos esos detalles?", inquirió el fiscal. "Sí", respondió. La venganza afirmó no era el único motivo. Según explicó, un interno le informó en prisión de que inculparse de violación le evitaría el jurado popular, "con el que lo tendría todo perdido".

El tribunal rechaza anular las escuchas telefónicas a los acusados

El tribunal rechazó las cuestiones previas presentadas por las partes. La que podía haber tenido una incidencia más inmediata en el proceso era la presentada por la defensa de Francisco Delgado, que pedía la nulidad de las escuchas telefónicas y el archivo de su procesamiento.