Este artículo se publicó hace 16 años.
Opositores y afines a Morales se vuelven a enfrentar en Santa Cruz
Opositores autonomistas de la ciudad boliviana de Santa Cruz se enfrentaron hoy con afines al presidente Evo Morales en el barrio del Plan 3000, considerado un enclave oficialista de esta capital oriental.
Casi todos los accesos a este humilde barrio permanecían cortados desde última hora de la tarde por miembros de la opositora y radical Unión Juvenil Cruceñista (UJC) que llegaron hasta este enclave para enfrentarse a los habitantes del reducto "masista" en una ciudad que es considerada el feudo de la oposición a Morales.
Los periodistas que se encontraban en el lugar a última hora de la tarde tuvieron que abandonarlo por el choque violento que se desató en la zona.
Según vecinos del Plan 3000 consultados por Efe, la policía intervino y dispersó a los jóvenes "unionistas" cuando, al parecer, se disponían a arrasar las dos calles de humildes casetas metálicas que sirven de zona comercial en el barrio.
En los alrededores del barrio, la humareda, en ocasiones mezclada con restos de gases lacrímogenos, hacía casi irrespirable el ambiente y reducía la visibilidad a unos pocos cientos de metros, según comprobó Efe.
Con estos enfrentamientos se cumple la tercera jornada consecutiva de violencia en Santa Cruz, donde los autonomistas exigen al Gobierno que reponga a los departamentos una renta petrolera y respete sus aspiraciones autonomistas.
Las protestas se iniciaron hace más de dos semanas alentadas por los prefectos (gobernadores) y dirigentes cívicos de las regiones de Santa Cruz, Beni, Pando, Tarija y Chuquisaca, todos opositores.
En el departamento pandino se produjeron hoy los disturbios más graves, cuando grupos de opositores y de afines al Gobierno se enfrentaron con armas de fuego y al menos ocho personas resultaron muertas.
El prefecto (gobernador) de Santa Cruz, el opositor Rubén Costas, afirmó que las muertes de Pando "son directa responsabilidad" del Ejecutivo porque está llevando a la "confrontación entre hermanos y a la ruptura humana y territorial de Bolivia".
"El pueblo boliviano no aguantará una masacre más", espetó Costas, quien aseguró que la dirigencia cruceña no abandonará la lucha por sus rentas petroleras, su autonomía departamental y por el respeto a su "cultura, forma de ser, fe y valores".
Sobre las protestas ocurridas en la capital cruceña, el prefecto rechazó el "vandalismo" que han protagonizado "infiltrados y mercenarios" en esas medidas de presión y a los que acusó de ser responsables de los saqueos.
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