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En Oslo y al sol

Con la llegada del buen tiempo, la capital noruega recupera sus espacios, desde los bosques cercanos al amplio fiordo que la acoge, y nos ofrece su cara más saludable y natural.

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Oslo disfruta y aprovecha al máximo los días soleados del verano. Una temperatura tibia y agradable invita a relajarse en sus verdes parques y en los cercanos bosques que la circundan. Las calles aparecen plenas de animación, las terrazas al aire libre rebosan de gente y los paseos en barco por el fiordo nos dan una nueva perspectiva de la ciudad.

Al estar situada entre el fiordo y el bosque, Oslo es también una ciudad ideal para la práctica de diversos deportes y actividades al aire libre. Aquí puedes navegar en kayak, bucear, ir de pesca, dar paseos en bicicleta o hacer trekking entre otras posibilidades. Porque el fiordo de Oslo es el área recreativa al aire libre más utilizada en el país y en verano tanto el fiordo como sus alrededores bullen de vida.

Deslizarse en kayak por sus frías aguas mientras se aleja la silueta de la ciudad, reporta una sensación de calma muy especial. La vida urbana está a un paso, pero el mar y una naturaleza plena se nos ofrecen magníficos. Existen varias compañías de alquiler de kayaks en el muelle Sjølyst Marina, que además también ofrecen la posibilidad de poder reservar por horas a un instructor o hacer un tour de un día alrededor de las islas cercanas a Oslo.

Incluso, también es posible iniciarse al buceo en las aguas del fiordo, descubriendo su riqueza marina y dejándose llevar por el agradable vaivén de sus aguas y el rítmico golpeo de nuestras aletas. El Dykkersport Diving Center es el centro de buceo más antiguo de toda Noruega y ofrece clases privadas de buceo, así como el alquiler y venta de material.

Esta costa alargada, de casi 100 kilómetros en línea recta, que se extiende entre el faro de Færder hasta Oslo, también resulta ideal para los amantes de la vela y de la pesca. Y a tan sólo a unos minutos de Oslo en ferry.  Son varias las islas que la componen, cada una con sus peculiaridades y su historia: Hovedøya, Lindøya, Nakholmen, Bleikøya, Gressholmen y Langøyene. La diminuta Dyna Fyr se puede alquilar durante la temporada estival para celebrar fiestas privadas.

Otra manera activa y divertida de conocer Oslo es en bicicleta. Existen puntos de alquiler de bicicletas por toda la ciudad e incluso se puede llevar la bicicleta en el metro si queremos acercarnos y luego adentrarnos por los bosques que rodean la ciudad.

Pero también resulta recomendable descubrir la ciudad de una manera más relajada. Y dar un convencional paseo guiado en autobús; o subir en unos de los barcos-restaurantes en los que, mientras se navega, tomar unas gambas con una copa de vino blanco; o simplemente callejear sin rumbo y luego descansar en uno de sus parques aprovechando el sol de estos días de verano.

Las pequeñas excursiones resultan también una delicia. No hay más que coger un trasbordador a una de las islas del fiordo de Oslo, por ejemplo a la isla de Hovedøya, desde donde podemos contemplar con distancia suficiente la ajetreada ciudad mientras gozamos de una nórdica tranquilidad y un aire fresco, tomando el sol en las rocas o en alguna de las playas de la isla. Hasta nos atrevemos entonces a darnos un baño en sus frías aguas, como si fuéramos auténticos noruegos.


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