Este artículo se publicó hace 14 años.
Plan B, premio revelación MTV, asegura haber llevado la música soul al siglo XXI
Pese a la humildad que, dice, le ha enseñado la vida tras un primer disco acogido con frialdad, el crooner-rapero Plan B no duda de que merece el premio europeo MTV al artista revelación del año, ni rechaza la idea de que con su nuevo álbum ha actualizado la música soul, trayéndola al siglo XXI.
"Creo que merezco el premio", ha dicho a EFE en su primera visita a España durante una entrevista con motivo de su doble nominación a los EMA's de la cadena de televisión MTV, que se entregan el próximo domingo en Madrid, y en la que también aspira a la distinción del mejor videoclip por el tema "She said".
Esa "B" de su nombre artístico, que bien podría deberse a su nombre real (Ben Drew), alude en realidad al camino alternativo emprendido en el mundo del hip-hop tras unos primeros escarceos con el soul. Curiosamente, la vida le ha devuelto a ese camino previo con gran éxito de público y crítica gracias a "The difamation of Strickland Banks".
Drew cuenta que ideó al personaje de Strickland Banks (cuyo apellido por cierto, también empieza por B) como un intervalo musical que le permitiera asumir de nuevo la vena soul sin perder credibilidad y volver indemne posteriormente al hip-hop.
Este hombre orquesta, que además de rapear y cantar, toca la guitarra, actúa, produce y dirige, defiende que hay diez años de trabajo profundizando en todas esas áreas. Y eso se debió -explica- a una actitud pesimista que le hizo creer que nadie más que él podría reflejar fielmente lo que su cabeza ideaba.
"Pero necesitaba ayuda y la he recibido", reconoce este artista, que quizás se volvió más optimista el día en que conoció al director de sus ya célebres vídeos, casi cortometrajes, Daniel Wolf.
Asume en cualquier caso todas las etiquetas: rapero, "crooner", "un contador de historias" en definitiva, dice sobre sí mismo.
De hecho, todo el álbum y los videoclips cuentan secuencialmente una historia muy cinematográfica sobre un cantante que alcanza el éxito, se crea enemigos y acaba en la cárcel por una acusación injusta, iniciando allí un proceso de degeneración moral.
"No me gusta el personaje ni está hecho para gustar", explica Drew, quien se siente afortunado por no haber tenido un gran triunfo con su primer disco, "Who needs actions when you got words".
"Vi a esas personas que se volvieron famosas con sólo un disco y vi cómo actuaron. Estoy en esa posición ahora, pero estoy muy prevenido. Yo no quiero ser así. El reto es no convertirme en un gilipollas", argumenta.
En cualquier caso, Drew también reconoce que hay o hubo algún paralelismo entre su forma de mirar la vida y la del protagonista de su disco.
"Antes de tener éxito, sí creo que el mundo fue duro conmigo. El mundo te trata bien si tienes dinero, pero también creo que tú construyes tu propio mundo y que puede volverse hostil según cómo trates a los demás", confiesa.
"Nos pasamos nuestra vida adulta pegando los trozos que rompieron nuestros padres dentro de nosotros. Y hay veces en que la gente se siente tan rota que, cuando crecen, se convierten en gente poco agradable. Y ellos pueden sentirlo", añade.
En esta línea de reflexión vital, Drew considera que el secreto consiste en llevar un equilibrio entre el éxito y la adversidad. A este respecto, concluye: "No soy especial, no soy un hijo de Dios, pero tampoco soy un pedazo de mierda".
Javier Herrero
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