Este artículo se publicó hace 14 años.
Pat Metheny ofrece "algo nunca visto ni oído" en "Orchestrion"
"Es una forma completamente nueva, distinta de hacer música, y el público debe esperar algo que nunca se ha visto ni oído", afirma Pat Metheny sobre su nuevo disco, "Orchestrion", que el guitarrista estadounidense ha realizado con "una banda de instrumentos mecánicos".
Para explicar el origen de "Orchestrion" (Warner) hay que remontarse "a finales del siglo XIX, la época de esplendor de las pianolas", señala a Efe Metheny acerca de un instrumento cuyas teclas se movían a través de "un mecanismo activado por la rotación de una bobina de papel".
"Mi abuelo tenía una pianola en su sótano que siempre me fascinó, y conforme pasaban los años me di cuenta de que aplicar esa idea a un nivel orquestal era un área inexplorada", rememora Metheny, que decidió "coger un montón de instrumentos, modificarlos y traerlos al siglo XXI".
El orchestrion es, en esencia, una pianola a la que se le añaden diferentes instrumentos, como pianos, gaitas, bajos, triángulos, bongos, marimba, vibráfono o teclado. Sin embargo, su dirección no corre a cargo de un rollo de papel, sino que es Pat Metheny quien guía todo el conjunto a través de su guitarra.
"Los primeros orchestrions usaban tecnología neumática, con el coste de que los instrumentos no sonaban todos al mismo volumen, pero hoy tenemos un sonido que procede del electromagnetismo y que te permite darle forma a las dinámicas de emociones de la música", explica el guitarrista.
Las cinco canciones incluidas en "Orchestrion" suenan inusitadamente vivas y naturales, alejadas de cualquier atisbo de artificio. "No lo habría intentado si no entendiera que la tecnología ha llegado al punto en que me permite crear el tipo de música que amo, que es la música que tiene muchas esencias distintas", asevera Metheny.
La complejidad de su nuevo proyecto no parece inquietar a este moderno hombre orquesta. "Tocar música a un nivel alto y componer melodías que tienen los detalles precisos siempre es difícil", apunta Metheny, que siempre encuentra dificultades a la hora de "contar una historia con música" y conseguir "ideas que tienen un valor interesante desde un punto de vista musical".
El jazz vuelve a ser el hilo conductor en el álbum de Metheny, dueño de una carrera que supera los 35 de años de vigencia. "Los grandes músicos de jazz eran capaces de tocar cualquier cosa y esa una de las razones por las que me gusta tanto, porque es una forma muy rica de entender la música", apunta.
No obstante, el artista se muestra reacio a etiquetar el sonido que configura su nuevo trabajo: "Es difícil decirlo, porque todo está muy fresco y aún no tengo la suficiente perspectiva", aduce Metheny, que califica la música como "un concepto único y enorme".
Señalado como niño prodigio desde su más tierna infancia, el único artista que ha ganado diez premios Grammy de forma consecutiva, desmiente en parte esas afirmaciones. "Cuando era pequeño me dedicaba a jugar al béisbol y a correr detrás de las niñas; ni siquiera empecé a tocar hasta que tuve once o doce años", aclara.
"Con la llegada de la adolescencia, eso sí, trabajé mucho y desde muy temprano con grandes músicos que eran mayores que yo, y eso sólo puede ser positivo", aprecia Metheny, que desarrolló su talento junto a algunos de los mejores instrumentistas de su Kansas City natal.
Amante excelso del directo, Metheny ofrece entre 120 y 240 conciertos al año, un ritmo de trabajo que "no es tan duro como la gente piensa". "Me siento afortunado de poder tocar con tanta frecuencia", apostilla el artista, que en febrero presentará su "Orchestrion" en España con una gira que recorrerá Madrid -el día 18-, Valladolid -19-, Logroño -20- y Barcelona -21-.
Julio Soria
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