Este artículo se publicó hace 14 años.
PSE y PNV riñen pero pactan
Ambas fuerzas elevan el tono de sus insultos mientras negocian los Presupuestos de Euskadi
El Partido nacionalista Vasco (PNV) y el Partido Socialista de Euskadi (PSE) viven una paradoja política, sobre todo durante la última semana. Su cruce de reproches se ha puesto al rojo vivo precisamente en un momento crucial de la negociación del proyecto de ley de Presupuestos para 2011 del Gobierno vasco de Patxi López y de las diputaciones provinciales de Vizcaya, Guipúzcoa y Álava, las tres gobernadas por el partido nacionalista.
Ambas formaciones hacen de la necesidad virtud, convencidas de que su deteriorada relación en público no debe echar a perder un acuerdo sobre los presupuestos de las principales instituciones del País Vasco en esta delicada coyuntura económica.
No obstante, la compleja relación entre el PNV y el PSE, o el Gobierno vasco, dista mucho de la cordialidad que caracteriza el entendimiento del partido liderado por Iñigo Urkullu con el grupo socialista en el Congreso de los Diputados y con el propio presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, tras el pacto que garantiza al PSOE apoyo suficiente hasta el final de la legislatura y, además, encauza el cumplimiento "íntegro" del Estatuto de Gernika.
El origen de la broncaLos socialistas vascos atribuyen los "insultos" del PNV en Euskadi a su estrategia de acoso y derribo contra López desde el día de su investidura como lehendakari. El Partido Nacionalista Vasco, por el contrario, cree que el PSE ha generado esta polémica de forma "artificial" sólo con el objetivo de tapar su "mala gestión" al frente del Ejecutivo vasco.
En cualquier caso, el tono de los reproches se ha recrudecido desde hace una semana, cuando el lehendakari acusó al PNV de "venderse al mejor postor". "No van a tener mi cabeza ni el Gobierno", dijo Patxi López en un acto del PSE en alusión a una supuesta declaración realizada por Urkullu unos días antes en Madrid.
En realidad, el presidente del PNV había defendido una vez más que "tras unas elecciones es necesario respetar no sólo la lista más votada, sino también la mayoría social". Y, sobre esas palabras, el lehendakari interpretó que el PNV pedirá su "cabeza" como condición para "apoyar a Zapatero o Rajoy" tras las elecciones generales previstas para 2012.
Lo que más escuece al PNV, que niega tajante la interpretación de López y que Urkullu dijera tal cosa, es que le acuse de "venderse al mejor postor", sobre todo tras su pacto con Zapatero. Así, el presidente del PNV en Vizcaya, Andoni Ortuzar, llamó a López "Pinocho", aunque la gota que ha colmado el vaso en el PSE es lo escrito por un alcalde del PNV en la red Twitter sobre cómo se pronuncia "el acrónimo de Patxi López Lehendakari: Pelele".
El PSE exige al PNV "respeto institucional a la figura del lehendakari" desde la creencia de que "nunca jamás" ni el lehendakari ni el Gobierno vasco habían recibido las "burlas de nadie de este país".
En el PNV, en cambio, no olvidan los insultos que recibió el ex lehendakari Juan José Ibarretxe. Como recoge la hemeroteca, dirigentes del PSE le reprocharon, tras presentar la iniciativa de la consulta, tener un "delirio" y ser un "iluminado", entre otros insultos.
Un portavoz de la Ejecutiva nacionalista (Euskadi Buru Batzar) afirma que los socialistas vascos han provocado esta polémica dialéctica de forma "artificial": "Actúan como si estuvieran en la oposición. El problema es que en el Gobierno vasco no están haciendo nada y necesitan esta bronca. Así están más cómodos".
Calmar los ánimosPese a todo, ambas formaciones esperan que no se traben las negociaciones sobre los presupuestos del Gobierno vasco y de las diputaciones. El PNV no se plantea por ahora dirigirse al lehendakari para ver el modo de calmar los ánimos. "No nos hemos planteado llamar a Patxi López. Si nos llama, Iñigo Urkullu acudirá. ¿Si es necesario serenar eso? Claro, sí", dicen las mismas fuentes.
Por ahora, los contactos entre las comisiones del PNV y del PSE sobre las cuentas avanzan en las distintas instituciones. La pasada semana, el PNV anunció su decisión de no presentar una enmienda a la totalidad al proyecto de Presupuestos del Gobierno vasco. El plazo para ello concluirá hoy, al igual que en las diputaciones de Vizcaya y Guipúzcoa. En Álava, el único territorio donde el apoyo del PSE se antoja imprescindible para el Ejecutivo foral del PNV, el trámite de las enmiendas no vencerá hasta el 9 de diciembre.
El Gobierno vasco, por su parte, no necesita los votos del PNV para sacar adelante sus cuentas, gracias al apoyo del PP. En cualquier caso, salvo sorpresa, volverá a haber acuerdo presupuestario entre nacionalistas y socialistas. Es una costumbre. También el PSE aprobó las cuentas del Gobierno de Ibarretxe en plena bronca por la consulta.
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