Este artículo se publicó hace 12 años.
El Papa pide que la familia sea considerada patrimonio principal de la humanidad
El papa Benedicto XVI dijo hoy en Milán (norte de Italia) que la familia tiene que ser considerada "patrimonio principal de la humanidad" y subrayó la necesidad de que sea ayudada para afrontar la crisis económica y financiera que afecta a la sociedad.
Benedicto XVI hizo estas manifestaciones ante varias decenas de miles de personas reunidas en la plaza del Duomo (catedral) de Milán, que participan en el VII Encuentro Mundial de las Familias católicas, que tiene como lema "La familia, el trabajo y la fiesta", al que asisten familias de 90 naciones, entres ellas España y las latinoamericanas.
El papa Ratzinger, de 85 años, permanecerá en Milán hasta el domingo, en una visita que se desarrolla en medio del escándalo del robo y filtración de documentos reservados del Vaticano, que ha llevado al arresto de su mayordomo, Paolo Gabriele, y ha causado en el Pontífice una "gran tristeza", como él mismo ha reconocido.
Acogido con vivas, ondear de banderas, música y en un ambiente caluroso y festivo, el Obispo de Roma -que durante este fin de semana podrá olvidarse del ya considerado uno de los mayores escándalos del Vaticano de los últimos tiempos- dedicó sus primeras palabras a los que sufren y a los enfermos, a los desempleados y a las familias golpeadas por la crisis económica.
"Envío un afectuoso saludo a todos los que necesitan ayuda y conforto, a las personas solas y en dificultad, a los desempleados, a los enfermos, encarcelados y a los que se ven privados de una casa o de lo indispensable para vivir una vida digna", afirmó.
"!Que no falte a ninguno de estos nuestros hermanos la solidaridad de la colectividad!", agregó el papa, a la vez que expresó su preocupación "por las familias golpeadas por la crisis económica y financiera" que afecta a numerosas partes del mundo.
En el primero de los ocho discursos que pronunciará durante sus tres días milaneses, el papa tuvo un recuerdo para las víctimas y damnificados de los últimos terremotos registrados en la región italiana de Emilia Romagna, cercana a Milán, que se han cobrado 17 vidas y ha dejado 8.000 evacuados.
En esa misa región se registró el 20 de mayo otro terremoto en el que perdieron la vida siete personas.
Benedicto XVI pidió de nuevo la "generosidad y la solidaridad" de todos para ayudar a las poblaciones afectadas.
Tras darle la bienvenida el alcalde progresista Giuliano Pissapia y el cardenal arzobispo de Milán, Angelo Scola, Benedicto XVI resaltó las raíces cristianas de la capital lombarda, donde predicó san Ambrosio y que ha dado a la Iglesia santos como Carlos Borromeo y destacó el papel de la familia en la sociedad.
"La fe en Jesucristo Cristo debe animar a todo el tejido de la vida, personal y social, privada y pública, para permitir un estable y auténtico bienestar comenzado desde la familia, que tiene que ser considerada patrimonio principal de la humanidad, señal de una verdadera y estable cultura en favor del hombre", dijo el papa.
Benedicto XVI señaló que tanto la parte laica de la sociedad como la religiosa están llamadas a trabajar en aras del bien común de los ciudadanos.
Tras este encuentro con la ciudad de Milán en su plaza más emblemática, el papa asistirá a un concierto en el Teatro de La Scala, que dirigirá el maestro argentino-israelí Daniel Barenboim.
En el famoso templo de la música sonará la Novena Sinfonía de Beethoven.
Concluido el concierto, el papa se trasladará al arzobispado de Milán, donde se alojará durante su estancia.
Mañana, Benedicto XVI se reunirá con religiosos y religiosas en el Duomo y en estadio de fútbol "Giuseppe Meazza-San Siro" con miles de jóvenes que se preparan para la confirmación.
A primeras horas de la noche se trasladará al parque de Bresso donde se reunirá con las familias de todo el mundo que asisten al evento en una vigilia llamada "fiesta del testimonio".
El domingo oficiará una misa que se espera multitudinaria en el aeropuerto de Bresso y anunciará cuál será la sede del próximo encuentro de las familias católicas.
Los encuentros mundiales de las familias fueron creados por Juan Pablo II y, desde 1994, los organiza el Consejo Pontificio para la Familia.
El primero se celebró ese mismo año en Roma, el segundo en Río de Janeiro (1997), el tercero de nuevo en Roma (2000, coincidiendo con el Año Santo), el cuarto en Manila (2003), el quinto en Valencia (España, 2006) y el sexto en Ciudad de México (2009).
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