Este artículo se publicó hace 15 años.
El presunto secuestro y maltrato de un niño por sus padres causa conmoción en Francia
El pueblo de Millau, en el sur de Francia, se encuentra conmocionado por la noticia del secuestro de Dylan, un niño de 7 años que fue presuntamente confinado en un pequeño habitáculo y maltratado por sus propios padres por su carácter "difícil".
La policía, que detuvo ayer a los progenitores del menor, intenta esclarecer ahora si es cierto que Dylan vivía recluido en condiciones inhumanas en un escondite en la casa de sus padres, rodeado por un fuerte olor a orina en una habitación de muros desconchados, con un simple somier de metal sobre el que reposaba un colchón y un peluche, su único juguete.
Era "más bien una celda de prisión", explicó a la prensa el procurador de la República, Patrick Desjardins, en referencia a la habitación del menor, en la que no penetraba la luz del sol.
El niño dijo a sus libertadores que se sentía "aliviado", agregó Desjardins.
El extraño comportamiento de Dylan puso en alerta a los servicios sociales en agosto del pasado año, cuando visitaron el domicilio del niño para saber por qué su hermano Mathias no llevaba al día su calendario de vacunación.
Los padres de los niños no respondieron después a las diferentes convocatorias de la Justicia para dar cuenta de las condiciones de vida de Dylan, lo que derivó en la intervención de la Protección Judicial de la Juventud, que descubrió que el pequeño había recibido golpes de manera reiterada y con regularidad.
A pesar de que el suceso parece haber llegado a su fin, en la localidad de Millau, sumidos en la misma incomprensión que expresaba la abuela materna de Dylan cuando decía: "no comprendo nada", se preguntan cómo es posible que no se detectara el presunto calvario del niño durante tanto tiempo.
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