Este artículo se publicó hace 12 años.
Un político, la peor compañía de otro político para las vacaciones
Las vacaciones de verano no son sinónimo de desconexión para los diputados, pero aunque no podrán apartarse del móvil, tienen claro que intentarán relajarse con alguna siesta y paseos al borde del mar, aunque eso sí, teniendo lejos a otros políticos, ya que muchos consideran que no son la mejor compañía para el asueto.
Así queda de manifiesto en las respuestas a Efe de varios parlamentarios sobre sus proyectos vacacionales una vez terminado el periodo ordinario de sesiones.
La vicepresidenta primera del Congreso, Celia Villalobos, del PP, confiesa que le gusta estar "tumbada a la bartola" en su Málaga natal, que va a leer todas las novelas de misterio que durante el invierno no tuvo tiempo "ni de hojear" y que a la hora de una buena bebida escoge un "rico tinto de verano".
Asegura que jamás se le ocurriría irse de vacaciones con algún político, pero que seguro no iría con "ninguno de Amaiur", y reconoce que "la política no da descanso" y, además, sus tres nietos la obligan a estar siempre con el móvil en la mano.
Para Teresa Cunillera (PSOE), el Pirineo leridano es "el lugar perfecto" para descansar, aunque sostiene que este año, después de tantos plenos y de estar "de acá para allá", va a disfrutar de unas "vacaciones caseras".
Para un momento de relajación, elige una "novela negra sueca con un gin tonic" o "una caminata a buen ritmo por el mar".
Afirma que "nunca se planteó" la posibilidad de planificar unas vacaciones con algún colega, pero que en el hemiciclo hay gente "encantadora y muy interesante" para una conversación de verano.
Francisco Jorquera, de BNG, en cambio, reconoce que jamás se iría de vacaciones con el ministro de Economía, Luis De Guindos, porque, además le parece un "señor muy triste y aburrido" y no quiere compartir ocio con él tras las políticas de ajuste que está aplicando.
Se reconoce "un hombre de costa" por lo que necesita siempre "la referencia del mar" y asegura que disfruta tanto de "una buena siesta" como de "una caña refrescante".
El diputado de Izquierda Unida Gaspar Llamazares recalca que no deja encendido el móvil "por obligación, sino por vocación", debido a que se encuentra "huérfano" sin los periódicos y las noticias.
Confiesa que no tiene amigos en la política, por lo que no compartiría un momento de descanso con ningún compañero de escaño, y se decanta por Asturias, una sidra y la caminata o el senderismo a la hora de practicar algún deporte.
"Yo asocio el insomnio al silencio. Necesito el mar; a mí el ruido de las olas me encanta", admite.
Emilio Olabarría (PNV) dice "odiar los calores demasiado rigurosos", por lo que elige cualquier lugar de la cornisa cantábrica para unas vacaciones ideales.
Aclara que sin un "marmitako bien hecho" y un "vino tinto de La Rioja" no hay descanso posible, y que el único deporte que practica es el de "cuidar a sus críos y seguirles por la playa".
También afirma que "inevitablemente" va a tener que seguir atento al devenir de la política y que en el actual Congreso hay "muchísimos políticos" con los que jamás se iría de vacaciones".
La portavoz de Coalición Canaria, Ana Oramas, tiene claro que la playa es su lugar ideal, acompañada de amigos y alguna cerveza. Pero también opina que, para unas vacaciones, ningún político. "Nada de mezclar trabajo con descanso", precisa.
Un actor que en la presente legislatura ha obtenido acta en el Congreso, Toni Cantó, también apuesta para relajarse con una cerveza bien fría y una siesta en cualquier lugar de la costa española, y llega a la misma conclusión que otros de sus colegas: "ningún político para las vacaciones. Son muy aburridos". Andrés Actis
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